La justicia impone a Berlusconi dos años de inhabilitación por fraude fiscal
La condena no será efectiva hasta que en noviembre el Senado vote la expulsión de Il Cavaliere El ex primer ministro italiano ya está condenado a un año de cárcel por el 'caso Mediaset'
El tribunal de apelación de Milán ha rebajado de cinco a dos años la pena de inhabilitación para ejercer cargo público impuesta a Silvio Berlusconi en el caso Mediaset, por el que el pasado mes de agosto fue condenado a cuatro años de prisión, que se quedarán en uno al beneficiarse de un indulto. De todas formas, tanto la pena de prisión --que dada su edad, 77 años, podrá descontar en arresto domiciliario o prestando servicios a la comunidad-- como la de inhabilitación quedan en suspenso hasta que el pleno del Senado vote finalmente su expulsión y, en consecuencia, le retire la inmunidad. Pero eso va para largo.
El pasado mes de agosto, tras condenar a Berlusconi por el aumento artificial del precio de los derechos de transmisión de películas estadounidenses que practicó su grupo audiovisual entre 1994 y 1999, el Tribunal Supremo ordenó al de apelación de Milán que calculara de nuevo la pena de inhabilitación. Tanto en primera instancia como en segunda, el político y magnate había sido condenado a cinco años, mientras que la legislación italiana contempla un máximo de tres años de inhabilitación para este tipo de delitos.
La nueva sentencia no cambia gran cosa la actual situación penal ni política de Berlusconi, cuya batalla actual está centrada en dos frentes. Por un lado, retrasar todo lo posible su expulsión del Senado, que —al menos en teoría— tendría que producirse ya, pero que ha sido aplazada al menos hasta noviembre. El pasado 4 de octubre, la Junta para las Elecciones y la Inmunidad decidió por mayoría que a Berlusconi se le puede aplicar la llamada ley Severino, que prevé la ilegibilidad o la expulsión de los políticos condenados a más de dos años en sentencia firme. Aquella decisión fue la que provocó la furibunda reacción de Berlusconi contra el Gobierno de coalición entre el centroderecha y el centroizquierda presidido por el socialdemócrata Enrico Letta. Pero, ante la inesperada insumisión de buena parte de su partido, Il Cavaliere no tuvo más remedio que dar marcha atrás.
Por tanto, el segundo frente abierto ahora por Berlusconi es precisamente ese: intentar por todos los medios recomponer la unidad del Pueblo de la Libertad (PDL) y su transformación en Forza Italia, su vieja marca electoral ahora resucitada. Tras conocer la sentencia de Mediaset, Angelino Alfano, el hombre al que Berlusconi había designado su delfín y que prefirió ponerse de parte de Letta para salvar el Gobierno, declaró: "He hablado por teléfono con Berlusconi. Nuestro líder es fuerte. Estamos todos con él, empeñados, hoy más que nunca, en la reconstrucción de un centroderecha moderno y competitivo. Nuestro proyecto va adelante y no se verá afectado por una sentencia que no privará a un líder de su pueblo ni a un pueblo de su líder".
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