Los candidatos alemanes tratan con delicadeza la crisis de la eurozona
Los programas electorales combinan la responsabilidad de ayudar en Europa con defender el bolsillo de los contribuyentes
Desde que estalló la crisis en Grecia, en un lejano 2010, la canciller Angela Merkel no se ha cansado de repetir y, con ella, el resto de los líderes políticos germanos, una frase pronunciada por Thomas Mann que ha sido el estandarte de la política germana con respecto a la Unión Europea. “No queremos una Europa alemana, sino una Alemania europea”.
Pero la estrategia de Merkel para poner orden en Europa y, sobre todo, en los países miembros de la euro zona, revivió en el continente el miedo a un resurgimiento de un virus letal que parecía extinguido: la hegemonía alemana. Después de observar cómo todas las recetas diseñadas para impedir la quiebra de Grecia terminaban en un nuevo paquete de rescate, Merkel llegó a una conclusión radical. Si Alemania, como el país más poderoso del continente debía asumir la responsabilidad de ayudar a sus vecinos, también tenía el derecho de imponer sus propias reglas a sus socios europeos, una estrategia destinada también a proteger el bolsillo de los contribuyentes alemanes.
Aunque los efectos de la receta merkeliana aún están por verse, la opinión pública europea ya dio su primer veredicto: caricaturizó a la canciller alemana como una perversa reencarnación de Hitler.
A pesar de la importancia que encierra la crisis en la eurozona, tanto para Alemania como para sus socios europeos, el tema está siendo manejado con una extrema delicadeza por los líderes germanos, enfrascados en la lucha electoral que culmina el próximo 22 de septiembre. Tanto la canciller Merkel como su rival, el socialdemócrata Peer Steinbrück, saben que la estabilidad de la Unión Europea depende, en gran medida de las acciones que adopte el futuro Gobierno alemán.
Un panfleto de la CDU dice: "Quien no cumpla las reglas, atento a la sanción"
Bajo el lema “A Alemania le va bien si a Europa le va bien”, la canciller ha sido especialmente cuidadosa en no despertar la controversia entre los electores, una decisión destinada a no perjudicar su enorme baza popular que le puede ayudar a buscar un tercer mandato. Esta certeza convenció a Merkel y a su partido, la CDU, a seguir apostando por la vieja receta que impuso a sus socios en los últimos tres años.
En un panfleto electoral y con un lenguaje que puede entender todo el mundo, la CDU señala que el partido está a favor de un euro fuerte y la estabilidad de precios. “Abogamos por la estricta observancia a los frenos a la deuda nacional. Quien no se atenga a las reglas deberá tener en cuenta las sanciones”, señala el libreto, que rechaza la posibilidad de introducir los llamados eurobonos, una medida que también descarta el actual socio de la coalición, el partido Liberal (FDP).
El SPD ha sido cuidadoso en apostar por los eurobonos
El partido de Merkel apuesta por reforzar la competitividad europea a través de reformas estructurales y desea impulsar el sistema dual de aprendizaje profesional, una eficaz herramienta alemana, para combatir el desempleo juvenil, una propuesta que también apoya el FDP.
El partido Socialdemócrata (SPD), en cambio, se muestra a favor de impulsar, en el caso de ganar las elecciones, un Gobierno económico europeo con el poder suficiente para crear un impuesto a las transacciones financieras y un fondo común para el pago de la deuda. “El tema de una responsabilidad compartida debe dejar de ser un tabú”, señala el SDP en su programa.
Pero el SPD, al igual que la CDU, sabe que los electores alemanes son poco amigos de seguir financiando de su bolsillo los errores cometidos por otros. Por eso, el SPD ha sido especialmente cuidadoso en apostar por los eurobonos.
Los Verdes se muestran a favor de transformar el actual Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM) en un Fondo Monetario Europeo que funcione como un eficaz instrumento para combatir futuras crisis financieras y crear los eurobonos.
¿Qué hará el futuro Gobierno alemán? El sociólogo alemán Ulrich Beck tiene una respuesta basada en los sondeos actuales que arrojan la posibilidad de una gran coalición. “En un hipotético Gobierno de gran coalición, el SPD intentará aplicar una corrección a la actual política del Gobierno”, afirma Beck. “Tampoco hay que olvidar que Merkel es maestra en utilizar los atributos de la flexibilidad y es capaz de cambiar de posición en forma muy rápida. Los líderes del SPD están convencidos de que una Europa alemana pone en peligro a Europa y al país”.
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