Hollande: “Voy a seguir hasta el final con las reformas”
El presidente francés renunciará a repetir como candidato si no reduce el paro
Abrumado por los malos datos económicos y la pésima imagen en la opinión pública, François Hollande se presentó en la noche del viernes ante los franceses a mitad de su mandato de cinco años para reconocer “errores”, pero también para insistir en que mantendrá su controvertido programa reformista. “Voy a ir hasta el final para reformar nuestro país”, afirmó. El presidente francés destacó que la principal tacha en estos 30 meses en el poder ha sido no poder frenar el desempleo. Por eso, anunció que no repetirá como candidato en 2017 si no arregla el problema del paro.
En horario de máxima audiencia, sometido a preguntas de periodistas y ciudadanos durante 90 minutos, Hollande acudió ante las cámaras de TF1 para examinarse a mitad de su mandato. Hollande ganó las elecciones a Nicolas Sarkozy el 6 de mayo de 2012. Los posteriores sondeos le daban un apoyo popular del 61%. Los actuales oscilan entre el 12% y el 14%, un récord para un presidente francés.
Incluso el 63% de los simpatizantes socialistas lo rechazan, según la encuesta de ayer del Huffington Post. Y solo el 18% de los ciudadanos creen que podrá mejorar la situación de aquí al final de mandato, en 2017. Siete de cada diez franceses opinan que sería mejor que su primer ministro, Manuel Valls, tomara las riendas del poder.
El jefe del Estado asume como “error” la promesa de acabar con el desempleo
La clave de su fracaso en sus dos años y medio en El Elíseo ha sido la economía, estancada (0,4% de crecimiento este año en lugar del 1% previsto), con un saldo de 3,4 millones de parados (un 10,3%), medio millón más que en 2012.
“Si yo no consigo a final de mi mandato [solucionar el paro], ¿usted cree que me presentaré ante los franceses? Serían implacables y con toda la razón”, dijo. Su principal reproche fue, precisamente, haber prometido en campaña que lograría ese objetivo a finales de 2013. “La realidad es dura para muchos de nuestros ciudadanos”.
Rechaza similitudes con la austeridad aplicada en España, Irlanda o Grecia
Fue al hablar del empleo cuando Hollande anunció una de las pocas novedades de la noche. Aseguró que creará 45.000 nuevos empleos con ayudas estatales, de los que 15.000 serán para jóvenes. “El problema de sus anuncios es el tiempo que pasa en ponerlos en marcha”, le respondió el joven Hasen Hammou, marsellés, uno de los cuatro ciudadanos que participó en la entrevista. “Esos 15.000 empleos estarán listos de aquí a enero”, respondió el presidente.
Asumió Hollande que la economía está “degradada”, que las empresas están “debilitadas” y que no se deben subir más aún los impuestos, pero reiteró una y otra vez que la solución pasa por el Pacto de Responsabilidad, el programa reformista que incluye recortes del gasto público de 50.000 millones de euros en tres años y unas ventajas para las empresas de 41.000 millones en rebajas fiscales y de cotizaciones. “Hay que reformar el Estado. Las empresas son las que crean riqueza”, reiteró.
“Haré todo lo que pueda para recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo”, afirmó en referencia a que ese es el triple objetivo del Pacto, que presentó en enero pasado en un giro radical a sus promesas electorales, basadas en una profunda política social y un agresivo ataque a las grandes fortunas. Su incumplimiento es el motivo por el que los votantes de izquierdas le acusan de traicionarles.
Hasta el momento, ese plan reformista, cuyo objetivo doble es mejorar la competitividad de las empresas y crear empleo, no ha dado frutos, pero Hollande pidió en la noche de este viernes tiempo para ver resultados. Tiempo también para que las empresas y el Gobierno concluyan las negociaciones en las que el jefe del Estado confía para que las sociedades creen empleo a cambio de esas ventajas que van a tener. “Es su compromiso”, dijo.
“Somos un equipo”, zanjó para dilucidar las supuestas rivalidades entre él y su primer ministro, Manuel Valls, a quien continuamente se le atribuyen aspiraciones de ser el próximo candidato socialista al Elíseo. “Él aplica la política que yo he fijado. Todas, todas las reformas las he decidido yo”, dijo con contundencia.
Pero el mandatario socialista puso de nuevo límites a su acción renovadora y, tras asegurar que su objetivo es “la República social”, afirmó que su política tiene poco que ver con la austeridad practicada por países que han reducido hasta un 20% las prestaciones sociales, como ha ocurrido, citó, en España, Irlanda o Grecia.
“Soy presidente de la República”, había dicho al inicio del programa, y volvió a decirlo al final, para describir qué busca para la segunda mitad de su mandato. “Quiero que Francia sea más fuerte, más justa y más coherente que en 2012”, señaló, para prometer que el país será “el primero de Europa”. “Francia no se merece ser un país asustado”, concluyó en referencia a la inquietante y creciente amenaza del ultraderechista Frente Nacional.
En la balanza positiva de la mitad del mandato de Hollande, aunque no se habló de ello en la entrevista, el mandatario francés exhibe algunos destacados logros. Sobre todo las leyes del matrimonio homosexual y de Igualdad. Como suscita un amplio consenso en política exterior, incluidas las tres guerras en las que ha metido a Francia: Malí, en enero de 2013; República Centroafricana, en diciembre de ese año, e Irak, el pasado septiembre. Extrañamente, tampoco se mencionó este asunto a lo largo de los 90 minutos.
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