Estados Unidos pasa de puntillas por los derechos humanos en África
Activistas lamentan la falta de una discusión pública de DD HH en Washington y los posados oficiales con mandatarios cuestionados
La foto del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su esposa Michelle posando sonrientes con el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, justo antes de la cena ofrecida la noche del martes en la Casa Blanca a líderes africanos, ha indignado a la comunidad gay y a defensores de derechos humanos.
“Traicionada por Obama, Museveni en NUESTRA Casa Blanca”, tuiteaba la activista de los derechos LGTB Melanie Nathan. “Asqueada” se declaraba por la foto con un “dictador opresivo”, un mensaje reiterado este miércoles en diversos medios vinculados a la comunidad homosexual.
Al fin y al cabo, no hace ni dos meses que el gobierno de Obama anunciaba nuevas sanciones a Uganda por la ley que criminaliza a los homosexuales. La normativa había sido sancionada expresamente por Museveni, cuyo gobierno acaba de anunciar además que pretende apelar la reciente anulación de la ley decretada por el Tribunal Constitucional ugandés por un defecto de forma.
“Cuando ves fotos del presidente y la primera dama posando con estos dictadores retrógrados, eso desde luego envía un mal mensaje”, advierte Jeffrey Smith, responsable para África del Centro Robert F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos, en referencia también a otros invitados a la cumbre y la famosa cena. Washington no invitó expresamente a la cumbre a los presidentes de Zimbabwe, Eritrea, República Centroafricana y Sudán. Pero sí recibió -y agasajó- a Museveni y a una larga lista de mandatarios, entre ellos presidentes autócratas como los de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, o Gambia, Yahya Jammeh.
Para hablar de DD HH por debajo de la mesa no se hace una cumbre" Santiago Canton
El Centro Kennedy, al igual que otros grupos de derechos humanos, lamentan la decisión del gobierno de Obama de pasar de puntillas por el tema de derechos humanos en África, a pesar de haber congregado en Washington a casi medio centenar de líderes del continente durante una semana.
“Los grupos de derechos humanos y de la sociedad civil han sido absolutamente dejados de lado durante la cumbre”, denuncia Smith. Su jefe, el director ejecutivo del Centro Kennedy, Santiago Canton, no tiene reparos en calificar este hecho como una “vergüenza”.
“Que hoy en día se haga una cumbre de una región con Estados Unidos y que la sociedad civil ni siquiera haya podido participar formalmente, es una vergüenza”, asevera.
También para Human Rigths Watch la cumbre africana ha sido una “oportunidad perdida” en esta materia.
EE UU ayudará a crear una fuerza de respuesta rápida para misiones de paz en África
El presidente Barack Obama anunció este miércoles el apoyo de EE UU a la creación de una fuerza de respuesta rápida en África que apoye las misiones de paz de Naciones Unidas y la Unión Africana en el continente.
La iniciativa contará con la cooperación inicial de seis países -Etiopía, Ghana, Ruanda, Senegal, Tanzania y Uganda- que, según Obama, han demostrado un “historial de logros en el mantenimiento de paz” y recibirá una financiación inicial de Washington de 110 millones de dólares anuales durante los próximos tres a cinco años, según anunció al término de la primera cumbre EEUU-África, celebrada en Washington esta semana.
“Nos preocupa mucho que en esta cumbre los derechos humanos no estén en la agenda, es una oportunidad perdida”, lamenta la investigadora de HRW Lisa Misol. “El gobierno de EE UU debería estar sacando el tema de los derechos humanos en estas conversaciones, no priorizar el dinero”.
No se trata, subraya Smith, de no realizar un encuentro como éste.
“La Cumbre EE UU-África debe ser aplaudida, es un esfuerzo muy necesario de la Casa Blanca”, asevera. “Pero las cuestiones de derechos humanos y de buen gobierno deberían haber estado sobre la mesa, la sociedad civil debería haber recibido un papel oficial en la cumbre, y EE UU de verdad tiene que volver a priorizar y trabajar más con los gobiernos democráticos y no con los líderes retrógrados del pasado”.
En vísperas de la cita africana en Washington que concluyó este miércoles, HRW presentó en la misma capital estadounidense un informe sobre África donde se denuncia la “decepcionante reticencia” del gobierno de Obama a integrar los derechos humanos en su marco de políticas hacia África. Todo ello cuando, subraya la organización, en las ocasiones en que Washington ha priorizado el tema en su diplomacia hacia África, ha tenido un “impacto positivo”, dice.
Como muestra de la influencia estadounidense, el informe cita el caso del rebelde congoleño Bosco Ntaganda, conocido en el este de Congo como Terminator y buscado durante ocho años por la Corte Penal Internacional (CPI), que acabó entregándose el año pasado en la embajada estadounidense en la capital ruandesa, Kigali. O la decisión del Departamento de Estado de ayudar económicamente al tribunal senegalés que juzgará al antiguo dictador de Chad Hissene Habré.
“Estas acciones específicas demuestran que cuando EE UU hace valer su influencia, es capaz de promover la rendición de cuentas e impulsar el Estado de Derecho”, subraya HRW, que en su informe destaca la capacidad de impacto que tiene Washington en países con deficiencias en materia de derechos humanos como Etiopía, Uganda, Ruanda, Sudán del Sur, Kenia o Nigeria.
Pero aunque durante los tres días de cumbre tanto el secretario de Estado, John Kerry, como el vicepresidente Joe Biden se han reunido en bilaterales con los líderes de algunos de estos países, el tema no ha salido a relucir, al menos de forma pública.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, aseguró que EE UU tenía intención de hablar de derechos humanos durante las reuniones a puertas cerradas que Obama y otros altos funcionarios norteamericanos celebraron este miércoles. Y el mandatario confirmó, en la rueda de prensa con que cerró los encuentors, que el tema fue tratado.
“Algunas naciones han realizado avances impresionantes, pero vemos algunas restricciones preocupantes a los derechos universales, así que hoy fue una oportunidad para destacar la importancia del Estado de Derecho, las instituciones abiertas y responsables, sociedades civiles fuertes y la protección de los derechos humanos para todos”, explicó Obama, quien sin embargo no precisó qué países le preocupan más ni qué les exigió a sus contrapartes africanos durante el único panel en que aparentemente se trató este tema.
Para Santiago Canton, esto no es suficiente.
Invitados incómodos para Obama
Estos son los jefes de las delegaciones de países africanos, que participan en Washington en la cumbre entre Estados Unidos y África, que el Departamento de Estado ha criticado, en su informe de 2013 o recientemente, por graves abusos de los derechos humanos. Todos ellos acudieron el martes por la noche a una cena de gala en la Casa Blanca ofrecida por el presidente estadounidense, Barack Obama:
Paul Biya, presidente de Camerún
El Departamento de Estado critica que las relaciones consentidas entre personas del mismo sexo son "ilegales" en el país y pueden ser perseguidas con penas de prisión entre seis meses y cinco años. Lamenta varios casos en que se ha aplicado esta polémica ley.
Ibrahim Roshdy Mahlab, primer ministro de Egipto
El Departamento de Estado ha puesto en duda en los últimos meses la independencia judicial en Egipto al criticar con dureza las condenas a pena de muerte a centenares de integrantes de los Hermanos Musulmanes, una organización ilegalizada por el nuevo Gobierno del general Abdel Fatá al Sisi. En el informe de 2013, denuncia que en las protestas de agosto pasado -en las que el Ejército depuso al Gobierno de Mohamed Morsi, el primer presidente elegido democráticamente en el país- las fuerzas de seguridad acabaron con la vida de entre 600 y 900 manifestantes.
Hailemariam Desalegn Boshe, primer ministro de Etiopía
Washington critica que una ley prohíbe a las organizaciones, que reciban más de un 10% de su financiación desde el extranjero, impulsar la promoción de los derechos humanos y la democracia en el país.
Yahya Jammeh, presidente de Gambia
La diplomacia estadounidense advierte de la interferencia gubernamental en los procesos electorales, la intimidación y abuso a los opositores, y los casos de tortura y desaparición forzosa de individuos. También critica la discriminación contra la comunidad homosexual. El pasado febrero Jammeh tildó de "alimañas" a los homosexuales y dijo que su Gobierno se enfrentaría a ellos de la misma manera que combate a los mosquitos de la malaria.
Teodoro Obiang, presidente de Guinea Ecuatorial
En su informe de 2013, el Departamento de Estado denuncia todo tipo de violaciones de derechos humanos en la excolonia española, entre ellas torturas, ausencia de libertad de expresión, prensa y asociación; "inhabilidad" de los ciudadanos para cambiar su gobierno, detenciones arbitrarias y abusos en prisiones.
Goodluck Ebele Jonathan, presidente de Nigeria
El informe de 2013 cita las acusaciones de que, en su lucha contra la organización terrorista de Boko Haram, las fuerzas de seguridad nigerianas habrían asesinado a cientos de personas, destrozado propiedades y detenido ilegalmente a jóvenes.
Joseph Kabila Kabange, presidente de la República Democrática del Congo
El Departamento de Estado critica que en el conflicto con grupos rebeldes en el este del país las fuerzas armadas nacionales fueron responsables de "graves violaciones" de derechos humanos y que la impunidad por estos hechos sigue siendo un "problema serio".
Salva Kiir Mayardit, presidente de Sudán del Sur
La diplomacia estadounidense denuncia casos en que el Gobierno ha intimidado y hostigado a activistas sociales y periodistas, y ha restringido las libertades de expresión, prensa y asociación. En paralelo, advierte de que las fuerzas de seguridad han cometido asesinatos extrajudiciales y torturas, y han privado a las víctimas el acceso a la justicia.
Yoweri Kaguta Museveni, presidente de Uganda
El Departamento de Estado lamenta que una nueva ley “abusa, intimida y deniega acceso a servicios sanitarios” a la comunidad homosexual en el país.
“Para hablarlo por debajo de la mesa no se hace una cumbre”, zanja. “La importancia de una cumbre radica precisamente en poder plantear temas de manera colectiva y que todos den su opinión, se expresen y salga algún tipo de declaración”.
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