Merkel señala a Juncker como su candidato pero no descarta otros nombres

La canciller alemana, Angela Merkel, tenía claro el mensaje que quería lanzar en su comparecencia de esta mañana, un día después de las elecciones europeas: su partido ha vuelto a ser el más votado en Alemania, y eso es algo que pocos jefes de Gobierno de la UE pueden decir. Pero las preguntas de los periodistas han girado en torno a otros temas: la pérdida de votos de los democristianos, la irrupción en Estrasburgo de un partido antieuro con solo un año de antigüedad y, sobre todo, el escenario que se abre ahora para elegir al próximo presidente de la Comisión Europea.

Merkel, como ha dejado claro en más de una ocasión durante los últimos meses, no quiere atarse las manos. La jefa del Gobierno alemán ha insistido en que su candidato sigue siendo el luxemburgués Jean-Claude Juncker, que fue elegido como tal por el Partido Popular Europeo el pasado mes de marzo en Dublín. Pero a la pregunta sobre si descarta un presidente de la Comisión que no sea Juncker o el candidato socialista, Martin Schulz, Merkel ha vuelto a la indefinición. “Ningún grupo tiene la mayoría. Tenemos que hablar no solo sobre nombres, sino contenidos”, ha dicho, evasiva.

El primer acto de las negociaciones postelectorales tendrán lugar mañana martes en Bruselas, en la cena informal a la que el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha invitado a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE. El candidato de Merkel para sustituir a José Manuel Barroso sigue siendo Juncker, aseguró, pero acto seguido añadió que ella no es la única que decide y que para alcanzar un nombre de consenso tiene que dialogar con sus homólogos europeos.

El panorama político que se le abre a Merkel tras los comicios del domingo es infinitamente más tranquilo que en países como Francia o Reino Unido, pero no está exento de riesgos. Uno de los mayores viene por su flanco derecho, por los antieuro de Alternativa por Alemania (AfD, en sus siglas en alemán), que han pasado de la nada a tener siete eurodiputados.

El ascenso de este partido supone una clara amenaza para Merkel por robarle a su electorado más conservador. Pero además complica las posibilidades de alianza de la CDU en el futuro. La canciller ha vuelto hoy a descartar cualquier tipo de colaboración con AfD. A esta falta de hipotéticos aliados futuros se une que sus tradicionales socios, los liberales, no salen del coma demoscópico.

“El votante tradicional conservador alemán, que antes encontraba ciertas figuras de referencia en la CDU, ya no tiene ningún motivo de identificación con el partido de Merkel. Así se explica el éxito de AfD, que no es equiparable a partidos populistas europeos como el Frente Nacional francés. Estamos más bien ante una fuerza patriótica-conservadora”, explica en una charla con ese periódico la politóloga Ulrike Guérot, del think-tank Open Society Iniciative for Europe.

Una política de competitividad, de crecimiento y de empleo es la mejor respuesta. Hacen falta decisiones que beneficien a la gente Ángela Merkel, canciller alemana

Merkel rehusó opinar sobre el ascenso del Frente Nacional de Marine Le Pen, pero sí señaló las claves con las que Francia podrá volver a convencer a los ciudadanos decepcionados con los políticos tradicionales. “Una política de competitividad, de crecimiento y de empleo es la mejor respuesta. Hacen falta decisiones que beneficien a la gente”, dijo la líder en la sede de la CDU berlinesa.