Egipto reprime el aniversario de la revolución contra Mubarak
15 muertos a manos de la policía en disturbios por el cuarto aniversario de las revueltas
Al menos 15 personas han muerto en distintas manifestaciones celebradas en Egipto coincidiendo con el cuarto aniversario de las revueltas contra Hosni Mubarak, según el Ministerio de Sanidad. Además otra treintena resultaron heridas. Las autoridades egipcias ya habían asegurado que no permitirían concentraciones durante esta jornada.
Diez de las víctimas mortales se registraron en El Cairo, otras dos en la provincia norteña de Beheira y una más en Alejandría. No está confirmada la procedencia de los otros seis fallecidos. En la capital, se registraron incidentes en las calles del centro, cuando varios grupos se enzarzaron a pedradas. La policía dispersó los enfrentamientos lanzando gases lacrimógenos.
La plaza Tahrir se encontraba cerrada desde la mañana. Ya desde la víspera decenas de tanquetas del ejército y vehículos blindados de la policía custodiaban los accesos a la que hace cuatro años se convirtió en el símbolo de la revolución. A media tarde del sábado, un puñado de personas marchaba a unos metros de la emblemática ágora cairota cuando las fuerzas de seguridad acudieron a dispersar la concentración. Shaima al Sabbagh, líder de la Alianza Popular Socialista, un pequeño partido de corte izquierdista y secular, murió tiroteada, como confirmaron las propias autoridades egipcias.
La cabecera de la manifestación portaba ramos de flores, con los que pretendían recordar las revueltas de hace cuatro años contra Hosni Mubarak y condenar la actual deriva autoritaria del Gobierno de Abdelfatá al Sisi. La formación política de la fallecida exige justicia, aunque el Ministerio del Interior ya ha asegurado que no utilizó fuego real. Mientras, la Fiscalía ha abierto una investigación para aclarar los sucesos.
Tradicionalmente el 25 de enero es un día festivo, pues se conmemora el Día Nacional de la Policía. Aunque este año, con motivo de la muerte del rey Abdalá de Arabia Saudí, el Gobierno decretó una semana de luto y canceló todo tipo de celebración. Varios son los movimientos que han convocado protestas para este domingo, aunque ninguna cuenta con la autorización que deben dar las autoridades tras la aprobación en 2013 de una draconiana ley para restringir las manifestaciones.
Los Hermanos Musulmanes, considerados por el Gobierno organización terrorista, son uno de los principales impulsores junto a otros movimientos islamistas, de salir a las calles para “combatir la amenaza de la contrarrevolución”. Desde el golpe de Estado del 3 de julio de 2013, la Hermandad condena la “deriva dictatorial” del régimen de Al Sisi y no ha parado de reclamar la vuelta de quien fuera derrocado por este, el islamista Mohamed Morsi.
Pese a sus coqueteos con otros grupos juveniles, estos otros colectivos de tendencia secular no quieren ni oír hablar de ningún tipo de alianza con los Hermanos Musulmanes. La presencia en la calle de movimientos como el 6 de abril, que instigó las protestas contra Mubarak, continúa, aunque de una forma mucho más tímida.
El Gobierno ha utilizado la lucha contra el terrorismo, que ha dejado al menos medio centenar de fallecidos entre los efectivos de las fuerzas de seguridad, para reprimir cualquier tipo de protesta. Y en efecto, este domingo también hubo pequeños atisbos de acciones que se vienen repitiendo durante meses. Un explosivo provocó heridas a dos agentes de policía en El Cairo y el estallido de otros artefactos de fabricación casera dejaron sin luz a varios pueblos del Delta del Nilo.
El Gobierno de Al Sisi parece mucho más preocupado por reactivar la economía que por emprender reformas políticas. Aunque más tarde o más temprano, se espera que adopte algún tipo de medida aperturista. Coincidiendo con el aniversario de la revolución, anunció el indulto de 584 presos, aunque todavía no se conocen sus identidades. Miles de islamistas, blogueros, abogados de derechos humanos o periodistas continúan en las cárceles, mientras paradójicamente la Justicia ordenó esta semana la excarcelación de los hijos de Mubarak y el propio dictador espera una suerte similar desde el hospital militar en el que se encuentra desde hace meses.
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