Un juez federal dicta prisión a El Chapo Guzmán en México
El líder narco tiene dos órdenes de aprehensión y figura en seis causas penales más El Gobierno realiza tres exámenes para identificar plenamente al capo
Un juez federal ha dictado la tarde de este martes auto de formal prisión en dos causas penales en contra de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, uno de los líderes del cartel del Pacífico, capturado el sábado pasado por la Armada después de 13 años de vivir a salto de mata. La detención del narcotraficante ha desatado un debate sobre si debe ser extraditado a los Estados Unidos, un país que lo reclama y que, además, ayudó de forma decisiva para lograr su captura. Esta tarde las autoridades mexicanas ofrecieron una conferencia de prensa para acreditar la plena identificación del prisionero y acallar las dudas de un sector de la población, que pone en duda que el mito, el hombre imposible de atrapar, haya caído finalmente.
A El Chapo se le acusa del delito de delincuencia organizada “con el propósito de cometer delitos contra la salud”. La defensa del capo tendrá tres días para apelar la resolución dictada esta martes. Su nombre figura en otras seis causas penales más que se están investigando.
En junio de 2011, diez años después de su fuga del penal de Puente Grande, en el estado de Jalisco (al oeste de México), un juzgado emitió una nueva orden de captura por la causa penal 65/2011. Pasaron casi tres años para que las autoridades pudieran cumplimentarla. Sucedió el pasado sábado 22 de febrero, cuando El Chapo fue detenido en Mazatlán, Sinaloa. Desde las tres de la tarde de ese día permanece en el penal del Altiplano, una cárcel de máxima seguridad ubicada en el centro de México. Allí fue notificado de su situación legal.
El criminal también tenía abierta otra causa, la 50/2009, originada en 2009 y que le acusaba de los delitos de delincuencia organizada y contra la salud. La acusación estaba relacionada a una incautación realizada por el ejército de 500 kilos de cocaína en Mexicali, Baja California (una de las zonas controladas por el cartel de Sinaloa). Las autoridades aseguraban que la droga pertenecía a Guzmán. Esta tarde un juez dictó formal prisión por ser probable responsable en el delito de delincuencia organizada, pero dictó auto de libertad por la acusación de narcotráfico “por falta de elementos”. El capo no ha sido juzgado nunca por narcotráfico. A pesar de haber estado ocho años en prisión, de la cuál escapó, estuvo purgando penas por asociación delictuosa y cohecho.
Decenas de crónicas periodísticas han relatado que el capo, un empresario encargado del trasiego de drogas con presencia en más de 50 países, no presentó mucha resistencia al momento de su detención. La batalla legal, sin embargo, será distinta. Los abogados de Guzmán presentaron dos demandas de amparo para evitar la deportación o extradición a Estados Unidos. Allí, el narcotraficante tiene siete órdenes de aprehensión (dos en Texas, una en California, Florida, Nuevo Hampshire, Nueva York e Illinois), y le imputan 35 cargos.
Hasta el momento el Gobierno mexicano no ha dado señales de que tenga algún interés en enviar a Guzmán a Estados Unidos a que sea juzgado allá por sus delitos. El secretario de Gobernación (ministro de Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, señaló este lunes en una entrevista que el capo “se quedará en nuestro país”. El funcionario asegura que su presencia en México es importante por la información que pueda proporcionar para desmantelar al cartel.
El fiscal general, Jesús Murillo Karam, sin embargo, señaló que ha hablado sobre el tema de la extradición con su homólogo en Estados Unidos y que se está realizando un análisis jurídico de la viabilidad del traslado. Murillo encabeza la Procuraduría General de la República, la institución que debe de comenzar los trámites de extradición, algo que no ha sucedido hasta el momento.
Identificación plena
El Gobierno mexicano aportó hoy pruebas para disipar dudas en un país proclive a dudar de la versión oficial y a simpatizar por las teorías conspiratorias. Funcionarios de la fiscalía general ofrecieron una conferencia de prensa para dar a conocer los resultados de las pruebas genéticas a las que fue sometido Joaquín El Chapo Guzmán para lograr su “plena identificación”.
Tomás Zerón, director de la agencia de investigación criminal, señaló que El Chapo fue sometido a un “raspado bucal” para extraerle el ADN y compararlo genéticamente con la información que tenían de un hijo en una base de datos. “Podemos decir que sí existía relación de paretesco”, dijo Mónica Medina, la coordinadora de servicios periciales.
También se realizó un examen antropométrico, donde se comparó la información fisionómica con los datos que tenían del preso en su primera estancia en un penal de máxima seguridad. Comparando una fotografía antigua con una tomada este fin de semana se concluyó que los datos “coinciden en el posicionamiento, por ejemplo la punta de la nariz, la base de la nariz, labial, en mentón. Podemos confirmar que se trata de la misma persona”, señaló Medina. También se compararon las huellas dactilares que se tenían desde 1993 con las tomadas en 2013. Este conjunto de exámenes, dijo Zerón, “concluye en positiva la identidad de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera”.
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