Cinco cosas que pueden definir el futuro de Haití
Cuatro años después del terremoto, el país aún enfrenta rezagos de la catástrofe
Alguna vez conocida como la Joya de las Antillas, Haití sigue esforzándose por recuperar parte de su brillo de antaño, cuatro años después del terremoto que segó miles de vidas y dejó a Puerto Príncipe en ruinas. Si bien la descripción más frecuente de Haití es la de “el país más pobre del continente”, la nación caribeña es un lugar de contrastes, donde, por ejemplo, la educación es privada, y al mismo tiempo, las tasas de homicidios están entre las más bajas del continente.
A continuación cinco de esos contrastes que distinguen a Haití:
1. La educación es mayoritariamente privada. Cerca del 90% de las escuelas haitianas cobran por la matrícula, los libros y los uniformes, con lo cual las familias gastan hasta un 60% de sus ingresos en la educación de sus hijos. Esta realidad obliga a muchos a dejar la escuela. Un programa para ampliar el acceso a la educación ha beneficiado hasta el momento a 175,000 estudiantes de áreas vulnerables.
2. Haití es uno de los países con menor cantidad de embarazos adolescentes. La tasa de fertilidad de jóvenes haitianas entre 15 y 19 años es de 50 nacimientos por cada mil mujeres. El promedio en América Latina es de 72 nacimientos por cada mil mujeres; en África es de 108 nacimientos. Los embarazos aumentan, sin embargo, una vez que las haitianas completan su educación primaria o secundaria. La iniciativa Muchachas Adolescentes, del Banco Mundial y del gobierno, ayuda a las recién graduadas a escapar de la trampa del embarazo temprano, capacitándolas para encontrar su primer trabajo.
3. Con una de las más cifras más bajas de muertes violentas en la región, Haití registró 1,109 homicidios en 2012, según datos del PNUD. Por contraste, en la vecina República Dominicana hubo 2,513 homicidios. Uno de los retos del gobierno es el aumento de crímenes relacionados con el tráfico de drogas y la violencia sexual. Otro es el alto grado de impunidad. Esto se ve reflejado en los bajos niveles de confianza hacia las instituciones del Estado y, en particular, hacia la Policía Nacional.
4. Pese a que la agricultura representa un tercio del PIB de Haití, y aporta la mitad de los puestos de trabajo, el país es un importador neto de productos agrícolas. Un programa de ‘subsidios inteligentes’ respalda a los pequeños agricultores con tecnología para mejorar las cosechas de café, cacao, cultivos de arroz, y micro-irrigación, entre otros aspectos. Este programa se concentra en la región del norte y del nordeste, donde la agricultura haitiana tiene un alto potencial de diversificación, según los expertos.
5. Haití es el octavo país en el mundo que más ingresos percibe por remesas como porcentaje del PIB. Los envíos representan un 20% de los ingresos nacionales, o unos US$1,500 millones por año. Más de un millón de haitianosreciben dinero de la diáspora que reside principalmente en los Estados Unidos. Este flujo de remesas encierra un enorme potencial para la inversión extranjera, de cara a la recuperación del país y de su desarrollo.
Christelle Chapoy, Comunicadora del Banco Mundial
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