Las filiales de Al Qaeda en el Magreb y en Arabia llaman a apoyar al Estado Islámico
Piden que se causen “días negros” a la coalición liderada por Estados Unidos
Las filiales de la organización terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y en la Península Arábiga (AQAP), han redactado y difundido en foros integristas un comunicado en el que llaman a las distintas facciones islamistas en Siria e Irak a unirse para causar “días negros” a la coalición contra el Estado Islámico (EI) liderada por Estados Unidos.
El texto está firmado el pasado 11 de septiembre, aniversario del atentado contra las Torres Gemelas y el Pentágono en EE UU, y acusa a la coalición de perseguir al islam y a los musulmanes como si se tratase de una nueva cruzada.
Este llamamiento conjunto a “los hermanos muyahidines [combatientes en defensa del islam] de Irak y el Levante” convoca a poner fin a las disputas internas: “Parad la lucha entre vosotros y levantaos como una sola fuerza contra la campaña de América y su satánica alianza, que yace a la espera de acabar con nosotros golpe a golpe”.
También reclama que se detengan “las campañas de calumnias y mentiras, y se dirijan las plumas y espadas honestas contra la cabeza infiel: América, y su injusta alianza”. Las ideas del texto se repiten y, siempre en la misma línea, insisten en la existencia de una “campaña injusta de los cruzados” frente a la que se considera que no existe otra opción que “levantarse ante el odio al islam y los musulmanes que profesan Estados Unidos y sus aliados, verdaderos enemigos del mundo musulmán”.
La importancia de este comunicado conjunto radica en que por primera vez facciones de Al Qaeda emiten una posición común de apoyo claro a los objetivos del Estado Islámico, después de que este grupo terrorista se hubiese separado de la red fundada por Osama Bin Laden. El grupo AQMI, encabezado por el argelino Abdelmalek Drukda, opera sobre todo en Argelia y Malí, mientras que AQAP, dirigida por el saudí Naser al Wahishi, actúa en la península Arábiga y en Yemen.
Uno de los principales problemas con los que ha tropezado el Estado Islámico para culminar su expansión en Siria ha sido el auge de las divergencias entre las facciones yihadistas, como el Frente al Nusra, rama local de Al Qaeda. Precisamente la pugna sobre la implantación en Siria provocó en 2013 fricciones entre el líder máximo de Al Qaeda, el médico Ayman al Zawahiri, y Abubaker al Bagdadi, que ahora dirige el califato del Estado Islámico.
Las raíces del EI se encuentran en la rama de Al Qaeda en Irak, cuyas riendas tomó Al Bagdadi en 2010. La estrategia de Al Zawahiri pasaba por mantener a Al Bagdadi en Irak, mientras el grupo afín a Al Qaeda Frente al Nusra se desplegaba en Siria contra el régimen de Bachar el Asad. Pero Al Bagdadi desobedeció sus órdenes, conquistó territorio sirio en las provincias sirias de Raqqa y Deir al Zor y atravesó la frontera para proclamar el califato en la ciudad iraquí de Mosul el pasado 10 de junio.
Otras escisiones de ramas de Al Qaeda ya habían jurado antes lealtad a EI, como hizo el pasado 14 de septiembre Soldados del Califato en Argelia, perteneciente a la rama magrebí.
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