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Entrevista | Yorgos Kaminis, alcalde de Atenas

“El Estado griego está en bancarrota económica, administrativa y política”

El regidor ateniense propugna regenerar el sistema a partir de los poderes locales y cree que el auge de los neonazis se debe también a la escasa tolerancia hacia el extranjero

M. A. Sánchez-Vallejo (Enviada especial)
Kaminis vota en Atenas en las elecciones europeas del pasado 25 de mayo.
Kaminis vota en Atenas en las elecciones europeas del pasado 25 de mayo.REUTERS / CORDON PRESS

A diferencia de los políticos al uso, el alcalde de Atenas, el constitucionalista Yorgos Kaminis (Nueva York, 1954), habla claro y dice cosas con enjundia. Por ejemplo, que el Estado griego está en bancarrota, económica, administrativa y políticamente hablando, o que el auge del partido neonazi Aurora Dorada —uno de cuyos diputados le agredió el año pasado— se debe también a la intolerancia de los griegos hacia los extranjeros. A diferencia asimismo de los vilipendiados políticos de su país, Kaminis pasea por las calles libremente, con una discretísima seguridad, y habla con gente que le aborda sin cortapisas. Así lo hizo este sábado durante su visita a un mercadillo solidario en un estadio del Pireo, durante el que fue acompañado por este diario.

“¡Pues claro que soy accesible, cómo no serlo siendo alcalde!”, responde Kaminis; “el tiempo de los políticos tradicionales ha pasado [en Grecia], muchos de ellos no se atreven a salir a la calle pero yo no tengo ningún miedo, debo estar cerca de la gente y ser un ciudadano más. Si era accesible cuando era profesor, y después como defensor del pueblo, mucho más ahora”.

Los ayuntamientos necesitamos autonomía fiscal, no queremos vivir de la limosna del Estado central

Entre apretones de manos y recuerdos de sus tiempos como investigador en el Centro de Estudios Constitucionales de Madrid, el independiente Kaminis, alcalde desde 2010 de un feudo tradicionalmente conservador, y reelegido en mayo con el apoyo del centroizquierda, diagnostica el malestar que aqueja al sistema. “No todos los políticos son iguales, los hay con una responsabilidad enorme [en la crisis] y otros honestos y capaces, y como el futuro nace siempre del pasado, habrá que contar también con estos últimos para regenerar el sistema. Y eso pasa por los poderes locales: si este país sigue en pie, es gracias a las administraciones locales, que son las que viven la crisis más cerca. Está entre nosotros, en nuestras calles… El Estado ha mostrado sus límites, está en bancarrota, no sólo económicamente, también desde el punto de vista administrativo y político”.

Kaminis goza de buena prensa entre unos y otros, aunque en el exterior fue conocido sobre todo por un desafortunado episodio: en mayo de 2013, un diputado del partido neonazi Aurora Dorada (AD) intentó agredirle, después de que el primer edil prohibiera un reparto de comida de AD en pleno centro de Atenas. “Primero, no habían pedido permiso; segundo, y fundamental, era un reparto sólo para griegos y eso va contra cualquier principio de igualdad… era un acto imperdonable e inadmisible… Por eso lo prohibí, y desde entonces no se han atrevido a hacerlo de nuevo… además, el que me agredió está en la cárcel con el resto de la cúpula de su partido. Es donde tiene que estar una banda ilegal y criminal. [Aurora Dorada] Es un insulto para el país, pero es un fenómeno que se estaba gestando hacía tiempo, porque como sociedad tenemos muchos méritos, pero también escasa tolerancia hacia el otro, hacia el que no es blanco ni cristiano ortodoxo”.

El partido neonazi Aurora Dorada es un insulto para el país, y sus repartos de comida sólo a griegos, algo inadmisible

El discurso de Kaminis suena especialmente desafiante porque tiene a los neonazis en casa, tras lograr el 16% de los votos en las últimas municipales: uno de sus concejales es el portavoz del partido, Ilias Kasidiaris, encarcelado junto al resto de la cúpula y que asistió a la constitución del consistorio con un permiso especial. La otra es Urania Mijaloliakos, hija del líder de AD, igualmente en prisión.

Pero la intolerancia hacia el otro no figura precisamente en el programa de Kaminis. El Ayuntamiento ateniense se ocupa de parte de los cientos de refugiados sirios que desde hace semanas protestan ante el Parlamento, guarecidos bajo lonas de plástico, en demanda de mejores condiciones de vida, una reivindicación que el Gobierno dice no poder atender ya que no han solicitado formalmente asilo. “Estamos obligados a dar respuesta”, subraya Kaminis; “hemos alojado a 50 refugiados en casas y refugios que tenemos para sin techo y mujeres maltratadas; es un cierto sacrificio pero no podemos dejarles a la intemperie”. Tanto a los sirios como a las familias griegas sustentadas por el Ayuntamiento (26, en dos edificios), “no hay que darles limosna, sino una solidaridad activa; protegerlos de la necesidad inmediata, pero también ayudarles a encontrar trabajo y que salgan adelante”.

Pero, ¿cómo? ¿Con qué dinero, si el presupuesto es cada vez más escaso? “No pedimos un solo euro, sino otra cosa. Los ayuntamientos necesitamos más poderes, sobre todo autonomía fiscal para responsabilizarnos ante nuestros electores. Yo quiero recibir el impuesto sobre bienes inmuebles, como otras ciudades europeas, no vivir de una limosna del Estado”.

El pasado día 3, Atenas, junto con Salónica, fue incluida en el grupo de las 35 ciudades más resilientes (resistente, elástico), que se incorporará a la iniciativa “100 ciudades resilientes” de la Fundación Rockefeller, destinada a apoyar a ciudades que enfrentan especiales coyunturas socioeconómicas. Seguro que el alcalde Kaminis ha tenido algo que ver.

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