Irán envía ayuda al Ejército de Líbano contra el Estado Islámico
La medida sigue a la millonaria asistencia prometida por Arabia Saudí
Irán anunció este martes que va a entregar al Ejército libanés material militar para que pueda hacer frente a la amenaza en sus fronteras del autodenominado Estado Islámico (EI). Esta inusitada ayuda, de la que Teherán no ha precisado ni el tipo o ni el monto, sigue a la que ya han avanzado Arabia Saudí y EEUU, y pone de relieve el rechazo que ese grupo yihadista suscita en todos ellos. A la vez, resulta potencialmente explosiva ante el riesgo de que Teherán y Riad, aspirantes a la hegemonía regional, intenten hacerse con el control del Ejército libanés después de años de apoyar a milicias rivales.
“La República Islámica ha decidido facilitar ayuda militar al Ejército libanés para ayudarle en su lucha heroica contra el terrorismo”, declaró el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní, Ali Shamjani, ante los periodistas, según la agencia estatal iraní, Irna.
Shamjani, que acababa de entrevistarse con el primer ministro libanés, Tamam Salam, no detalló en que iba a consistir esa asistencia, pero subrayó que se concretará muy pronto, durante la próxima visita a Beirut del ministro iraní de Defensa, el general Hosein Dehqan. También precisó que su país no tiene “ninguna línea roja” por lo que se refiere a apoyar a Líbano a luchar contra el terrorismo y consolidar su estabilidad y seguridad. El pasado agosto, Irán fue el primer país en enviar armas y asesores tanto al Gobierno regional kurdo como al de Bagdad que habían pedido colaboración internacional contra el avance yihadista.
“La medida es parte del enfoque de Teherán de ayudar no sólo a Irak y Siria en la lucha contra el EI sino también a Líbano. De hecho, asistimos a un cambio radical en el tablero levantino”, asegura Theodore Karasik, del Institute for Near East and Gulf Military Analysis (INEGMA) en Dubái. “Habrá que ver cómo reaccionan Washington y Riad que ya están facilitando ayuda al Ejército libanés”, añade.
El peligro radica en el frágil equilibrio confesional de Líbano. El país se encuentra dividido entre los simpatizantes de Irán y el régimen de Damasco (el poderoso Hezbolá con el respaldo de la mayoría de la comunidad chií), y el campo contrario (esencialmente suní, pero también cristiano) que cuenta con el apoyo de Arabia Saudí y EEUU, una fractura que la guerra civil siria sólo ha profundizado.
El pasado 2 de agosto, Líbano sufrió su peor crisis desde el inicio de ese conflicto cuando centenares de yihadistas del Estado Islámico y del Frente Al Nusra atacaron varias posiciones militares libanesas en la localidad de Ersal, a 17 kilómetros de la frontera siria. El jefe del Ejército, el general Jean Kahwaji, pidió ayuda. Aunque cuenta con 45.000 soldados, la milicia de Hezbolá (entre 5.000 y 10.000 hombres) dispone de mejor armamento, cortesía de su aliado iraní.
Una semana más tarde, el líder de la coalición Catorce de Marzo, el suní Saad Hariri, regresaba a Líbano tras tres años de exilio político y de la mano de Arabia Saudí, con 800 millones de euros en la cartera para invertir en el Ejército. Riad ya se había comprometido en 2013 a aportar otros 2.400 millones. Ahora, el anuncio de Shamjani parece confirmar un cambio de estrategia en Líbano de las potencias regionales que intentarían, no sólo hacer frente al EI, sino controlar las Fuerzas Armadas, a las que EEUU sólo ha facilitado hasta ahora armas ligeras.
“Riad pretende ganar peso dentro del Ejército libanés. Teherán está en una posición más sólida, pero se asegura su influencia”, interpreta por su parte Hassan Hassan, del centro de investigación Delma Institute en Abu Dhabi. En su opinión, sin embargo, “es una buena noticia que el mensaje de ambos sea el de apoyar a las instituciones libanesas como entidad neutral y no confesional contra el terrorismo, aunque es de esperar que paralelamente sigan apoyando a sus respectivas confesiones”.
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