Los yihadistas asesinan a otros cien miembros de una tribu suní en Irak

Irak ha sufrido un aumento de la violencia este fin de semana. Por un lado, 58 peregrinos chiíes murieron en varios atentados en el centro y sur de Bagdad, el sábado y el domingo. Además, los cadáveres de otro medio centenar de miembros de la tribu Albu Nimr fueron localizados el domingo en un pozo, asesinados a sangre fría por el autodenominado Estado Islámico (EI), con lo que las víctimas de este clan en la última semana alcanzan los 322, según el Gobierno iraquí.

Tres coches bomba mataron el domingo a 34 personas en sendos barrios del centro y el suroeste de la capital iraquí, según fuentes médicas y policiales citadas por las agencias de noticias. Los ataques tuvieron por objetivo grupos de peregrinos chiíes que se dirigían a Kerbala con motivo de la Achura, una de las principales festividades religiosas del islam chií, que conmemora el asesinato de un nieto de Mahoma y define su rivalidad con los suníes.

El día anterior, otros 24 peregrinos resultaron muertos en diversos atentados en las carreteras que se dirigen hacia esa ciudad santa, a 110 kilómetros de Bagdad.

Millones de iraquíes participan en esta peregrinación que estuvo prohibida hasta el derrocamiento de Sadam Husein en 2003. Desde entonces, las enormes concentraciones han constituido un objetivo fácil para quienes intentan alentar el enfrentamiento sectario y una pesadilla para los responsables de la seguridad. Este año, las autoridades temen que la violencia se dispare a causa del Estado Islámico, para el que los chiíes son herejes que merecen la muerte y ya se ha ensañado con ellos en las zonas en las que ha logrado extender su control desde el pasado julio.

En medio de esa tensión, el domingo se supo que los yihadistas han seguido ensañándose con los miembros de la tribu Albu Nimr. Los cuerpos de medio centenar de mujeres y niños fueron hallados en un pozo. Otro medio centenar de hombres fueron asesinados en la noche del viernes al sábado, según informó Faleh al Isawi, miembro del consejo municipal de Ramadi, la capital de la provincia de Al Anbar, al noroeste de la cual se encuentra la comarca de los Albu Nimr.

“El número de miembros de la tribu Albu Nimr asesinados por el Estado Islámico se eleva a 322. Los cuerpos de 50 mujeres y niños se han encontrado en un pozo”, anunció el Ministerio de Derechos Humanos en el primer reconocimiento oficial de la matanza.

Ese clan, suní como los milicianos rebeldes del EI, opuso durante semanas una fuerte resistencia al avance de los yihadistas, en especial en Hit y sus alrededores, de donde son originarios. Sin embargo, hace diez días sus hombres se quedaron sin munición, alimentos y gasolina. Los rebeldes rodearon su localidad ancestral, Zauiyat Albu Nimr, y se han estado tomando la revancha.

Los jefes tribales se han quejado repetidamente estos días de la falta de respuesta del Gobierno central a sus peticiones de ayuda. Lo sucedido supone un grave revés para los planes del primer ministro, Haider al Abadi, de implicar a los suníes en la lucha contra el EI. La televisión estatal informó de que Al Abadi había ordenado bombardeos aéreos sobre las posiciones yihadistas en la comarca de Hit.