EE UU reabre sus embajadas en los países árabes salvo Yemen
El Departamento de Estado había llegado a dar la orden de cierre de 19 de sus legaciones por una amenaza terrorista
Este domingo, 18 de las 19 embajadas estadounidenses que habían permanecido cerradas a lo largo de la pasada semana debido a una amenaza terrorista indeterminada por parte de Al Qaeda en la península Arábiga, han reabierto sus puertas. La sede de la misión diplomática en Saná, la capital yemení, es la única de las legaciones del Norte de África, Oriente Próximo y Sur de Asia que sigue clausurada porque el riesgo de atentado persiste.
El Departamento de Estado informó el viernes de esta decisión sin dar detalles concretos de los motivos para retomar la normalidad de los horarios de apertura de sus sedes diplomáticas. “Este domingo, reabrirán 18 de las 19 embajadas y consulados que han permanecido cerrados recientemente. Nuestra legación en Yemen seguirá cerrada debido a que el peligro de un potencial ataque terrorista de Al Qaeda en la península Arábiga se mantiene”, señalaba el comunicado. El consulado en Lahore, en Pakistán, que fue evacuado el pasado jueves debido a otra amenaza distinta de la que provocó la alerta en el resto de países de mayoría musulmana también ha abierto.
La inusitada adopción de estas medidas de seguridad –EE UU también ha emitido una alerta de viaje que insta a los ciudadanos que se desplacen a la zona a que extremen las precauciones- ha reavivado el temor hacia Al Qaeda, poniendo en cuestión la afirmación que el presidente de EE UU, Barack Obama, realizó el mayo del año pasado, cuando aseguró que el núcleo de la organización estaba prácticamente acabado. La semana pasada, durante un discurso ante los marines de la base de Camp Pendleton, en California, aseguró que “aunque se había diezmado a los líderes de Al Qaeda que habían perpetrado el 11-S”, los extremistas seguían siendo “una amenaza para la seguridad nacional, las embajadas y los intereses estadounidenses en el extranjero”.
El presidente insistió en esa afirmación el vieres pasado durante la rueda de prensa que ofreció antes de iniciar sus vacaciones y defendió las medidas de precaución adoptadas por su Administración. “Al Qaeda tiene capacidad para atacar nuestras embajadas y EE UU seguirá vigilantes”, señaló. La nueva asesora de Seguridad Nacional de la Casa Banca, Susan Rice, se ha desplazado a Marthas’s Vineyard, donde está veraneando la familia Obama, para mantener informado al presidente de la evolución de los acontecimientos en la zona.
Que Al Qaeda es capaz de atentar contra misiones diplomáticas en el extranjero, como afirmó Obama, pudo constatarse el pasado 11 de septiembre, cuando un ataque al consulado de Bengasi, Libia, se cobró la vida de cuatro estadounidenses, entre ellos la del embajador en el país.
La polémica por la falta de seguridad, las medidas de seguridad adoptadas, y, sobre todo, la explicación por parte del Gobierno del atentado –en un primer momento se vinculó a las protestas generalizadas contra embajadas del país en protesta por un vídeo que se mofaba de Mahoma, evitando presentarlo como un ataque terrorista-, han polarizado buena parte del debate parlamentario de estos meses, forzando a la antigua secretaria de Estado, Hillary Clinton, y al entonces director de la CIA, el general David Petraeus, a dar explicaciones en el Congreso y obligando al propio presidente a tener que dar explicaciones sobre el comportamiento de la Administración.
El fantasma de Bengasi ha determinado, coinciden muchos analistas, a EE UU a extremar las precauciones para evitar que se repita algo similar. Eso y la “seriedad y credibilidad” de la nueva amenaza. Pese a que públicamente no se ha concretado su alcance, los responsables de la Administración y los miembros del Congreso que han tenido acceso a las comunicaciones interceptadas entre el líder de Al Qeda, Ayman Al Zawahiri, y su nuevo número dos y fundador de la filial en la península Arábiga, Naser al Wahishi, coinciden en asegurar de que el peligro es semejante al de los atentados del 11-S. “Si se hubiera tenido éxito un ataque a una embajada, se corría el riesgo de un efecto contagio en otros puestos diplomáticos, eso explica el cierre de tantas sedes de misiones”, señala Ken Gude, experto en Seguridad Nacional del Center of Amrican Progress,
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