_
_
_
_

Detenidos en Brasil siete agentes secretos por proteger a narcotraficantes

Los policías recibían de los traficantes hasta 150.000 dólares al año y una contribución mensual para asegurales su protección

Juan Arias

Una vez más se ha repetido en São Paulo, el mayor Estado del país con una población semejante a la de España, lo de la zorra puesta a vigilar el gallinero. Siete agentes de policía, entre ellos el jefe del Departamento de Represión al Narcotráfico (Denarc), Clemente Castilhone Junior, han sido detenidos acusados de ser recompensados con altas sumas de dinero por parte de los traficantes de droga para impedir que fueran investigados.

Los policías detenidos, y otros tantos acusados del mismo crimen que están aún fugitivos, recibían hasta 150.000 dólares al año de los narcos y una contribución mensual para asegurales su protección. Los traficantes recibían informaciones confidenciales de los agentes secretos destinada a espiarles a cambio de favores y para protegerles de las operaciones policiales.

Lo más curioso es que entre ellos mismos había estallado una verdadera guerra. Cuando los traficantes olvidaban o se retrasaban en sus pagos, los policías secretos secuestraban a familiares de los mismos para chantajearles y poder recibir aún más dinero a través de dichos secuestros. El personaje clave de la operación criminal cayó en manos de las fuerzas del orden gracias a una operación del ministerio público de São Paulo que llegó a la trama a través de escuchas telefónicas, mientras investigaba a una cuadrilla de narcotraficantes en Campinas, interior de Sâo Paulo.

El líder de los agentes detenidos, Castillone Junior, era el supervisor de la Unidad de Inteligencia del Denarc y actuaba en la agencia integradora de inteligencia de los gobiernos estatal y federal para combatir las olas de violencia que periódicamente se abaten sobre la ciudad de São Paulo. Ahora las autoridades reconocen que el Denarc, creado hace 25 años ha quedado anticuado en su estructura, desfasado de los modernos sistemas de inteligencia, lo que dio espacio a abusos como el que ahora investiga la policía. Todos los detenidos junto con el jefe del Denarc eran funcionarios de dicho departamento destinado a espiar a los narcos.

Los delitos a los que deberán responder los siete agentes secretos detenidos, y otros cinco aún no hallados, son secuestro de persona, robo, formación de cuadrilla, tortura y asociación para favorecer el tráfico de drogas.

El hecho reviste un interés y gravedad especial ya que São Paulo lleva años golpeada por movimientos de violencia callejera a la que se le daban las más diversas explicaciones, sin excluir las políticas para desprestigiar a las autoridades del Estado más rico del país y crear malestar y desconcierto popular. Hoy se descubre uno de los hilos que movían esa violencia, donde importantes operaciones de tráfico de drogas eran protegidas por aquellos agentes de inteligencia llamados a desarticularlas.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

La corrupción endémica en este país no sólo es privilegio de la clase política sino que está fuertemente arraigada en las fuerzas policiales que aún no han sido modernizadas al unísono del crecimiento económico del país y de la pujanza de las empresas. Se trata de unas fuerzas policiales mal preparadas y mal pagadas frente a todas las tentaciones de contaminación del narcotráfico.

Ello explica que jefes importantes de los narcos puedan seguir, desde las cárceles de máxima seguridad, dirigiendo tranquilamente y en la mayor impunidad operaciones para desatar la violencia callejera. Lo hacen, muchas veces, para eludir otras tantas operaciones económicas de gran envergadura llevadas a cabo por los grandes traficantes de drogas nacionales e internacionales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_