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El PIB de los sin papeles de EE UU

Los partidarios de la regularización de inmigrantes de Obama alaban sus beneficios fiscales y económicos. Los republicanos niegan esas ventajaS

Frontera de México con Estados Unidos en Calexico, California.
Frontera de México con Estados Unidos en Calexico, California.Sandy Huffaker (AFP)

La acción ejecutiva de Obama para regularizar a millones de inmigrantes es también un imperativo económico, un impulso para el PIB de EE UU, afirman sus defensores. Es un error, una medida inútil que sólo envenenará Washington, y el conflicto nunca ayuda a hacer las cuentas públicas, responden sus detractores. Cada día que pasa sin que los inmigrantes indocumentados o residentes legales obtengan un estatus legal o la ciudadanía la economía de Estados Unidos deja escapar 37 millones de dólares en ingresos, defienden desde el Center for American Progress (CAP), un think tank progresista. Ningún inmigrante abrirá un negocio con una medida unilateral que el próximo presidente cambiará en dos años, argumentan desde The Latino Coalition, un lobby conservador de empresarios hispanos. La cacofonía de Washington domina también el debate sobre los beneficios de la polémica reforma de Obama.

Vanessa Cárdenas, investigadora del CAP, una organización que ha publicado numerosos estudios sobre las bondades económicas de una regularización de los inmigrantes, no tiene dudas : “Integrar a millones de personas que ya trabajan aquí pero que no tienen papeles sin duda ayuda a la economía Hay una desconexión entre lo que los ciudadanos quieren y lo que defienden algunos políticos. El apoyo a una reforma migratoria es grande entre la población”.

¿Cuántos buenos empresarios o médicos están ahora limpiando coches porque no tienen papeles?

En el otro extremo está Héctor Barreto, presidente de The Latino Coalition: “No va a funcionar porque no va a ser una reforma permanente. Seguramente la cambiará el próximo presidente. Sólo va a afectar a la mitad de los indocumentados. Seguirán con miedo. No va a traer beneficios económicos una decisión tomada para enfrentarse a los republicanos”.

El peruano Héctor Castillo, empresario y líder latino de Nueva Jersey, un Estado con mucha presencia inmigrante, tiene una opinión más templada: “Las personas que han emigrado tienen ambición, quieren mejorar. ¿Cuántos buenos empresarios o médicos están ahora limpiando coches porque no tienen papeles? El problema es que no sabemos qué efectos va a tener la decisión del presidente, por la forma en que la ha tomado. Puede frustrar a mucha gente”.

La mayor parte de los informes más recientes sobre el impacto económico de una regularización migratoria se han realizado sobre la Ley de Seguridad Fronteriza, Oportunidad Económica y Modernización de Inmigración (la ley S 744), una ley integral de 2013 presentada por ocho senadores republicanos y demócratas. Fue el último intento bipartidista por solucionar el problema de los más de 11 millones de personas en las sombras y de los 8.5 millones de inmigrantes residentes permanentes legales elegibles para obtener ciudadanía. Sobre la decisión ejecutiva de Obama, obviamente, todavía no se han hecho cálculos.

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Todos los estudios anuncian que el programa Medicare (asistencia médica para jubilados) se agotará por falta de fondos en el año 2026. Una reforma inmigratoria permitiría sostenerlo por más años

La Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO por sus siglas en inglés), un organismo no partidista, analizó el texto de 2013 y concluyó que, de aplicarse, tendría beneficios fiscales y económicos de gran impacto. Sin embargo, los republicanos bloquearon el texto en la Cámara de Representantes. La consecuencia, según el CBO, es que, desde entonces, Estados Unidos ha perdido miles de millones de dólares en ingresos fiscales. Según la citada oficina, la aplicación de la reforma habría reducido el déficit en 135.000 millones de dólares en diez años y en 820.000 millones en 20 años (el déficit fiscal de EE UU en el ejercicio de 2014 se redujo a 483.000 millones de dólares, un 2,8% del PIB), además de generar cientos de miles de puestos de trabajo en ese tiempo.

Los investigadores Marshall Fitz, Patrick Oakford y Karina Márquez, del CAP, publicaron en 2013 un informe en que el establecían que la reforma S 774 aumentaría el PIB de Estados Unidos en un 3,3% y los sueldos de todos los estadounidenses en unos 470.000 millones. “Mantener a los inmigrantes en las sombras supone alzar barreras contra el crecimiento económico al no dejar a millones de personas participar completamente en sus economías locales y en sus comunidades”, afirman los investigadores.

La Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO por sus siglas en inglés), un organismo no partidista, analizó el texto de 2013 y concluyó que, de aplicarse, tendría beneficios fiscales y económicos de gran impacto

Los inmigrantes indocumentados contribuyen con unos 13.000 millones de dólares en impuestos por sus nóminas, según datos de la Seguridad Social. Sin embargo, millones de ellos siguen en la economía sumergida, cobrando en dinero negro. Estimaciones calculadas por la Administración de la Seguridad Social y el Pew Research Center indican que el 63% de los trabajadores indocumentados y sus empleadores no pagan impuestos por sus nóminas, lo que supone unas pérdidas de 20.000 millones en ingresos cada año. Una reforma inmigratoria que permitiera alcanzar la ciudadanía en un plazo determinado afloraría las nóminas de unos cinco millones de inmigrantes sin documentos, según un informe del Center for American Progress (CAP).

La legalización, obviamente, también aumentaría los ingresos de los inmigrantes indocumentados, lo cual, a su vez, conduciría a mayores ingresos fiscales. Los analistas han estimado que los salarios de los sin papeles aumentarían entre el 15% y el 20%, y un 10% adicional después de convertirse en ciudadanos. El CAP estima que los inmigrantes indocumentados pagarían 69.000 millones más en impuestos federales y 40.000 millones más en impuestos estatales y locales en el transcurso de 10 años.

Los beneficios de la abortada ley de 2013 se dejarían notar también en los fondos de la Seguridad Social, que en las próximas décadas deberá afrontar la jubilación de losbaby boomers de los años 60. La mayoría de los inmigrantes sin documentos son jóvenes, lo que permitiría sostener las pensiones de los las citados baby boomers. El CAP estima que si los indocumentados pudiesen obtener estatus legal y ciudadanía, podrían contribuir con 606.000 millones de dólares al sistema durante los próximos 36 años. Esta cantidad de dinero es suficiente como para financiar los beneficios de jubilación de 2,4 millones de estadounidenses.

Todos los estudios anuncian que el programa Medicare (asistencia médica para jubilados) se agotará por falta de fondos en el año 2026. Una reforma inmigratoria permitiría sostenerlo por más años. El Center for American Progress calcula que los inmigrantes indocumentados en las próximas tres décadas contribuirían al fondo con155.000 millones de dólares.

“En Estados Unidos hay tres millones de empresas latinas que generan más de 500.000 millones de dólares en ventas. Y eso sólo puede crecer”, recuerda Héctor V. Barreto. En 2011, los inmigrantes, incluidos los nacionalizados, crearon uno de cada diez empleos y abrieron el 28% de los nuevos negocios.

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