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Berlín convoca al embajador británico por el espionaje

Reino Unido ha montado un puesto de escucha en su embajada berlinesa, cerca de la oficina de Merkel, según 'The Independent'

La estructura, blanca, que supuestamente contenía equipos de vigilancia.
La estructura, blanca, que supuestamente contenía equipos de vigilancia.MICHAEL KAPPELER (EFE)

El embajador de Reino Unido en Berlín "fue invitado" el martes al Ministerio de Exteriores alemán, donde "un alto funcionario" -presumiblemente el Director General para Asuntos Europeos- le informó de que "interceptar comunicaciones desde las instalaciones de una misión diplomática vulnera las leyes internacionales". Alemania reacciona así a las informaciones publicadas el mismo día por el diario londinense The Independent, que dice haber identificado un sistema de espionaje de comunicaciones disimulado sobre el tejado de la Embajada británica en el centro de Berlín. Las presuntas antenas están protegidas por un cilindro de blanco confeccionado con algún tipo de tela o plástico impermeable y sujeto por una estructura metálica. La Embajada de Reino Unido está en la Wilhelmstrasse berlinesa desde 2000, a tiro de piedra de la Puerta de Brandeburgo y detrás del lujoso hotel Adlon, que a menudo aloja a jefes de Estado y de Gobierno de paso por Berlín. Los portavoces ministeriales eluden dar mayores detalles de la entrevista, que se produjo a instancias del ministro de Exteriores en funciones, Guido Westerwelle.

El Independent cita filtraciones del exempleado de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Edward Snowden. El cilindro de los espías en la embajada apenas se ve desde la calle. Los dispositivos que oculta sirven para interceptar señales inalámbricas de todo tipo: desde wi-fi hasta ondas de teléfonos móviles. El servicio secreto británico GCHQ, que junto a la NSA pasa por uno de los grandes fisgones de la comunicación digital privada en todo el mundo, cuenta con sistemas de espionaje parecidos en otras representaciones diplomáticas. Según las filtraciones de Snowden publicadas desde el verano, Washington y Londres colaboran estrechamente en esta vigilancia y han extendido su red alrededor del globo. En Berlín, su + proximidad es geográfica: a apenas 150 metros de distancia, la Embajada de Estados Unidos tiene su propio "nido de espías", regentado según el semanario Der Spiegel por un grupo mixto de agentes de la NSA y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), ambas al servicio de Washington.

Hace dos semanas que se desató en Alemania un mayúsculo escándalo por la revelación de que el móvil de la canciller Angela Merkel había sido interceptado durante alrededor de una década por las Agencias estadounidenses. El ministro Westerwelle convocó entonces al Embajador norteamericano, con el que se reunió personalmente en la sede ministerial. Ambas medidas son inusualmente drásticas, más que la invitación del martes al Embajador de británico. Previamente, la canciller Merkel había protestado al teléfono ante el presidente de Estados Unidos Barack Obama, que se disculpó y le aseguró que su móvil "ni es ni será" objetivo de sus espías. No desmintió que lo hubiera sido en el pasado. Según publicaba el martes el Independent, el dispositivo de espionaje en la Embajada ha sido desconectado a raíz de las protestas alemanas. La presunta ubicación de los sistemas de espionaje de Estados Unidos y Reino Unido, en el corazón político de Berlín, excluye en la práctica otro uso que no sea vigilar a políticos y a periodistas de la capital.

Berlín envió una delegación a Washington para entablar conversaciones sobre un posible acuerdo de no espionaje mutuo. Alemania espera avanzar con presteza en ese sentido y tener un pacto listo para 2014. Tras la dureza inicial, Merkel se ha afanado en reducir el voltaje de las tensiones con Estados Unidos. El lunes, su portavoz Steffen Seibert recordó que "la alianza trasatlántica tiene para los alemanes una importancia excepcional". Washington también está poniendo empeño en que los alemanes perciban que se toman en serio el escándalo. Der Spiegel ha informado de que la Casa Blanca está dispuesta a firmar un contrato vinculante, si bien todavía no está claro a qué les comprometería. Se habló de una cláusula que excluya a los jefes de Estad y de Gobierno del espionaje. También se ha mencionado la posibilidad de que el hipotético acuerdo limite las capacidades técnicas de las instalaciones que los espías mantengan en suelo alemán.

Mientras tanto se debate en Alemania sobre la posibilidad de tomar declaración a Snowden, refugiado en Moscú desde poco después de sus primeras filtraciones. El parlamentario de Los Verdes se reunió con él allí el pasado jueves. El estadounidense le entregó una carta para la canciller en la que se dice dispuesto a colaborar con la Justicia alemana en el esclarecimiento del espionaje masivo a sus líderes y a sus ciudadanos. El Gobierno en funciones de Merkel rechaza concederle asilo político, pero cabe la posibilidad de que la Fiscalía le tome declaración en suelo ruso.

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