EEUU amenaza a Karzai con retirar todas sus tropas si no firma ya el pacto bilateral
El presidente afgano impone nuevas exigencias para rubricar el acuerdo que determina la permanencia de militares americanos en Afganistán tras diciembre de 2014
La Casa Blanca no está dispuesta a permitir más veleidades por parte del presidente afgano, Hamid Karzai, sobre el contenido del acuerdo de seguridad que establece las condiciones de la permanencia de las tropas estadounidenses en el país tras el fin del mandato de la OTAN en diciembre de 2014. La asesora de Seguridad del presidente Barack Obma, Susan Rice, viajó a Afganistán este fin de semana para convencer a Karzai de que firme el pacto bilateral de seguridad, que se alcanzó la semana pasada, antes de fin de año y no en abril del año que viene, como él pretende, pero, ante su negativa y la exigencia de nuevas condiciones, Rice le ha advertido de que, si no se rubrica en 2013, Estados Unidos se verá obligado a retirar de manera definitiva su presencia militar en la nación asiática.
Sin una firma inmediata, EE UU no tendrá otra alternativa que iniciar sus planes para un futuro post-2014 sin la presencia de tropas estadounidenses o de la OTAN en Afganistán” Consejo de Seguridad Nacional
“Sin una firma inmediata, EE UU no tendrá otra alternativa que iniciar sus planes para un futuro post-2014 sin la presencia de tropas estadounidenses o de la OTAN en Afganistán”, indicó el Consejo de Seguridad Nacional en un comunicado que resumía la reunión de dos horas que Rice mantuvo con Karzai el pasado lunes. En ese encuentro, el presidente afgano aseguró que no firmaría el acuerdo hasta que EE UU se comprometiera a ayudar a su Gobierno a iniciar el proceso de paz con los talibanes y a liberar a 17 ciudadanos afganos que se encuentran confinados en la base militar de Guantánamo. Además, el presidente de Afganistán insistió en que no impondría su rúbrica al trato “si otro soldado estadounidense irrumpía en una vivienda civil”, de acuerdo con su portavoz, Aimal Faizi. Estas operaciones son uno de los ejes de la estrategia antiterrorista de la OTAN en el país asiático.
Rice hizo notar a Karzai que el retraso de la firma o el fracaso del acuerdo ponía en peligro los 4.000 millones dólares en ayuda internacional con los que se financiarán las fuerzas armadas afganas tras 2014, además de otros 4.000 millones de dólares pactados para afianzar el desarrollo económico del país. Si este pacto no sale adelante, con toda probabilidad se frustrarán el del resto de países de la OTAN que también están interesados en permanecer en Afganistán más allá de 2014.
El propio Obama envío la semana pasada una carta a su homólogo afgano en la que se comprometía a que las tropas estadounidenses que permanecieran en Afganistán no realizarían redadas sino en las condiciones estipuladas en el acuerdo. Desde que la semana pasada el secretario de Estado, John Kerry, anunciara que por fin se había llegado al ansiado pacto sobre seguridad, Karzai no ha dejado de hacer declaraciones e imponer nuevas condiciones que sólo han servido para añadir una incertidumbre innecesaria sobre el futuro de un arreglo que se daba por cerrado.
Karzai aseguró que no firmaría el acuerdo hasta que EE UU se comprometiera a ayudar a su Gobierno a iniciar el proceso de paz con los talibanes y a liberar a 17 ciudadanos afganos que se encuentran en Guantánamo
Primero, Karzai condicionó la aprobación del acuerdo al respaldo mayoritario de la Loya Jirga, la asamblea de líderes tribales afganos que ha estado reunida en Kabul desde el jueves hasta este domingo. Tras conseguir el compromiso por escrito de Obama, Karzai sorprendió a la comunidad internacional asegurando que aunque el concilio afgano apoyara el pacto, él no lo firmaría hasta que se celebraran las elecciones el próximo mes de abril, contraviniendo los planes del Pentágono que esperaban tener un plazo de un año para comenzar las operaciones de transición entre las tropas de la OTAN y las estadounidenses. El domingo, pese a que los miembros de la Loya Jirga avalaron el acuerdo e instaron a Karzai a que lo firmara antes de 2014, Karzai insistió en su intención de hacerlo mucho después.
Los propios líderes afganos están confusos sobre las intenciones que Karzai persigue con esta actitud. “Para algunos, actúa así porque quiere seguir siendo relevante [el presidente abandonará el poder tras las elecciones de Abril], para otros, lo que pretende es arrancar algo más a EE UU y a las potencias internacionales”, explicaba este martes a la Radio Nacional Pública estadounidense (NPR) John Podesta, antiguo jefe de Gabinete de Bill Clinton y que estuvo presente en la inauguración del Loya Jirga el jueves pasado. “Karzai ha pasado de ser exasperadamente impredecible a peligrosamente errático”, es la conclusión del carácter de Podesta.
Desde que se anunciara el pacto sobre seguridad, Karzai no ha dejado de hacer declaraciones e imponer nuevas condiciones que sólo han servido para añadir una incertidumbre innecesaria sobre el futuro de un arreglo que se daba por cerrado
El acuerdo entre EE UU y Afganistán establece las condiciones en las que el contingente de tropas americano realizará sus tareas de adiestramiento y de dirección de operación atiterroristas -las únicas funciones que va a realizar- y garantiza inmunidad a sus soldados. La imposibilidad de llegar a un pacto semejante en el caso de Irak obligó a Washington a retirar su presencia militar después de octubre de 2011.
El mantenimiento de tropas tras la retirada del contingente de la OTAN conviene tanto a EE UU como a Afganistán. “Desde el punto de vista de nuestra propia seguridad, a Washington le interesa un Afganistán estable”, ha reconocido Podesta. Washington no quiere que, tras 12 años de guerra -la más larga de su historia-, el Estado asiático se convierta, de nuevo, en un foco de terrorismo. Por su parte, el propio Karzai ha reconocido la importancia de que EE UU permanezca en ese país para garantizar la estabilidad democrática, la seguridad y el mantenimiento de la ayuda internacional.
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