Una riña causa cuatro muertos en una cárcel de máxima seguridad en Bolivia

El penal de máxima seguridad de Cochabamba, Bolivia, fue escenario de una violenta pelea entre los presos que ha dejado cuatro muertos y once heridos, entre ellos dos mujeres que estaban de visita, según ha confirmado el director regional de Régimen Penitenciario, Dennis Mejía.

El hecho se produjo en el apogeo de una fiesta en honor de la Virgen de Urkupiña en el interior del penal, que se celebró este domingo con la asistencia de las familias de reos y autoridades de Régimen Penitenciario y de los tribunales de justicia. El festejo fue  interrumpido por un súbito apagón de luz alrededor de las diez de la noche, según las autoridades. Inmediatamente después se oyeron disparos, mientras los visitantes corrían para protegerse

De acuerdo a las versiones preliminares, el conflicto se originó por una pugna de poder entre los detenidos extranjeros y los bolivianos. Los extranjeros estaban, aparentemente, descontentos por la actuación del delegado de presos, el boliviano Edgar Tancara Sandagorda, que murió en el enfrentamiento.

Alrededor de 200 efectivos policiales fuertemente armados llegaron al lugar alrededor de las ocho y media de este lunes para retomar el control del penal. Las cámaras de televisión mostraron el momento en que los presos, reunidos en el patio, levantaron las manos y las colocaron detrás de la nuca ante los policías armados sin resistencia alguna.

De acuerdo al informe forense, dos presos murieron por impacto de bala y otros dos por arma blanca. Otras once personas fueron heridas por impacto de bala y también por arma corto punzante. Las dos mujeres visitantes fueron agredidas con arma blanca. Una de ellas, de 29 años, estaba embarazada y las heridas causaron la muerte del feto, de acuerdo al informe proporcionado en el Hospital Viedma de la ciudad de Cochabamba.

El Ministerio Público ha designado una comisión de fiscales para la inmediata investigación de los hechos y las razones de la existencia de armas en un penal de máxima seguridad, situado a unos seis kilómetros del centro de la ciudad. Algunos familiares señalaron la posibilidad de que las armas fueran lanzadas al penal desde el exterior, mientras continuaba la fiesta.

El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, ha propuesto la prohibición de festejos en el interior de los penales “porque propicia situaciones imprevistas bajo los efectos del alcohol” de los prisioneros y pone en riesgo a los familiares y a personas ajenas a las cárceles, cuya presencia no debiera de tener justificativo alguno.

Este es el segundo incidente de gran violencia en un penal boliviano desde agosto de 2013, cuando en la cárcel de máxima seguridad de Santa Cruz se produjo un enfrentamiento entre presos con un saldo de 30 muertos, muchos de ellos calcinados, y más de sesenta heridos.

El Defensor del Pueblo denuncia en un informe entregado en abril de este año que el 84% de los presos no tiene sentencia. El documento también señalaba que la tasa de hacinamiento en las cárceles del país se sitúa entre el 200 y el 300%, una de las más altas de América Latina.