El CNI colaboró con los británicos en rastreos encubiertos en Internet
Las agencias de Alemania, Suecia, Francia y España desarrollaron sus métodos de vigilancia con la colaboración del GCHQ británico
Los servicios secretos españoles colaboraron con los servicios secretos británicos a través de una empresa privada británica en rastreos encubiertos en Internet, según documentos filtrados por Edward Snowden y publicados este viernes por la edición electrónica de The Guardian. En su enésima entrega sobre los papeles de Snowden, el diario londinense explica las estrechas relaciones entre los servicios secretos de varios países europeos y cómo el GCHQ, el cuartel general de escuchas del espionaje británico, asesoró a sus colegas de esos países para sortear sus respectivas legislaciones nacionales.
Los documentos revelan cómo los servicios secretos británicos se declaran admirados por la capacidad técnica de los servicios secretos alemanes y desesperados por las dificultades que han de superar con los italianos. El espionaje español obtiene buena nota en esta colaboración paneuropea, y en particular de los servicios secretos alemanes, franceses, españoles y suecos "para desarrollar métodos de vigilancia masiva en Internet y tráfico telefónico durante los últimos cinco años en estrecha colaboración con la agencia británica de escuchas GCHQ", escribe el diario.
En el caso de la agencia española de inteligencia, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la clave para la vigilancia masiva en Internet, en 2008, fueron los vínculos españoles con una compañía británica de telecomunicaciones (una vez más, mantenida en secreto: las relaciones corporativas están entre los secretos mejor guardados en la comunidad de inteligencia). Eso les estaba dando "nuevas oportunidades y algunos resultados sorprendentes", continúa el diario, citando entrecomillados de los documentos británicos de inteligencia a los que ha tenido acceso.
El informe citado por The Guardian subraya: "El GCHQ no está comprometido formalmente con el CNI en la explotación de IP [Protocolos de Internet] pero el CNI ha dado grandes pasos a partir de sus relaciones con un socio comercial británico. El GCHQ y el socio comercial han sido capaces de coordinar su estrategia. El socio comercial ha suministrado al CNI algún equipamiento al tiempo que nos ha mantenido a nosotros informados, permitiéndonos a su vez invitar al CNI a discusiones este otoño centradas en los IP". "Hemos encontrado a un homólogo muy capaz en el CNI, en particular en el campo de las operaciones de cobertura de Internet", concluye el GCHQ.
Los documentos filtrados por Edward Snowden hacen hincapié en dos aspectos: por un lado, las crecientes relaciones encubiertas entre los servicios secretos europeos con compañías privadas de telecomunicaciones para facilitar el rastreo de la red. Y, por otro lado, el papel jugado por el GCHQ británico para asesorar a sus homólogos europeos sobre cómo sortear sus propias leyes nacionales que restringen el poder de las agencias de inteligencia.
El diario londinense subraya en ese sentido la irónica reacción del general Keith Alexander, director de la NSA, la agencia de escuchas estadounidense, que vino a acusar de hipocresía a los países europeos por su reacción a las informaciones de que la agencia que él dirige estaba espiando actuando en Europa. "Algunos de ellos me recordaron aquel pasaje de la película Casablanca en la que un protagonista exclama: 'Por Dios, en este local se juega", declaró Alexander. Quien se sorprende de que en ese local se juegue es precisamente el dueño del local y organizador de las sesiones ilegales de apuestas...
Uno de los países europeos que ha reaccionado con mayor acritud ha sido Alemania al enterarse de que su canciller, Angela Merkel, habían sido sometida a escuchas en su teléfono móvil. Pero los documentos de Snowden divulgados por The Guardian revelan precisamente la admiración de los servicios británicos por las avanzadas tecnologías a disposición de sus colegas alemanes, capaces en 2008 de controlar cables de fibra óptica de entre 40 y 100 Gbps cuando los británicos solo eran capaces de controlar cables de 10 Ggps cuatro años después.
Hay también elogios para los franceses, "un socio altamente motivado y técnicamente competente, que ha demostrado una gran voluntad de dedicarse a cuestiones de IP y trabajar con el GCHG en términos de 'cooperar y compartir".
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