OPS: América Latina está “preparada” ante el ébola
La Organización Panamericana de la Salud no descarta que se produzca algún caso en la región, pero subraya la importancia de no ser alarmista
El primer diagnóstico de ébola en Estados Unidos ha demostrado esta semana que la epidemia que está causando estragos en el oeste de África puede llegar, pese a los esfuerzos por contenerla, a lugares remotos. Sobre todo en la era de la globalización y los viajes constantes de un punto a otro del planeta. Aunque América Latina no es a priori destino de personas oriundas de los países más afectados, el hecho de que reciba numerosos turistas de todo el mundo hace que no se deba bajar la guardia.
El doctor Marcos Espinal, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), lo explica gráficamente: “Un caso hipotético es alguien que esté trabajando en Liberia, de cualquier nacionalidad, que vuelva a su país y se ha infectado, pero no se ha dado cuenta. Y a los cinco días decide que tiene unas vacaciones planificadas para una playa de América Latina. Puede venir, entra sin problemas porque no tiene síntomas (el ébola tiene un periodo de incubación de hasta 21 días en los que puede no mostrar signos de contagio) y cinco días después, en la playa, desarrolla síntomas. Y puede ser ébola, claro está”.
Espinal, que es el director del departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de la Salud de la OPS, presentó un informe sobre el ébola a los ministros de Salud de América Latina y el Caribe reunidos esta semana en la sede de la organización en Washington para debatir “desafíos sanitarios regionales”.
El experto asegura que no hay motivo para desatar las alarmas en la región. Lo que no quita, puntualiza, que no haya que estar preparados para cualquier eventualidad, algo en lo que, según afirma en entrevista con EL PAÍS, está trabajando ya la región.
Pregunta: ¿Puede llegar el ébola a América Latina?
Respuesta: Claro que podría llegar. Porque no podemos descartar que una persona que se haya infectado pero que no haya desarrollado síntomas o enfermedad, tome un avión y se vaya de vacaciones a algún lugar turístico de América Latina y luego, cinco o seis días más tarde, empiece a desarrollar la enfermedad. Y América es turística de arriba hasta abajo, desde la Patagonia a Canadá.
P: ¿Está América Latina preparada para un eventual caso de ébola en la región?
R: Está bastante preparada, pero se puede hacer más. Hay que recordar que existe lo que se llama el reglamento sanitario internacional, en donde los países tienen que implementar una serie de acciones, y esto se viene haciendo desde 2007 para contener brotes como el ébola, como la epidemia de la influenza.
P: ¿Cuáles son las prioridades?
R: Lo importante en el ébola es tener disponible una sala de aislamiento para que la persona que llegue con signos y síntomas sea inmediatamente aislada y, lo segundo, investigar los contactos de esa persona y observarlos por 21 días muy cercanamente, con tomas de temperatura y chequeos médicos diarios para ver si desarrollan algo. Eso es lo más importante. Luego están también las acciones de prevención y control de infecciones de los hospitales. Otro punto clave es la educación y la comunicación al pueblo, a la gente. Hay muchos países que tienen ya sus unidades, otros están identificándolas. Latinoamérica no está empezando desde cero, pero puede hacer más, claro está.
P: ¿Hay motivos para estar preocupados?
R: No se descarta que entre el ébola, pero tampoco significa que vaya a pasar como si fuera influenza, porque el ébola no se transmite por el aire ni por los mosquitos, como el chikungunya por ejemplo. Por eso no hay que alarmarse. Lo que hay que hacer es tener la cabeza fría para prepararse para la potencial entrada de ébola y, si estamos preparados, estoy seguro de que se puede manejar la situación perfectamente. Lo importante es que no nos echemos a dormir y pensar que bueno, que no hace falta hacer nada más. Hay que estar preparados. (En la OPS) estamos satisfechos, pero también pedimos que se puede hacer más, que mantengan esta preparación, que aseguremos, planifiquemos dónde tenemos las debilidades, porque a veces, en los detalles está el truco.
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