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Irán regresa a la escena internacional

Desconecta centrifugadoras y cesa el enriqueciemiento uranio en cumplimiento del pacto nuclear La UE anuncia la suspensión de algunas sanciones económicas

Ángeles Espinosa
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, en Geneva el pasado 24 de noviembre.
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, en Geneva el pasado 24 de noviembre.AFP

Después de 35 años de aislamiento diplomático, los últimos de los cuales sometido también a un duro régimen de sanciones económicas a causa de su programa atómico, Irán ve desde este lunes el principio del fin a su marginación. La confluencia de la puesta en marcha del compromiso nuclear que alcanzó con las grandes potencias hace dos meses y la invitación a la conferencia sobre Siria que se inicia este miércoles en Suiza, abren la puerta a que Teherán recupere la relevancia perdida. De momento, la confirmación por parte de los inspectores de la ONU de que ha suspendido sus actividades nucleares más controvertidas va a granjearle cierto alivio en las sanciones durante los próximos seis meses.

"El Organismo [Internacional de la Energía Atómica (OIEA)] confirma que, a 20 de enero de 2014, Irán (…) ha dejado de enriquecer uranio por encima del 5%", asegura el informe remitido por los inspectores del OIEA a las seis potencias negociadoras (EE UU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania), además de a la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y que ha sido filtrado a la agencia Reuters.

Aunque el OIEA quiso mantener la confidencialidad del texto, la agencia oficial de noticias iraní, IRNA, se apresuró a difundir imágenes de los inspectores desconectando las centrifugadoras en las plantas de Natanz y Fordo. Esas máquinas son las que enriquecen el uranio, un proceso que siempre ha despertado las sospechas de Estados Unidos y sus aliados porque a partir de cierto grado sirve para fabricar bombas atómicas. Según el Plan de Acción que Irán firmó con los Seis el pasado noviembre en Ginebra, y cuyos detalles se terminaron de perfilar tan sólo el 12 de enero, Irán renuncia a enriquecer uranio por encima del 5% y a diluir sus existencias de uranio al 20% durante seis meses.

Las centrifugadoras que hemos usado para producir uranio enriquecido al 20% se utilizarán para hacerlo al 5%” Mohammad Amiri

"A partir de ahora, las centrifugadoras que hemos estado usando para producir uranio enriquecido al 20% se utilizarán para hacerlo al 5%", declaró Mohammad Amiri, uno de los responsables de la Agencia de la Energía Atómica de Irán, citado por PressTV.

Ese nivel de pureza es suficiente para obtener el combustible nuclear que Teherán dice necesitar para sus centrales atómicas, de las cuales sólo está construida la de Bushehr (y que recibe el carburante de Rusia). Sus científicos empezaron a enriquecer al 20% en 2010, para abastecer un reactor de investigación. Tal decisión desató las alarmas porque convertía en cuestión de tiempo que pudiera alcanzar el entre 80% y el 90% necesario para fabricar un arma atómica, objetivo que los responsables iraníes siempre han negado tener.

Desde entonces, lrán había acumulado 196 kilos de uranio enriquecido al 20% (según el último informe trimestral del OIEA). Ahora los inspectores han verificado que también se ha empezado a reducir su pureza para cumplir con lo pactado en Ginebra.

Los responsables iraníes tienen sin duda interés en publicitar al máximo su ejercicio de transparencia, el primero significativo desde que en el verano de 2002 se descubriera su programa nuclear secreto y Occidente le exigiera explicaciones. El informe positivo de los inspectores del OIEA significa una inmediata reducción de las sanciones que estrangulan su economía desde hace un par de años. Fruto de ellas, sus ventas de petróleo han caído a la mitad y con frecuencia no pueden repatriar los pagos que quedan bloqueados en los bancos de los países compradores.

Ahora, en reciprocidad con su cumplimiento del Plan de Acción, EE UU y la UE, los principales ejecutores de las sanciones, se han comprometido a descongelar 4.200 millones de dólares (unos 3.100 millones de euros), de los 100.000 millones que, según estimaciones, Irán tiene bloqueados en el extranjero. Eso le permitirá reanudar el comercio de productos petroquímicos, oro y otros metales preciosos, además del acceso a piezas de repuesto para sus aviones de pasajeros, una vieja demanda de los iraníes cuya vieja flota sufre frecuentes accidentes.

Como mínimo Teherán tendrá que reducir sus centrifugadoras a unas 3.000 o 4.000, sobre las 19.000 actuales”

Mark Fitzpatrick, especialista

El doble gesto da tiempo para la verdadera negociación. Durante los próximos seis meses, las partes tratarán de lograr un acuerdo definitivo. Y no va a ser fácil. De momento Irán solo ha parado su programa atómico, pero tal como advierte Mark Fitzpatrick, del International Institute for Strategic Studies, EE UU, Reino Unido y Francia buscan un "recorte significativo de sus capacidades nucleares". En opinión de este especialista, que lleva 15 años siguiendo el caso, "como mínimo Teherán tendrá que reducir sus centrifugadoras a unas 3.000 o 4.000, sobre las 19.000 actuales, olvidarse de la planta de enriquecimiento de Fordo y remplazar el reactor de Arak con otra forma de producir isotopos médicos o revisarlo a prueba de proliferación".

Hasta la fecha, los responsables iraníes se han resistido a considerar tanto el cierre de instalaciones como el desmantelamiento de centrifugadoras. Su oferta se ha centrado en mejorar la transparencia del programa, aumentando las inspecciones. (De hecho, el OIEA que en la actualidad mantiene entre uno y dos equipos de dos inspectores rotándose sobre el terreno, ya planea al menos duplicar su número, y su director, Yukiya Amano, ha pedido seis millones de euros para financiar la tarea).

Un paso atrás en esa postura sería una decisión muy difícil ya que se trata de un proyecto en el que han invertido no sólo mucho dinero sino la credibilidad del sistema.

Inevitablemente, en la próxima fase de las negociaciones, los iraníes van a pedir el levantamiento de todas las sanciones que, si bien no han logrado poner al régimen de rodillas, lastran el desarrollo del país y han generalizado el descontento social. El obstáculo vendría entonces de EE UU, donde el actual Congreso desconfía del acuerdo y sigue intentando ampliar las medidas de castigo, aún arriesgo de arruinar la vía diplomática.

De ahí que muchos analistas se muestren convencidos de que, en el mejor de los casos, solo se logrará prolongar el acuerdo provisional alcanzado el año pasado.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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