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Brasil protege a su Administración pública del espionaje global

El Ejecutivo estudia lanzar un servicio público y gratuito de correo electrónico codificado para aumentar la seguridad

Juan Arias
Rousseff, en la III Conferencia Global sobre Trabajo Infantil de Brasilia el pasado martes.
Rousseff, en la III Conferencia Global sobre Trabajo Infantil de Brasilia el pasado martes.UESLEI MARCELINO (REUTERS)

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha anunciado que los correos electrónicos de la Administración pública federal estarán protegidos contra las posibles acciones de espionaje internacionales. “He ordenado al Serpro [Servicio Federal de Procesamiento de Datos] la implantación de un sistema seguro para todo el Gobierno”, anunció la presidenta en su cuenta de Twitter. “Esta es la primera medida para ampliar la privacidad y la inviolabilidad de los mensajes oficiales”.

Esta es una más de las acciones concretas que el Gobierno de Rousseff está llevando a cabo tras el supuesto espionaje realizado por la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA, en sus siglas en inglés) contra los ciudadanos, la empresa Petrobrás y hasta su propio correo personal. Aunque el mismo presidente Barack Obama prometió a la mandataria analizar las acciones de la NSA relacionadas con Brasil, a Rousseff las explicaciones no le parecieron suficientes y canceló su visita oficial a Washington, programada para el 23 de octubre.

Estados Unidos no es el único país acusado de espiar a las administraciones públicas brasileñas. También el Gobierno de Canadá ha sido acusado de vigilar al estratégico Ministerio de Minas y Energía. Ottawa ha sido aún menos explícita en sus respuestas sobre el caso.

Rousseff considera que los intentos de espionaje a empresas y ministerios estratégicos son más graves que la vigilancia de su propio correo electrónico y los de los ciudadanos de a pie. El siguiente paso será la ya anunciada creación de un servicio gratuito de correo electrónico cifrado disponible para todos los brasileños, según ha informado el Ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo.

“Es necesaria una mayor seguridad en los mensajes para prevenir la posibilidad de espionaje”, concluyó la presidenta en su cuenta de Twitter. Con esa afirmación quiso quizás salir al paso de las acusaciones de algunos sectores que al mismo tiempo que se solidarizaban con ella y su Gobierno —-incluso desde la oposición— frente a los actos ilegales, exigían una acción más eficaz para proteger tanto a los ciudadanos como al Ejecutivo.

Según dichas críticas, es necesario que ministerios como el de Minas y Energía estén mejor blindados a posibles acciones de espionaje como las que al parecer ha llevado a cabo Canadá, uno de los mayores inversores en minería en Brasil, donde se han implantado 65 compañías de ese país dedicadas a la explotación, 45 de equipamientos y 20 de servicios relacionados con el sector, según datos oficiales. Brasil es además uno de los mayores productores mundiales de minerales como magnesio, tantalio, niobio, oro, caolín y estaño, un sector que depende del ministerio supuestamente espiado por la inteligencia canadiense.

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