Cortes de luz y evacuaciones en Los Ángeles por la intensa lluvia
La mayor tormenta en cinco años en el sur de California provoca desprendimientos y riadas y estrangula varias rutas por carretera
La tormenta que entró en la madrugada del jueves por el norte de Californa se extendió 24 horas después al sur y este viernes afecta al área de Los Ángeles, que ha sufrido cortes de luz y carreteras, desprendimientos y ha ordenado evacuaciones en algunas zonas. En una ciudad preparada para terremotos pero no para la lluvia, esta es la tormenta de invierno más intensa en cinco años. En el estado vecino de Oregón, dos personas han muerto por caídas de árboles.
Hasta 70.000 personas amanecieron sin energía eléctrica en la ciudad después de que lo más intenso de la tormenta llegara a las montañas de Los Ángeles sobre las tres de la madrugada. Hubo corrimientos de tierra tal como habían previsto las autoridades en la zona de Glendora y Azusa y las urbanizaciones de Camarillo Springs, una zona especialmente sensible al haber sido afectada por un incendio este verano. Unas 60 viviendas están afectadas por las órdenes de evacuación obligatoria.
Sobre las 11 de la mañana, los bomberos lograron rescatar a dos personas arrasatradas por el río de Los Ángeles, que bajaba con fuerza por su lecho de cemento.
Los vientos superaron los 100 kilómetros por hora en áreas como la costa de Malibu, al norte de Santa Mónica, y el Valle de San Gabriel, al este.
El principal impacto de la tormenta ha sido en el sistema de carreteras del condado de Los Ángeles, donde en la mañana del viernes (entre medianoche y las 10 de la mañana) se han registrado 238 accidentes frente a los 50 de las mismas horas la semana pasada, con el tiempo soleado normal de la ciudad.
Los cortes de carreteras han hecho muy difícil el tráfico por la mañana entre algunas zonas del noreste de la ciudad y el centro, y han provocado cortes en la Pacific Highway, la carretera que une todos los pueblos de la costa. La línea de tren entre Los Ángeles y San Luis Obispo también tuvo que ser interrumpida.
El jueves, las lluvias y vientos de más de 200 kilómetros por hora en algunos puntos azotaron la bahía de San Francisco, donde hasta 80.000 personas llegaron a perder el suministro eléctrico, y la capital, Sacramento. De nuevo, las zonas más azotadas por los incendios sufrieron desprendimientos y cortes de carreteras. La tormenta se extendió a los estados del noroeste de Oregón y Washington. El viento, con categoría de huracán en algunos puntos, hizo que se pudiera hacer surf en las olas del lago Tahoe, en la frontera con Nevada.
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