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El Gobierno afgano irrita a EEUU al liberar a 65 presuntos talibanes

La Embajada estadounidense en Kabul advierte al Gobierno afgano de que “deberá asumir las consecuencias”

Ángeles Espinosa
Fachada de la prisión de Bragram, en las afueras de Kabul (Afganistán), tomada en marzo de 2013.
Fachada de la prisión de Bragram, en las afueras de Kabul (Afganistán), tomada en marzo de 2013.S. S. (EFE)

A pesar de las reiteradas advertencias de Estados Unidos, las autoridades afganas dejaron este jueves en libertad a 65 presuntos talibanes que estaban encarcelados en la prisión de alta seguridad de Parwan (antigua Bagram). La decisión, que los analistas atribuyen al presidente Hamid Karzai, parece un gesto hacia los responsables talibanes para que acepten las conversaciones de paz que el Gobierno lleva ofreciéndoles desde hace un par de años. La retirada de las fuerzas de la OTAN a finales de 2014 añade urgencia a ese objetivo en un momento en el que aumentan los ataques de los insurgentes contra las fuerzas de seguridad.

La Embajada de EEUU en Kabul denunció de inmediato la medida como “muy lamentable”. Su comunicado asegura que entre los presos liberados “hay individuos que son responsables de, o han participado en, las muertes de agentes de las fuerzas de seguridad afganas, civiles afganos, y estadounidenses y otros miembros de la coalición”. El texto también advierte al Gobierno afgano de que “deberá asumir las consecuencias” y le exhorta “a hacer todos los esfuerzos posibles para asegurarse de que los liberados no cometan nuevos actos de violencia o de terrorismo”.

“No hemos encontrado pruebas de que estas 65 personas sean criminales según la ley afgana”, declaró Abdul Shakor Dadras, el responsable del comité encargado de revisar la situación de los presos.

Las televisiones han difundido imágenes de su salida de la prisión, situada en la base aérea de Bagram, medio centenar de kilómetros al norte de Kabul. Algunos de ellos se mostraban contentos y sonrientes mientras subían a autobuses y taxis. Más tarde, varios fueron grabados comiendo en un restaurante de la capital afgana, donde negaron estar vinculados con los talibanes.

El desencuentro constituye un nuevo signo de tensión en las relaciones entre Afganistán y EEUU en vísperas de las elecciones presidenciales de abril y de la retirada de los soldados extranjeros a finales de año. Karzai lleva meses dando largas a la firma de un acuerdo de seguridad bilateral que permitiría extender la presencia de las tropas estadounidenses más allá de esa fecha, mientras busca un pacto con los talibanes que se está probando escurridizo. Estos, que le acusan de ser una marioneta de EEUU, confían en ganar terreno una vez que se hayan ido las fuerzas occidentales.

Washington insiste en que las liberaciones de este jueves van en contra del acuerdo sobre la transferencia de la prisión de Bagram (renombrada por los afganos como Parwan), según el cual las autoridades de Kabul “se comprometían a tomar todas las medidas posibles para asegurar que los liberados no constituyan una amenaza” a la seguridad.

Aunque no son las primeras excarcelaciones desde que los afganos tomaron el control de la cárcel, los 65 de este jueves pertenecen a un grupo al que los militares estadounidenses etiquetaron como EST, por Enduring Security Threat o Amenaza Permanente de Seguridad. Se estima que hay otros 70 presos con el mismo estatuto y las autoridades afganas están estudiando la puesta en libertad de otros 23.

En una reciente entrevista con la BBC, Karzai calificó la prisión de Parwan de “fábrica de hacer talibanes”, donde personas inocentes “se vuelven contra su propio país, contra su propio Gobierno”. Sin embargo, admitió que había algunos miembros de Al Qaeda entre sus detenidos.

La mayoría de los 1.300 reclusos de Parwan/Bagram son talibanes y otros insurgentes capturados por las fuerzas occidentales desplegadas en Afganistán desde la intervención estadounidense de 2001. La institución, que cuando estaba bajo control del Ejército norteamericano se conocía como el Guantánamo afgano, fue objeto de numerosas acusaciones de tortura. EL PAÍS tuvo acceso al centro en 2008, en medio de denuncias sobre la existencia de celdas secretas. EEUU, que controla la base aérea de Bagram, aún mantiene en su poder a los “combatientes enemigos” de nacionalidades distintas a la afgana y recientemente liberó a seis paquistaníes.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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