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La violencia vuelve con fuerza al Estado mexicano de Michoacán

La lucha entre el cártel y los civiles deja al menos nueve muertos

Policía vestidos de civil después del tiroteo en Apatzingan.
Policía vestidos de civil después del tiroteo en Apatzingan. REUTERS

Ha pasado casi un año desde que la violencia en Michoacán, el primer objetivo fijado en diciembre de 2006 por el entonces presidente Felipe Calderón en su ofensiva contra el narcotráfico —que lleva hasta el momento 70.000 muertos y 30.000 desaparecidos en México—, rebosara los límites y obligara al Ejecutivo de Enrique Peña Nieto a tomar cartas en el asunto y nombrar a Alfredo Castilla comisionado especial para la región.

Michoacán, al sur de México, cerró 2013 con más de 900 muertes. En 2014 esa cifra ascendió a 981 solo entre enero y octubre, según los datos disponibles de la Secretaría Nacional de Seguridad Pública. Y este 2015 ha arrancado con al menos nueve en Apatzingán, el epicentro de Tierra Caliente, el foco del conflicto entre los Caballeros Templarios y las autodefensas, civiles armados contra este cártel, y un punto crucial para entender el conflicto.

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Como mínimo nueve personas, entre ellos al menos una mujer, murieron en los tiroteos ocurridos el 6 de enero. Los civiles, que en las imágenes que ha ofrecido el Gobierno mexicano aparecen armados, se encontraban dentro de la alcaldía de Apatzingán y se enfrentaron a fuerzas federales. El conflicto ocurrió un día después de que las autoridades mexicanas oficializaran la detención de Simón El Americano, un exautodefensa, devenido en policía rural, más tarde destituido por el mismo Gobierno federal que lo había nombrado en ese cargo por supuestos nexos con el narco y finalmente arrestado tras un tiroteo en el que murieron 11 personas en diciembre.

El secretario de Gobierno de Michoacán, Jaime Darío Oseguera Méndez, confirmó que la alcaldía de Apatzingán llevaba ocupada por estos civiles desde el 23 de diciembre. Al menos 44 personas han sido detenidas por lo ocurrido.

El año que arranca es también año electoral en Michoacán. Termina un año muy convulso para el Estado, que había arrancado con Fausto Vallejo como gobernador y concluyó con el interinato de Salvador Jara, después de que el hijo de Vallejo, Rodrigo, fuera descubierto en tratos con Servando Gómez La Tuta, uno de los principales líderes de Los Caballeros Templarios y el único que permanece fugado. Silvano Aureoles, actual senador por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) por Michoacán, y posible candidato a la gubernatura, declaró: "La seguridad pública en Michoacán está prendida con alfileres; efectivamente, como lo ha dicho el comisionado Castillo, los focos rojos están en dos o en tres municipios, pero lo cierto es que prácticamente en todo el estado hay sólo una tensa calma".

El conflicto michoacano se ha atomizado. Ya no se habla sobre Los Caballeros Templarios, sino de nuevos supuestos cárteles: Los H3 o Los Viagras

El conflicto michoacano se ha atomizado. Ya no se habla sobre Los Caballeros Templarios, sino de nuevos supuestos cárteles: Los H3 o Los Viagras, según reconocen fuentes gubernamentales. El comisionado, Alfredo Castillo, insistió en que la violencia se ha centrado en solo "tres municipios" de los 113 que tiene Michoacán, pero no precisa cuáles son. El Gobierno mexicano anunció el 24 de diciembre que enviaría más militares a tres: Buenavista Tomatlán, Apatzingán (municipios vecinos) y a La Mira, al otro extremo del Estado, a más de 250 kilómetros de La Ruana y a 15 de Lázaro Cárdenas, el mayor puerto de carga del país y, hasta noviembre de 2013, un punto de intercambio entre el hierro extraído ilegalmente (Michoacán tiene los mayores yacimientos del mineral del país) y mafias chinas. China es el principal productor de acero del mundo.

A un año del conflicto, el Gobierno mexicano ha logrado acabar con dos de los tres principales líderes de los Caballeros Templarios, el cártel que lideraba el Estado. Uno se trata de Enrique Kike Plancarte, que murió en Querétaro en abril. La muerte del mayor líder, Nazario Moreno El Chayo, merece especial atención. En 2014 sufrió su segunda muerte. El Gobierno de Felipe Calderón lo había anunciado, con bombo y platillo, en diciembre de 2010. El rumor en Michoacán de que estaba vivo era creciente y al final, cierto. En marzo del año pasado, el Ejecutivo de Enrique Peña Nieto anunció, de nuevo, su muerte. Ninguna autoridad ha dado detalles sobre el porqué de la equivocación.

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