Pekín despliega policías armados y 850.000 informantes en la capital china
Las autoridades intensifican la vigilancia ante posibles movilizaciones por el aniversario
Controles policiales, agentes armados, patrullas de los cuerpos especiales, helicópteros, vehículos del ejército, policías con perros, y cientos de miles de informantes por toda la ciudad. Las autoridades chinas han desplegado en los últimos días un extenso dispositivo de seguridad en Pekín como parte de la campaña antiterrorista de un año puesta en marcha tras los atentados ocurridos en los últimos meses en diferentes lugares del país -que el Gobierno ha atribuido a separatistas de la región de Xinjiang- y en previsión de movilizaciones con ocasión del 25 aniversario de la represión de las protestas democráticas en la plaza Tiananmen en la noche del 3 al 4 de junio de 1989.
El número de vehículos de la policía y las patrullas han sido incrementados, y en algunas calles hay soldados y policías armados con fusiles automáticos. El martes por la tarde, vigilaban cerca de la calle Wangfujing -una de las más comerciales de la ciudad- y en otras arterias de la capital. Hasta hace poco, era raro que la policía fuera armada en las ciudades chinas.
El despliegue de seguridad es intenso sobre todo en Tiananmen. Para acceder, es preciso pasar varios controles policiales y un arco detector de metales. Cientos de policías y soldados, de uniforme y de paisano, peinan la plaza. En algunos lugares, hay apostados militares armados. Por todos lados, hay coches de las fuerzas de seguridad. En una esquina de la plaza, hay una enorme grúa de la policía. Mientras, los turistas cumplían este martes con el ritual habitual y se fotografiaban bajo el retrato de Mao Zedong que preside la entrada a la Ciudad Prohibida.
En octubre pasado, tres miembros de una familia de Xinjiang –región del oeste de China, hogar de la minoría musulmana uigur- lanzaron el coche en el que iban contra los visitantes que cada día abarrotan Tiananmen e incendiaron el vehículo. Mataron a una turista filipina y a un ciudadano chino. Los tres atacantes murieron.
Las últimas instrucciones del Ministerio de Seguridad Pública permiten a los policías de las unidades especiales en la capital disparar sin necesidad de identificar o avisar, “siempre y cuando se estén enfrentando a terroristas”, según ha publicado la prensa local. También ha sido duplicada la cantidad de munición que pueden llevar.
La vigilancia es especialmente fuerte en lugares con alta concentración de gente, como estaciones de tren y de metro, donde es necesario pasar por arcos de seguridad para acceder. En la estación de metro de Tiananmen, los empleados pasaban este martes, además, un detector de metales sobre la ropa de los pasajeros.
Aparte de las fuerzas de seguridad, las autoridades han desplegado por toda la ciudad a 850.000 informantes, en el marco de la campaña antiterrorista, muchos de ellos jubilados, que rápidamente avisan a la policía si ven algo fuera de lo normal.
El 25 aniversario de las protestas de Tiananmen está pasando desapercibido para la mayoría de los chinos. El Gobierno veta toda información al respecto y ha detenido a docenas de activistas y disidentes desde hace semanas para impedir cualquier intento de conmemoración. Los controles sobre Internet son estos días aún más intensos que de costumbre. Algunas páginas de Google, normalmente accesibles, han sido bloqueadas.
Cientos de personas –más de mil, según algunas fuentes- murieron en la represión de las protestas en Pekín en la noche del 3 al 4 de junio de 1989. Las autoridades, que no han dado nunca un balance oficial de víctimas, han vuelto a defender este martes la intervención armada. “Hace mucho tiempo que el Gobierno llegó a una conclusión sobre los disturbios políticos que tuvieron lugar al final de la década de los ochenta en China”, ha asegurado Hong Lei, portavoz de Exteriores, en rueda de prensa, informa Reuters.
“En las tres últimas décadas y pico de reforma y apertura, los enormes logros de China en desarrollo social y económico han recibido la atención del mundo. La construcción de la democracia y estado de derecho han seguido perfeccionándose”, ha afirmado. “Puede decirse que el camino al socialismo con características chinas que seguimos hoy concuerda con las condiciones nacionales de China y los intereses fundamentales de la inmensa mayoría de los chinos”. Hong ha negado también que exista persecución política. “En China, solo hay gente que incumple la ley. Los llamados disidentes no existen”.
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