El falso intérprete del funeral de Mandela fue juzgado por asesinato
El repetido paso por la justicia de Thamsanga Jantije redoblan las críticas contra el Gobierno Cientos de miles de personas pasan en las últimas horas a ver el cuerpo del presidente
Otra vuelta de tuerca en el caso que avergüenza a Sudáfrica: Thamsanqa Jantjie, de 34 años, el falso intérprete de lengua de signos en el funeral de Nelson Mandela, estuvo acusado de asesinato en 2003. La noticia se ha conocido este viernes, aunque se desconoce si los cargos fueron a más o si acabó condenado. El canal televisivo de noticias sudafricano Enca desveló una retahíla de delitos en los últimos 20 años que mayoritariamente quedaron en nada al tenerse en cuenta el atenuante de esquizofrenia que sufre.
Según los investigadores contratados por la cadena, el historial de antecedentes se remontan en 1994 cuando fue acusado de violación; de robo un años después, de asaltar una casa en 1997 y de provocar de forma deliberada daños en una propiedad y de intento de asesinato y de secuestro en 2003. De estos, sólo se conoce la condena de tres años por el hurto, aunque tampoco está claro si acabó en la cárcel.
Jantjie, conocido ya como el falso traductor, admitió haber sufrido un episodio de esquizofrenia mientras traducía al lenguaje de signos los discursos de los mandatarios invitados a intervenir en la ceremonia fúnebre en memoria de Mandela, en el Soccer City de Soweto. El hombre explicó que al principio estaba bien pero que la emoción o el cansancio hicieron mella y tuvo un ataque con alucinaciones y voces interiores. El caso es que sus movimientos de manos no tuvieron sentido, según denunció la Federación de Sordos Sudafricanos.
A los cargos penales que se conocieron hoy contra Jantjie hay que sumar otros fiscales, ya que la Hacienda sudafricana lo está investigando por un supuesto fraude de 105.000 euros.
El caso del falso traductor está superando ya la categoría de anécdota porque empieza a ocupar ya las páginas que, en principio, tenían que destinarse a la muerte y los homenajes dedicados a Madiba, como se le conoce a Mandela en Sudáfrica.
Hoy viernes era el último día en que la ciudadanía podía visitar la capilla ardiente de Mandela, instalada desde el miércoles en la sede del Gobierno, en Pretoria, antes de que mañana sábado su féretro vuele hasta la provincia del Cabo Oriental, donde recibirá sepultura el domingo en un funeral de Estado, al que acudirán unas 500 personas, entre otras, el Príncipe de Gales y los ex primer ministros de Francia Lionel Jospin y Alain Juppé.
Unas 100.000 personas han apurado las últimas horas para desfilar ante el féretro, cubierto con la bandera sudafricana y que permite ver el rostro de Mandela a través de un cristal. Ante el pedido del Gobierno de que la gente ya no acudiera más al edificio porque literalmente no había tiempo material para poder acogerlos a todos, la gente ha reaccionado rompiendo los cordones policiales para intentar ver el cuerpo del líder. Desde horas antes de que abriera la capilla, se habían formado largas colas para aprovechar la última oportunidad de despedirse del que fue el primer presidente democrático del país. Las escenas de lloros y personal del Ejército, que trataba de consolar a los ciudadanos es constante.
El féretro será trasladado mañana sábado en avión hasta el aeropuerto de Mthatha, desde donde viajará por carretera a Qunu, a donde está previsto que llegue a las 11 de la mañana. La familia Mandela está ya en esta aldea en la que el patriarca dejó dicho que quería ser enterrado en el mausoleo familiar donde están ya enterrados sus tres hijos.
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