El regreso del gobernador ausente de Michoacán
El priista Fausto Vallejo retorna al poder en el Estado, uno de los más violentos del país, tras seis meses de retiro por enfermedad
El Estado de Michoacán, en la costa pacífica mexicana, tiene una de las mayores deudas internas del país, es territorio en sangrienta disputa entre carteles de narcotráfico y grupos de autodefensa y enfrenta desde abril una seria crisis de gobernabilidad, motivada por la enfermedad de su gobernador, el priista Fausto Vallejo Figueroa.
Tras seis meses de retiro, el mandatario asume hoy de nuevo sus funciones. Pero eso genera nuevas dudas antes que certidumbre sobre el futuro del Estado.
Vallejo Figueroa —tres veces alcalde de Morelia, la capital— ganó la elección en noviembre de 2011 y asumió el cargo en febrero de 2012. Pero una notoria pérdida de peso disparó los rumores sobre una enfermedad (cuya naturaleza es oficialmente desconocida para sus gobernados hasta el día de hoy) y, en abril de este año, pidió permiso al Congreso local para dejar el cargo temporalmente y someterse a un trasplante de hígado en julio de este año.
En su lugar quedó su secretario de Gobierno, Jesús Reyna García. Reyna, que había sido candidato priista al Gobierno estatal en 2007, asumió el poder justo cuando en Michoacán arreció una nueva ola de violencia que se cobró una veintena de vidas en tan solo una semana, entre ellos un vicealmirante de la Marina mexicana, el cargo más alto asesinado por los narcotraficantes hasta la fecha. También Reyna ha tenido que enfrentar la aparición de grupos de autodefensa en los cinco municipios más violentos, al oeste del Estado.
La vuelta de Vallejo genera incertidumbre sobre el futuro próximo de la zona de Michoacán
Uno de los principales problemas de Michoacán había sido su relación con el Gobierno federal, que alcanzó su culmen durante la gestión de Leonel Godoy Rangel (del Partido de la Revolución Democrática, izquierda), que mantuvo un áspero enfrentamiento con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, también michoacano, elegido por el Partido Acción Nacional (PAN, derecha). Fue precisamente aquí donde Calderón inició su ofensiva contra el narcotráfico a unos días de asumir la presidencia, en diciembre de 2006.
Michoacán tiene la sexta mayor deuda entre los 32 Estados del país. Debe 312.000 millones de pesos, más de 2.000 millones de dólares. La situación financiera se desbordó a tal nivel que los funcionarios del Gobierno estatal pasaron quincenas sin cobrar en el último año del Gobierno de Godoy, 2011. La administración del perredista culpaba de la situación a la falta de apoyos del Gobierno federal de Calderón que, por su parte, atribuía el desfalco a supuestos actos de corrupción. En ese periodo, múltiples funcionarios y alcaldes fueron asesinados. De igual manera hubo un atentado en septiembre de 2008 en el que los narcotraficantes lanzaron granadas en contra de una multitud reunida en la plaza principal de Morelia en una fiesta cívica.
La violencia, además, ha afectado a la agricultura (Michoacán es el principal productor nacional de aguacate y uno de los mayores de limón) y a la hostelería, que aporta un 20% del PIB del Estado. El crimen organizado controla también algunos caminos. El Gobierno federal reconoció la semana pasada que los bloqueos han causado escasez de alimentos y gasolina en la región de Tierra Caliente.
Bajo estas circunstancias, Reyna aceptó la cooperación del Ejército y la policía federal en las zonas más violentas del Estado y las relaciones con el Gobierno del priista Enrique Peña Nieto mejoraron. Peña Nieto ha ofrecido comprometerse con solucionar las problemáticas de Michoacán, y su secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ha empeñado múltiples esfuerzos en la región. Reyna es visto como un colaborador de lo que de facto es una ocupación del gobierno federal de las funciones de la administración local. Y esa era la buena noticia. El retorno de Vallejo abre dudas sobre lo que se había logrado en cooperación hasta hoy.
El Estado está endeudado y no logra controlar al crimen organizado
Para empezar, el nuevo dato de inestabilidad son los choques entre el equipo de Reyna y el de Vallejo, que han causado división en el interior del Gobierno estatal. Vallejo, que había sido un alcalde muy popular en Morelia, ha enfrentado acusaciones sobre sus hijos, en particular sobre el menor, Rodrigo, que supuestamente es propietario de casinos en la capital. Varios analistas, además, subrayan que el Gobierno central estaba satisfecho con Reyna. “Hay quienes afirman que en la Secretaría de Gobernación tampoco están del todo contentos, entre otras cosas, porque la lucha entre grupos priistas en aquella entidad se le ha salido de control a los de Bucareli [la sede de Gobernación]”, publicó el periódico Reforma el 2 de octubre pasado.
Vallejo, que entregó ayer la notificación de su regreso, asume hoy de nuevo el cargo para el que fue elegido. Reyna ha anunciado que no volverá a la secretaría de Gobierno, es decir que deja de colaborar con su exjefe, pero que se presentará a las elecciones estatales en 2015.
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