Poroshenko propone tres años de autonomía para el este de Ucrania
El proyecto de ley ofrece una amnistía para milicianos que no hayan cometido delitos graves
El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, ha remitido un proyecto de ley a la Rada Suprema (Parlamento) que propone tres años de autonomía para "ciertas zonas" (las dominadas por los rebeldes) de las regiones prorrusas de Donetsk y Lugansk, en el este del país, así como una amnistía parcial y el compromiso de garantizar el uso del idioma ruso. La propuesta será debatida mañana en el Parlamento ucranio. Aunque no es seguro que reciba el apoyo mayoritario de los diputados, la propuesta sigue la estela del plan de paz de 12 puntos firmado con los separatistas a instancias de Rusia el 5 de septiembre, que supuso un alto el fuego tras meses de combates entre milicianos prorrusos y el Ejército ucranio.
Según el documento, el Estado garantiza que "los participantes en los sucesos en Donetsk y Lugansk" no serán perseguidos ni administrativa ni penalmente si no han cometido delitos graves o no han estado implicados en el derribo del Boeing 777 de Malaysian Airlines el 17 de julio, que se saldó con la muerte de 298 viajeros. No obstante, Poroshenko pone como condición que en el plazo de un mes los candidatos a beneficiarse de la amnistía depongan las armas, desalojen los edificios públicos y liberen a todos los rehenes en su poder. El domingo pasado, las autoridades prorrusas y el Ejército de Ucrania intercambiaron 146 prisioneros -73 por parte de cada bando- en la provincia ucrania de Donetsk, según han confirmado fuentes separatistas a la cadena Russia Today y ha anunciado el presidente Poroshenko a través de Twitter.
El proyecto de ley también comprende la convocatoria de elecciones locales para el 9 de noviembre con el fin de que esas regiones elijan a sus representantes ante Kiev, y se compromete a garantizar el uso del idioma ruso "en la vida pública y privada, y en la educación (...), su uso libre y su igualdad de derechos", una de las principales demandas de los insurgentes. De hecho, tras la destitución de Víctor Yanukóvich, una de las primeras medidas adoptadas por el Parlamento ucranio (y que enseguida se rectificó) fue la derogación de la Ley sobre la Política Lingüística del Estado, que desde 2012 permitía a las regiones la cooficialidad de la lengua rusa.
El presidente ucranio ha insistido en las últimas semanas en que Kiev necesita interlocutores en esas zonas que sean elegidos por la población local, y no líderes insurgentes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk vinculados a Moscú.
Kiev y los separatistas firmaron el pasado 5 de septiembre un protocolo en Minsk, la capital de Bielorrusia, que incluía un alto el fuego, el canje de prisioneros de guerra y la apertura de corredores humanitarios, que abre la ventana a un arreglo pacífico del conflicto.
Las dos partes acusan a la contraria de violar a diario la tregua. En Donetsk, debido a los bombardeos de la artillería contra la ciudad, perecieron el domingo seis personas y 15 resultaron heridas, según datos del Ayuntamiento. A pesar de estos y otros incidentes, tanto Kiev como los separatistas consideran que el alto el fuego sigue en vigor.
En el plano militar, Andréi Lisenko, el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, aseguró este lunes que no tiene datos sobre qué países y qué clase de armamento están siendo suministrados a Kiev. La declaración viene al hilo de otras del ministro de Defensa, Valeri Gueletéi, que el sábado aseguró que el suministro de armas por parte de países de la OTAN ya ha comenzado.
Lisenko informó de que en la provincia occidental de Lvov han comenzado unos ejercicios militares liderados por Estados Unidos y con la participación de 15 países. Las maniobras se denominan Rapid Trident, y participan en ellas cerca de 1.300 militares y 700 tanques y blindados. Los ejercicios, anuales, estaban previstos hace meses pero fueron aplazados a raíz de la situación de seguridad en el este de Ucrania. Se prolongarán por dos semanas y han sido criticados por Rusia, que considera que aumentan la tensión en la región y amenazan al progreso logrado en el proceso de paz en el este de Ucrania.
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