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Las últimas horas de Ramiro Hernández

Los abogados del mexicano no lograron aplazar la inyección letal, que le será administrada este miércoles cerca de las 18.00

Ramiro Hernández Llanas, en una visita familiar.
Ramiro Hernández Llanas, en una visita familiar.DIARIO EL MAÑANA

Las avenidas legales para el mexicano Ramiro Hernández se han cerrado una a una, dando paso a las despedidas con familiares cercanos, quienes lo acompañan en una espera que se ha alargado por 17 años.

Cada minuto en la vida de Hernández está siendo grabado ahora. Desde lo que duerme, come hasta sus reuniones familiares, todo está siendo registrado como parte del tradicional protocolo que Texas aparta para sus condenados a muerte.

Aunque dieron la batalla, sus abogados no lograron aplazar la inyección letal de Pentobarbital, que le será administrada este miércoles cerca de las 18.00. Dos decisiones marcaron su destino esta semana.

La primera vino de la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Texas, que dictaminó que el estado de Texas no estaba obligado a revelar el nombre del nuevo proveedor del mortal anestésico.

Su defensa había alegado que al no difundir esta información se podía estar sometiendo a los reos a dolor excesivo, ya que la droga puede producir ese efecto, si no tiene la integridad necesaria, dependiendo de sus componentes. Este argumento fue aceptado en cortes menores.

Por otra parte, este lunes 7 de abril, la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas negó la aplicación para clemencia de Hernandez por decisión unánime. “Esta determinación revela que el proceso de clemencia de Texas es una farsa, y únicamente se burla del concepto de misericordia en la cual se supone que se basa la Junta”, declararon sus abogadas Naomi Terr y Sheri Johnson.

El Gobierno de México ha realizado las gestiones necesarias para movilizar a los familiares de Hernández, entre ellos su madre y hermanos, además de coordinar y financiar su estadía en Texas.

A nivel internacional han realizado diversas gestiones para llamar la atención sobre este caso, la más reciente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero eso no ha tenido un impacto suficiente en Texas, así como ocurrió anteriormente con Edgar Tamayo.

"Creemos injusto que se le haya condenado en base al peritaje de un doctor que sin ni siquiera hablar español tomó ciertas determinaciones nada imparciales basándose en prejuicios de grupos étnicos, señaló a los mexicanos con una proclividad para cometer delitos, drogarse y una serie de cosas, es lamentable que procesalmente no hayan sido admitidas otras evaluaciones clínicas”, aseguró Euclides Del Moral Arbona, director general adjunto de Protección.

Hernández fue condenado por el asesinato del profesor de la Universidad de Baylor, Glen Ernst Lich (48). Su esposa Lera fue el principal testigo, quien declaró que el mexicano golpeó a su esposo con una barra de metal y luego la violó en repetidas ocasiones.

Mientras las gestiones legales han fracasado gradualmente, la familia de Hernández ya ha comenzado a aceptar su pérdida. Antes se vieron enfrentados a la muerte de su padre y hermana mayor, ahora la diferencia es que saben el día, la hora y el lugar y han tenido tiempo para despedirse.

Su hermano Jorge, quien lo ha visitado en varias ocasiones en estos 17 años, recordó una infancia muy difícil para todos. “Nuestros padres nos enseñaron de una manera bruta, yo como era el mayor de los hombres agarraba un palo y una madera si no querían venirse a trabajar. Todos los hermanos somos un poco secos. No responsabilizamos a nuestros padres, porque ellos también tuvieron una vida muy dura”, aseguró.

Jorge insistió en que nunca ha hablado sobre el crimen de Lich con su hermano, pero al ser consultado al respecto, comentó que le había sorprendido mucho enterarse de lo sucedido.

“Dudo que lo haya hecho, a menos que se haya sentido atacado y digo esto sólo en base a lo que conozco a mi hermano, no estoy diciendo que lo hayan atacado, sino en base a su forma de ser”.

“Cuando él era pequeño, la forma que tenía de defenderse de quienes lo molestaban era orinándoles. Ya después de grande con 17 ó 18 años, tenía una reacción física”.

A horas de enfrentar la ejecución, Jorge aseguró que su hermano está tranquilo. “Antes cuando se encontraba con algún problema era muy miedoso, tenía una reacción distinta, se asustaba, ahora no, está demostrando mucha fortaleza”.

Hernández será trasladado desde la cárcel de Livingston a la Unidad de las Paredes de Huntsville durante la mañana, a una hora no especificada. Antes de morir tendrá la oportunidad de decir sus últimas palabras. Jorge aseguró que él lamenta profundamente todo lo sucedido.

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