Los conservadores reivindican la presidencia de la Comisión Europea
Los socialdemócratas avisan de que perseguirán una alianza de izquierdas
“El Partido Popular Europeo está a punto de ganar las elecciones. Y, por tanto, reivindica la presidencia de la Comisión Europea”. Así recibió en la noche del domingo los primeros resultados electorales el candidato del Partido Popular Europeo a presidir el Ejecutivo comunitario, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, en Twitter. El conservador quiso aguardar hasta que los resultados fueran definitivos para comparecer, pero también dejó clara la intención de su grupo de optar al puesto más codiciado en el elenco de cargos comunitarios.
El deseo de reafirmarlo no era gratuito. Poco antes de conocer las primeras estimaciones de voto, que reflejaban un descenso para los socialdemócratas europeos, el candidato de este grupo, Martin Schulz, ya había avanzado sus intenciones. “Trataré de encontrar una mayoría”, dijo, a pesar de que más tarde obtuvo una derrota en comparación con los resultados de las elecciones de 2009. Al filo de la medianoche, en su primera comparecencia tras confirmarse los primeros resultados, Schulz, se mostró más ambiguo y aseguró que era “pronto para decir quién apoyará a quién” y no abandonó su discurso de toda la campaña: “Por primera vez está claro que el presidente de la Comisión saldrá de los cinco candidatos”.
Con ese descenso, una mezcla de tristeza y optimismo se apoderó de los primeros espadas de la socialdemocracia europea. “Negociaremos desde una posición de fuerza”, se apresuraba a decir una fuente oficial del partido al filo de la medianoche. El resultado, ligeramente por debajo de los 190 eurodiputados (el suelo electoral que les daban las encuestas), deja poco margen de maniobra. “Vamos a intentar construir una mayoría pero nos reuniremos primero con los conservadores”, apuntaba otro portavoz del grupo.
El presidente de su grupo en el Parlamento Europeo, Hannes Swoboda, descartó rotundamente la posibilidad de una gran coalición de conservadores y progresistas en la Eurocámara y, en su lugar, abogó por aliarse con otros grupos minoritarios para formar una coalición de izquierdas, ahondando en la tesis que defiende buena parte de su grupo parlamentario.
A partir de ahora comienza la negociación. La candidata verde, la alemana Ska Keller, se mostró dispuesta a hablar con todos, pero solo aceptará pactar con quienes tengan “una agenda verde”. “No vamos a tolerar ni a cooperar con partidos que no respeten los derechos humanos, los derechos de las minorías, de los inmigrantes o de las mujeres”, aseguró Keller, única mujer candidata a presidir la Comisión en estos comicios. “Estamos contentos con nuestro resultado”, destacaba poco después de conocer las primeras proyecciones.
El grupo con más fuerza para decantar las mayorías es el liberal, que ha aguantado el tirón de los radicales y ha logrado detener parcialmente la sangría que los sondeos le auguraban. Su candidato, Guy Verhofstadt, compareció ante los medios para enfatizar que, tras la batalla electoral, las próximas semanas servirán para nombrar al presidente del Ejecutivo comunitario. “Para nosotros es fundamental que haya una mayoría amplia y una Comisión Europea con un programa nuevo que permita salir de verdad de la crisis”, señaló a primera hora de la madrugada. “No queremos continuar con las políticas conservadoras que nos llevaron a esta situación y que se niegan a aplicar reformas estructurales porque consideran que Europa ya ha superado la crisis”, se apresuró a decir. “Y es imprescindible que el nominado sea uno de los candidatos. Sería incomprensible algo distinto”. Verhofstadt, exprimer ministro belga entre 1999 y 2008, explicó que está en negociaciones en seis países para elevar el número de eurodiputados desde los 70 logrados hasta 90. Aplaudió el alza de participación. Y cerró con una referencia a los populismos: “Lo de Francia es preocupante, pero en otros países la tendencia es la contraria: Geert Wilders ha sacado peores resultados en Países Bajos y es tan solo la tercera fuerza, a pesar de las encuestas”.
El último en comparecer, Alexis Tsipras, lo hizo desde el cuartel general de su partido, Syriza, en Atenas. “Es histórico que un partido de izquierdas gane las elecciones y que lo haga con un margen tan amplio”, sacó pecho el candidato de la Izquierda Unitaria Europea en referencia a lo ocurrido en su país, Grecia. Si se confirman los resultados preliminares, su partido pasaría de 35 a 43 escaños en el nuevo Parlamento Europeo, más allá de los apoyos que tienen prometidos de diferentes partidos no alineados (entre ellos, la gran sorpresa electoral en España, Podemos). "Es un mensaje claro de que las políticas de austeridad no han funcionado, que han hecho sufrir a los países del sur de Europa. Los ciudadanos han condenado la austeridad y han votado por el crecimiento y por la soberanía democrática", cerró.
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