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La carta de las FARC

Timochenko, el máximo líder del grupo guerrillero colombiano, le advierte al presidente Santos que están muy viejos para “doblegarse”

Timochenko durante un discurso en 2008.
Timochenko durante un discurso en 2008.TELESUR

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) respondieron duramente a la intervención que hizo el presidente Juan Manuel Santos en las Naciones Unidas en Nueva York. En una carta firmada por su máximo líder, alias Timochenko, afirma que “su discurso apunta a señalar con un grave e irresponsable sesgo, que el conflicto armado colombiano es atribuible de manera exclusiva a la insurgencia”. Santos le pidió a la plenaria de la ONU que respetara el derecho de Colombia a “buscar la paz”. En otras palabras, a acordar mecanismos de justicia transicional que pudieran poner fin al “conflicto más viejo y el último del hemisferio occidental”.

El presidente colombiano además aprovechó ese escenario para mandarle un mensaje al grupo subversivo, con quienes mantiene diálogos en La Habana desde noviembre del año pasado. “Espero que la guerrilla entienda que llegó el momento de dejar atrás esta confrontación de 50 años; que llegó el momento de cambiar las balas por los votos, las armas por los argumentos; que llegó el momento de continuar su lucha pero en democracia”.

Las FARC no vieron con buenos ojos ese discurso. En su carta Timochenko asegura que el gobierno Santos “insiste en sus imposiciones unilaterales”. Se refiere al marco jurídico para la paz (la reforma constitucional para aplicar mecanismos especiales de justicia en un eventual acuerdo de paz que acaba de ser avalada por la Corte Constitucional) y al referendo que propuso el gobierno para refrendar los acuerdos a los que se llegue en La Habana.

A pesar de que las FARC han insistido que ese marco jurídico es un “estorbo”, hoy sería la única alternativa legal para darles un tratamiento diferencial en materia penal a los guerrilleros que se reincorporen a la vida civil. El problema es que existe un debate alrededor de si es posible o no aplicar ciertas fórmulas de justicia pues podrían ir en contra de los estándares internacionales de derechos humanos o del estatuto de la Corte Penal Internacional. Por eso Santos dijo en las Naciones Unidas, “Colombia es tal vez el primer país del planeta en asumir un proceso de esta naturaleza durante la vigencia del Estatuto de Roma, lo que nos convertirá en un modelo para otros casos en que se busque privilegiar el diálogo sobre la solución armada, como debe ser”.

Respecto al referendo, las FARC han hecho saber que no están de acuerdo con esa forma de refrendar los acuerdos. Cuando el gobierno hizo esta propuesta, Pablo Catatumbo, miembro de la delegación del grupo guerrillero en Cuba, anunció una “pausa” en el proceso y reiteró el deseo de las Farc de convocar a “una asamblea nacional constituyente para que sea el soberano el que decida sobre los temas cruciales de todos los colombianos”.

Timochenko también respondió a lo que él denominó la presión de Santos por el tiempo. El presidente había dicho al término de su encuentro con el presidente de Uruguay, José Mujica, “el tiempo se agota. Llevamos ya un año prácticamente negociando. Solamente tenemos acuerdo sobre un punto y la paciencia del pueblo colombiano y del mundo entero es limitada”. El líder de las FARC autorizó a su equipo a elaborar un informe para el pueblo colombiano sobre lo que ha sucedido en La Habana, que ha sido interpretado como el levantamiento del acuerdo de confidencialidad que había en el proceso. Y en su carta agregó: “Santos, alucinado, confía en doblegarnos con gruñidos. Estamos muy viejos para eso”.

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“La reacción de las FARC es francamente incomprensible”, respondió esta mañana el jefe negociador del gobierno colombiano, Humberto de la Calle quien afirmó que el discurso de Santos en las Naciones Unidas fue un mensaje “muy serio” para la comunidad internacional. De la Calle agregó que la supuesta revelación de los detalles de las conversaciones en La Habana no puede constituir una amenaza y recordó que “la confidencialidad fue pactada por ambas partes y con el propósito de preservar la conducción del diálogo”.

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