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En Latinoamérica, las mujeres viajan más pero no siempre llegan lejos

Un estudio revela que el tráfico y los viajes cotidianos limitan las oportunidades de empleo de las mujeres con hijos

Mujeres utilizando transporte público en Buenos Aires
Mujeres utilizando transporte público en Buenos AiresVictoria Ojea

Son las 6 de mañana en las afueras de una soñolienta Buenos Aires.

Isidora, madre de dos niños, se sube al ‘colectivo’ de la ruta 80, vacío a esas horas y en ese tramo, y se dispone a recorrer los 20 kilómetros que la separan de su trabajo, un hogar del centro de la ciudad donde hace labores domésticas.

“Si tuviera empleo cerca de casa podría trabajar todos los días, y más horas, pero por ahora no puedo porque no me daría tiempo de ir a buscar a mi hijo más chico al colegio", explica la trabajadora, que dedica a sus labores sólo 25 horas a la semana.

Isidora no está sola. Millones de mujeres en Latinoamérica y en el mundo enfrentan diversos obstáculos -legales, económicos- que limitan sus oportunidades laborales. Por si fuera poco, una reciente investigación halló que las mujeres también deben considerar el tráfico y los desplazamientos cotidianos como enemigos potenciales de sus avances socioeconómicos.

La investigación advierte que, incluso en entornos de clase media educados –en Buenos Aires, Lima y otras capitales-, aún persisten los roles tradicionales de la mujer, lo cual las obliga a adoptar patrones de movilidad más complejos y extensos que los de los hombres.

Esto tiene un impacto en sus oportunidades de trabajo. Por ejemplo, en el área metropolitana de Buenos Aires, los hombres con hijos tienen un 80% más de opciones de empleo que las mujeres con hijos, de acuerdo al estudio.

La razón es la siguiente: las mujeres con hijos hacen más viajes no relacionados con el trabajo –a guarderías, por ejemplo– y suelen invertir más tiempo en sus movimientos en vista de que avanzan más lentamente cuando están al volante. Esto, en muchas ocasiones, les impide mantener una jornada laboral completa y, consecuentemente, les cierra las puertas de muchos empleos.

"Las opciones de viaje de las mujeres están limitadas, en parte, por las actividades del hogar, lo que las obliga a depender de modos de transporte más lentos. En general, las mujeres caminan más y utilizan más los autobuses, mientras que los hombres viajan en auto o utilizan el tren”, dice Shomik Raj Mehndiratta, especialista en transporte del Banco Mundial.

Para aliviar el problema, el experto recomienda adoptar medidas tales como:

 Avances concretos

Son justamente este tipo de trabas, en ocasiones inadvertidas, las que dificultan una equidad real entre hombres y mujeres.

De todas formas, en los últimos 20 años más de 70 millones de mujeres se sumaron a la fuerza laboral en América Latina, en una muestra de que los roles de género tradicionales que relegaban a la mujer al cuidado de los hijos y del hogar están cambiando.

También durante este periodo cayeron muchas de las barreras, tanto legales como sociales y económicas, que impedían la incorporación plena de la mujer a la vida pública. Se calcula que en los últimos 50 años se redujeron a la mitad las restricciones a los derechos de propiedad de la mujer, así como los obstáculos legales que impedían que se incorporaran íntegramente a la economía.

Aun así, las retribuciones salariales en la región, por ejemplo, distan mucho de una igualdad real entre hombres y mujeres. En Chile, Brasil, México y Perú, los varones profesionales pueden llegar a ganar hasta un 25% más que las mujeres.

De acuerdo a los expertos, el nivel de ingreso promedio de los latinoamericanos podría subir en un 14% tan solo elevando el nivel de empleo y emprendurismo de la mujer al mismo nivel que el de los hombres.

Robert Valls es productor online del Banco Mundial

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