La Fiscalía de México DF detiene a un policía implicado en el ‘caso Heavens’
El agente trabajaba para un traficante al que se busca como uno de los cabecillas del secuestro y asesinato de 13 jóvenes. Por ahora hay 15 arrestados, ninguno de ellos autor intelectual del crimen
Edgar Ernesto Gutiérrez Vera trabajaba de policía pero según las autoridades vivía por encima de sus posibilidades. “Su modus vivendi no se correspondía con su sueldo”, dijo este jueves por la tarde el fiscal de México DF en la rueda de prensa en la que anunció su detención como implicado en el caso Heavens, el secuestro y asesinato de 13 jóvenes que el domingo 26 de mayo por la mañana estaban de fiesta en un oscuro after hours del centro de la capital.
Este es el primer agente arrestado por los hechos que acabaron con aquellos 13 jóvenes enterrados en una fosa clandestina que se descubrió en agosto en un monte recóndito cerca de México DF. Desde el inicio del caso se especuló con que los secuestradores podrían haber gozado de cobertura de policías corruptos, porque el lugar de los hechos está en medio y medio del centro neurálgico de la ciudad, un sitio vigilado por infinidad de cámaras que no grabaron nada de lo ocurrido. La fiscalía del DF, encargada del caso, ha trabajado con imágenes tomadas por cámaras de negocios privados de la zona.
La prensa le pidió detalles al fiscal sobre el tren de vida del agente Gutiérrez, miembro de la policía local del DF, pero él dijo que no podía precisarlos; se limitó a comentar que tenía “vehículos” y “objetos” que no pegaban con su salario. Lo que explicó es que el área de trabajo del policía era la Zona Rosa, justo el barrio donde está el fatídico After Heavens, y que era un subordinado de un traficante de droga conocido como El Javis, en busca y captura por ser uno de los supuestos cabecillas de la matanza, que según la hipótesis oficial se debió a la lucha entre dos “pandillas” locales por el control del “narcomenudeo” en esa zona y en otras aledañas en las que se concentra la mayor parte del ocio nocturno del centro de México DF.
La función del policía supuestamente era avisar al Javis de los operativos antidroga que se iban a hacer, y en este caso la fiscalía ha dicho sin mayor precisión que participó de forma “activa y directa”, y fuera de sus horarios de servicio. En la rueda de prensa se enseñó una foto del agente Gutiérrez: un hombre en torno a la treintena, delgado, afeitado, de pelo corto y con gesto de seriedad. El fiscal explicó que gracias al registro de sus llamadas telefónicas pudieron determinar que el policía estuvo en la calle del Heavens “el día y la hora” del rapto colectivo, que se hizo con varios vehículos en los que metieron a los jóvenes a la fuerza, si bien en las grabaciones, que la fiscalía ha mostrado a la prensa, no se ven pistolas ni otras armas.
Las familias de las víctimas y el abogado que representa a algunas de ellas tienen la convicción de que no es un asunto de pandillas sino de crimen organizado, y han pedido formalmente a la Fiscalía federal, la Procuraduría General de la República, encargada de esa clase de delitos, que asuma la investigación. Que el caso pasase de manos de las autoridades locales a las federales no sería una menudencia: el gobierno local defiende con firmeza que en México DF no hay crimen organizado, al contrario que en el resto del país, y ese cambio de manos supondría un golpe al crédito de la alcaldía y de su aparato de justicia.
Hasta ahora la Fiscalía del DF mantiene el timón de la investigación, y la Procuraduría General de la República la apoya en un segundo plano, aunque ha sido esta organización la que ha logrado el mayor avance en las pesquisas: el hallazgo de la fosa común, que tuvo lugar el 21 de agosto y que ha propulsado una cadena de detenciones de supuestos partícipes del crimen, algunos arrestados por la propia Fiscalía federal y otros por la local. Ya han sido atrapados 15, y el fiscal del DF ha dicho en esta rueda de prensa que siguen trabajando en la búsqueda de culpables. Entre los detenidos hasta la fecha hay tres a los que se les acusa de ser autores materiales de los asesinatos y a los demás se les considera partícipes del secuestro o del traslado de los jóvenes, que según ha confirmado el fiscal fueron asesinados el mismo día en que se los llevaron de la discoteca. De los posibles autores intelectuales, más allá de las referencias indirectas al Javis, no se sabe nada.
En la rueda de prensa también se ha informado de la detención de otro supuesto implicado, César Iván Romero Reyes, que había salido de la cárcel en mayo después de cumplir una condena por tráfico de droga.
A casi cuatro meses del principio del caso Heavens, que ha tenido mucho impacto por lo inédito de un crimen de esta envergadura en el centro de la capital de México, la historia de la matanza de los 13 jóvenes, de los que no se ha dicho que estuvieran involucrados en asuntos criminales, sigue desgranándose con detenciones periódicas y con las familias de las víctimas enrocadas en su falta de confianza en las autoridades. A excepción de dos familias que han recogido los cuerpos de los suyos, las demás se niegan a aceptar que los restos de la fosa son los de su gente y no piensan cambiar de actitud hasta que les permitan ver, y eventualmente contrastar con expertos independientes, los dictámenes forenses de los cadáveres.
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