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Empieza el éxodo de empresas rusas

Lukoil vende su red de gasolineras en Ucrania ante la caída de las ventas

El Banco Central ruso, en Moscú, el 5 de agosto
El Banco Central ruso, en Moscú, el 5 de agostoAndrey Rudakov (Bloomberg)

Por los riesgos políticos, económicos y de seguridad relacionados con las turbulencias bélicas y el deseo de venganza por la anexión de Crimea, las empresas rusas están tratando de vender sus negocios en Ucrania. Gasolineras, refinerías, fábricas químicas y metalúrgicas, sólidos valores cuando Moscú pensaba atraer a Kiev hacia la órbita de la Unión Aduanera Euroasiática, se han convertido en una patata caliente de la que las grandes firmas rusas tratan de desprenderse.

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El gigante petrolero ruso Lukoil anunció la semana pasada la venta de su red de gasolineras en Ucrania —240 establecimientos y seis terminales de petróleo— a la compañía austriaca AMIC Energy Management GmbH. Las negociaciones han sido a iniciativa de los propios austriacos, indica Lukoil en una nota de prensa. “La venta de la red de gasolineras y terminales de petróleo en Ucrania a la compañía AMIC facilitará a Lukoil la posibilidad de optimizar la estructura de nuestros activos y el sistema de gestión de la red de ventas en Europa del Este”, comentó Vadim Vorobiov, vicepresidente de Lukoil.

Horas después, su presidente, Vaguit Alekpérov, explicó las causas de la decisión. Según la agencia RIA Novosti, Alekpérov precisó que la compañía ha registrado una caída de 42% en sus ventas en Ucrania desde principios de año. “Hemos sufrido también un bloqueo de varias gasolineras. Todos esos factores nos empujaron a apresurar el proceso de venta”, dijo. Alekpérov, cuya empresa no está en la lista de sanciones de la Unión Europea contra las firmas rusas, teme que de todos modos sufrirá sus consecuencias. “Todo el país sentirá las consecuencias de las sanciones. Somos una compañía rusa y también lo sentiremos, como los demás… Claro que el hecho de que se complique el acceso a los mercados del capital aumentará nuestros gastos y puede disminuir las inversiones”, explicó a Reuters.

En junio, Lukoil ya se había liberado de su red de gasolineras en Crimea y de su refinería de petróleo en Odessa. De todos sus activos en Ucrania, a Alekpérov le queda solo la compañía Karpatneftejim, que produce cloruro de polivinilo y polietileno por 371 millones de euros anuales, pero que, según el mismo Alekpérov, no funciona “por la situación económica y razones de seguridad”.

La decisión de Lukoil puede empujar a sus colegas a abandonar el mercado del país vecino. No es la única compañía presente en territorio ucranio afectada por las tensiones. La petrolera estatal Rosneft tiene allí 150 gasolineras, siete terminales y una refinería de petróleo en Lisichansk (datos de 2013). Tatneft contaba a finales del año pasado con 111 gasolineras y 11 terminales de petróleo en las zonas de Poltava y Jarkov. Su refinería en Kremenchuk fue de facto expropiada en 2009 por el magnate ucranio Ígor Kolomoysky, a quien Kiev designó en febrero pasado gobernador de la provincia de Dnepropetrovsk. La estatal Rosneft se negó a explicar sus planes frente a las posibles sanciones de Ucrania y la huida de Lukoil del país.

Al menos nueve oligarcas rusos tienen activos en el país vecino

Al menos nueve oligarcas rusos tienen activos en Ucrania, según la revista Forbes Russia. Entre ellos Mihaíl Fridman, presidente de la compañía Alfa-group, que posee 47,9% de la mayor de telefonía móvil, VimpelCom, y la operadora de lotería M.S.L. (Kiev), y cuyas compañías Alfa-bank, Alfa-aseguradora y otras tienen filiales en Ucrania y sucursales por todo el país.

En su informe de 2013, Alfa-group apuntaba como uno de los problemas que podían influir negativamente en la economía rusa “al continuo empeoramiento de las relaciones entre Rusia y EE UU por los problemas geopolíticos de Ucrania”. Por ahora, el grupo no tiene planes de marcharse. En abril, el consorcio compró el 99,8% de las acciones del Banco de Chipre ucranio por 202,5 millones de euros.

Rusal, el conglomerado de Olég Deripaska, magnate del aluminio ruso, controla la fábrica de alúmina en Nikolayev y el grupo industrial de aluminio en Zaporozhye. Evraz, el holding de Román Abramóvich y Alejandro Abramov, tiene varios activos en Ucrania. La salida de Lukoil puede ser sintomática. “El empeoramiento de la situación económica de Ucrania y los riesgos políticos, entre ellos las sanciones, van a contribuir a la salida de las compañías rusas y a la división de los negocios, aunque teniendo en cuenta la integración de las dos economías no creo que sea un proceso masivo”, dice Anton Tabakh, economista jefe del Instituto de Energía y Finanzas.

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