Asesinado en Túnez un líder de la oposición al Gobierno islamista
El dirigente izquierdista Mohamed Brahmi es el segundo político asesinado en Túnez este año Miles de personas protestan en la calle y acusan a los islamistas
El diputado tunecino y antiguo líder del partido opositor tunecino Movimiento del Pueblo, Mohamed Brahmi, fue asesinado este jueves a balazos delante de su domicilio cerca de Túnez. Miles de manifestantes se echaron a las calles de Túnez y otras localidades tras conocer la noticia y acusaron al partido islamista Ennhada en el poder. Se trata del segundo asesinato de este tipo, después del de Chokri Belaid, figura destacada de la oposición laica de izquierdas, asesinado también a tiros a principios de febrero. La ONU condenó el asesinato de Brahmi y pidió una investigación “rápida y transparente”.
“Su cuerpo fue acribillado a balas ante su esposa y sus hijos”, declaró en llantos a la radio Mohsen Nabti, miembro de la oficina política del Movimiento Popular, una pequeña formación de izquierda creada por Brahmi. El político fue tiroteado por dos hombres armados a bordo de una moto cuando él se bajaba de su coche, según testimonios recogidos por la prensa local. Recibió en total once balazos, según la televisión Watanya. “Brahmi fue asesinado a tiros al salir de su domicilio”, informó el ministerio del Interior en un comunicado.
“Acuso a Ennahda, son ellos quienes le han matado”, declaró a la agencia France Presse Chhiba Brahmi, hermana del político asesinado, desde el domicilio familiar de Sidi Buzid, de donde era natural y diputado el político asesinado. “Nuestra familia tenía el sentimiento de que Mohamed conocería la misma suerte que Chokri Belaid”. La familia de Belaid también había acusado a Ennahda, que siempre negó cualquier implicación. En Menzel Buzaiene, en la misma región, miles de manifestantes se echaron a la calle y saquearon la sede local del partido islamista, según la misma agencia. En Sidi Buzid incendiaron la planta baja del edificio de la delegación del Gobierno.
Cientos de manifestantes, entre ellos la viuda de Belaid, salieron también a las calles de Túnez y de otras localidades de la región acusando al partido en el poder y a su jefe de filas, Rachid Ghanuchi. “Ghanuchi asesino” o “Ennahda debe caer hoy”, gritaban los manifestantes. Algunos de ellos se habían reunido ante el hospital al que había sido trasladado el político y siguieron su cadáver cuando éste volvió a ser llevado a su domicilio del barrio de El Ghazala, en la periferia norte de Túnez, según la web de información Nawaat.
Los partidos democráticos se reunieron por su parte a media tarde ante la sede del Frente Popular, donde llamaron a la desobediencia civil, a la caída del gobierno, la disolución de la Asamblea, la creación de un gobierno de unidad nacional y a la huelga general en el día del entierro de Brahmi.
El presidente francés, François Hollande, “condenó con la mayor firmeza el asesinato” del diputado y pidió que se esclarezcan cuanto antes las circunstancias de este asesinato, “al igual que el de Chokri Belaid”. El mandatario francés llamó “al conjunto de las fuerzas políticas y sociales tunecinas” a la responsabilidad para “preservar la unidad nacional y garantizar la continuidad de la transición democrática”. “Llamo a las autoridades a abrir de inmediato una investigación rápida y transparente para asegurarse de que las personas responsables de este crimen rindan cuentas”, indicó por su parte Navi Pillay, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
Brahmi, de 58 años, había sido elegido diputado en Sidi Buzid, la cuna de la revolución que derrocó al régimen de Ben Alí en enero de 2011 y que inició la primavera árabe. Muy crítico con los islamistas en el poder, dimitió el 7 de julio de su puesto de secretario general del Movimiento del Pueblo, el movimiento que fundó tras la caída de Alí, al considerar que su formación nacionalista de izquierdas había sido infiltrada por los islamistas e integró el Frente Popular. Creó recientemente el Movimiento Popular, del que era coordinador general.
El asesinato de Belaid provocó una grave crisis política en el país y llevado a la dimisión a finales de febrero, del gobierno del primer ministro Hamadi Jebali.
Además de la condena de Francia, la antigua potencia colonial, y de la ONU, este nuevo asesinato ha provocado condenas de varios países e instituciones, como el Parlamento Europeo, que denunció un “asesinato abyecto” y del Consejo de Europa.
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