Misterio en Central Park
La policía intenta aclarar el hallazgo del cadáver de un cachorro de oso negro en Manhattan. Ninguno de los zoos cercanos alberga esa especie
La escena del crimen podría ser de manual -un cuerpo oculto bajo unos arbustos a la altura de la calle 69 al oeste de Central Park, en Nueva York-, pero no la víctima: un cachorro hembra de oso negro, el más común en EE UU, de unos 90 centímetros de envergadura y 20 kilos de peso, con signos de violencia. La autopsia determinó que las laceraciones del animal eran producto de haber sido arrollado por un vehículo de motor, probablemente un coche, pero las preguntas que desde el lunes se hacen la policía de Nueva York, su unidad contra el maltrato animal y muchos vecinos siguen siendo las mismas: ¿cómo y por qué llegó una cría de oso al pulmón de Manhattan?
Los osos no figuran entre la fauna del parque y los responsables del zoo cercano descartaron que el ejemplar fuera suyo, ya que no disponen de esa especie animal en estos momentos. La ciudad de Nueva York no permite poseer el plantígrado como mascota y para encontrar referencias a incidentes con ejemplares vivos y en estado salvaje en la zona hay que remontarse a las crónicas de la primera mitad del siglo XVII, cuando los holandeses compraron Manhattan a los indios. "Esta es una situación muy extraña. Es horroroso", declaró Elizabeth Kaledin, portavoz del Departamento de Conservación de Central Park.
La proximidad de una de las carreteras que atraviesan el parque y la forma en que apareció el cadáver, semitapado por una vieja bicicleta, alimentan la teoría de que alguien arrastró al animal hasta el lugar y trató de ocultarlo. "El terrier de mi amiga encontró algo semioculto por una vieja bicicleta. Al principio pensamos que era un perro, un mapache o una bolsa de ropa. Luego vimos que se trataba de un oso con la boca abierta y heridas en el cuerpo", comentó Florence Slatkin, de 79 años, una de las dos mujeres que hallaron el cachorro. Slatkin y su perro Paco son habituales de una zona del parque con escasa vida animal, más allá de las inevitables ardillas, y muy frecuentada por turistas y neoyorquinos a pie o en bicicleta.
El cuerpo de la cría , con signos de violencia, estaba entre arbustos, bajo una bicicleta
La policía acordonó y rastreó la zona en busca de pistas y tomó huellas dactilares de la bicicleta, en un intento por determinar la intervención humana en el suceso y si el animal llegó vivo al lugar. Pero el misterio continúa, pese a la autopsia practicada por el Departamento de Medio Ambiente en Albany. Una de las teorías oídas en el parque afirma que la cría puede proceder de Morris County, en Nueva Jersey. La población de osos negros ha crecido en los últimos años en zonas próximas a Nueva York, sobre todo en Nueva Jersey, donde no hay depredadores que les amenacen, según explicó el director adjunto del zoo del Bronx, Patrick R. Thomas. Se calcula que hay unos 2.500 ejemplares.
Pero los expertos descartan que el animal llegara a Central Park por sí solo. Para hacerlo tendría que haber atravesado kilómetros de asfalto y rascacielos repletos de vehículos y apresurados ciudadanos. Lana Ciarniello, una experta en osos consultada por The New York Times, añadió otro elemento al rompecabezas: es muy raro encontrar un cachorro hembra de esa edad alejado de su madre. Normalmente, son los machos los que abandonan pronto la camada familiar. Los episodios con osos no son habituales. Sin embargo, el pasado mes de septiembre un hombre murió por un ataque de un oso negro en una zona boscosa del norte de Nueva Jersey. En 2005 fue una niña de cinco años la víctima. El incidente se produjo en los Castkills, zona rural al norte de la ciudad de Nueva York.
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