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EMILIO GAMBOA | PORTAVOZ DEL PRI EN EL SENADO DE MÉXICO

“En el PRI sabemos que la democracia ya no da para hacer ciertas cosas”

El veterano político mexicano reivindica en esta entrevista los cambios recientes en México que han instaurado lo que llama una "democracia nueva" definida por el respeto a las reglas de juego

Pablo Ximénez de Sandoval
Emilio Gamboa Patrón, el pasado jueves en Madrid.
Emilio Gamboa Patrón, el pasado jueves en Madrid.LUIS SEVILLANO

Emilio Gamboa (Ciudad de México, 1950) es el portavoz del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Senado de México y presidente del órgano compuesto por los portavoces que ordena los debates. Es decir, es el personaje más poderoso del Senado. “No, los 128 senadores son los importantes. Mi voto vale lo mismo que el de cualquier senador”, responde. Considerado un veterano del aparato del partido gobernante, Gamboa es la voz del presidente Enrique Peña Nieto en la Cámara, en un momento en el que el papel del Legislativo parece reducido a ratificar los acuerdos del Pacto por México. Gamboa estuvo en Madrid en una reunión interparlamentaria con el Senado español.

Pregunta. Como veterano del PRI, ¿cómo ha cambiado el trabajo parlamentario desde los tiempos de las grandes mayorías?

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Respuesta. El país ha venido fortaleciendo su democracia. En 2000, el PRI perdió después de 70 años. La correlación de fuerzas en el Congreso también cambió. Ya no hemos tenido mayorías. En el PRI están los hombres con mayor experiencia. Tiene una formación histórica dentro del país. Las grandes instituciones de la República fueron concebidas y construidas por el PRI.

P. Eso les hace responsables también de los grandes fallos.

R. Sin duda. Tuvimos muchos fallos. Nos alejamos de la ciudadanía y nos dieron un voto de castigo en 2000 y perdimos. Volvió a pasar lo mismo en 2006. Ahora tuvimos un espléndido candidato, un presidente que ha venido sacando reformas a través del Pacto por México, un instrumento político que fortalece la democracia. Hemos logrado sacar muchísimas iniciativas, algunas que no hubiéramos creído que íbamos a sacar en tan poco tiempo, como la reforma laboral y la ley de telecomunicaciones. El Congreso está entendiendo muy bien el rol que le corresponde. Hay 500 diputados y nadie tiene la mayoría. El PRI con sus aliados puede tenerla, pero por un voto.

P. ¿Cuál es ese rol? ¿En qué lugar queda el Parlamento cuando todo viene pactado?

R. A ver, ha sido muy discutido en mi país. El pacto no sustituye la tarea del Congreso. El pacto ha entendido que el Congreso tiene su rol, su camino. Deciden los senadores, no el pacto. El pacto nos ayuda a encaminar las iniciativas.

El pacto por México no sustituye la tarea del Congreso. Deciden los senadores, no el pacto

P. Pero el pacto es una especie tercera cámara.

R. Así se ve. Es un grupo de personas muy importante, empezando por el presidente. Después, dos secretarios muy fuertes en mi país que llevan el pacto, el de Gobernación y el de Hacienda. Y los tres presidentes de los partidos [PRI, PAN y PRD]. Eso ha venido permitiendo que se venga fortaleciendo la democracia. Yo lo que veo es que están preocupados de llegar a grandes acuerdos sobre los grandes problemas. Si trabajan alguna incitativa, pueden mandarla a través de la facultad que tiene el presidente de mandar iniciativas al Congreso. Pero el Congreso hace su trabajo. Nosotros hacemos modificaciones. El pacto nos da una directriz, pero el Congreso debate. Hay posiciones encontradas, votaciones que no son unánimes. Hay senadores o senadoras que no están de acuerdo con alguna iniciativa y se debate.

P. Como hombre del aparato federal, ¿cómo afrontan las próximas elecciones locales del 7 de julio?

R. Son elecciones en 14 Estados, complejas, difíciles para el PRI, pero tengo confianza de que ganará. Perderemos algunos municipios y diputaciones locales. Es el juego de la democracia. En la gobernatura de Baja California, que ha sido del PAN, tengo confianza en la victoria. Pero lo importante es que sean elecciones limpias y transparentes.

P. Se les ha acusado de utilizar los programas sociales del Gobierno para favorecer a candidatos locales.

R. En las elecciones se gana con los votos y no con las quejas. Utilizan cualquier instrumento para que el PRI tenga mucho cuidado en sus actuaciones. Pero hay, reitero, instituciones dedicadas a eso y que pueden sancionar. Yo no estoy de acuerdo en que el PRI esté utilizando los programas sociales del Gobierno de la República para beneficiar al algún candidato. Si hubiera algo, que lo demuestren. Son quejas, más quejas, más quejas. Va a ser complejo, pero tendremos muy buenos resultados el 7 de julio.

P. ¿No va en su propio interés actuar con la máxima contundencia contra esas sospechas?

R. Sabemos que la democracia ya no da para hacer estas cosas. Lo hizo también el PAN cuando fue Gobierno. Se demostró que los programas sociales estaban encaminados a ayudar a los que tenían cooptados en su padrón. Nos quejábamos y la gente decidía [en las urnas].

En las elecciones se gana con los votos y no con las quejas. Si hubiera algo, que lo demuestren

P. ¿Pero qué debe hacer el PRI como partido?

R. Actuar con rectitud. Jugar con las reglas de la democracia nueva de mi país. Me da gusto el proceso de consolidación que tiene la democracia en el país. La división de poderes funciona ya en México. Hay un poder judicial con plena autonomía.

P. ¿Qué es esa “democracia nueva” de México?

R. Respetar todo. El voto, las leyes, el instrumento electoral, por parte de todos. Lo que tenemos que hacer es respetar las reglas del juego y entender que si nos ganaron por un voto, por más doloroso que sea, entender que esa es la democracia. Con un voto se gana. Mandata la ciudadanía, el día del voto es el que dice quién gana y quién pierde. Habrá casillas que pase algo irregular, como en cualquier democracia. Irregular por parte de cualquier partido, no solo nosotros. Pero tenemos que respetarlo. Hay casillas que se pueden anular por una demanda que haga cualquier partido, incluido el PRI. La autoridad lo supervisa y lo dictamina. El país viene consolidando su democracia. Peña cree en eso. No se ha metido para nada en el proceso electoral, no ha asistido a ningún Estado en el que hay elecciones para que no digan que hace proselitismo. Los partidos están saludando esta actitud.

P. ¿Desde el PRI federal tienen poder para atacar la corrupción local?

R. Se hace todos los días. Lo que pasa es que es un país de 113 millones de habitantes, con 2.500 municipios, 31 entidades federativas. Es complejo. Pero está claro el mandato del presidente Peña y del presidente de mi partido. No tolerar ningún acto que violente la ley y mucho menos con los recursos del pueblo de México. Todo el peso de la ley.

P. ¿Y el peso del partido?

R. ¡Pero todo! Y el partido ha expulsado durante tiempo a gobernadores o alcaldes que han caído en la corrupción. Me parece que tenemos que limpiar esta fama que teníamos. Estoy seguro que la actuación de la gran mayoría de los priístas es de pleno acato a las leyes y a respetar el uso de los recursos de la ciudadanía. El mandato de Peña es cero corrupción.

P. ¿Hay una política deliberada de no hablar del tema de la inseguridad en México?

R. No, para nada. En cualquier periódico o televisión se oye y se ve la violencia. Sí creo que está cambiando la estrategia el Gobierno. Fortaleciendo la inteligencia en materia de seguridad. Se le da su lugar. México no es todo violencia, tiene un potencial económico importantísimo. El nuevo Gobierno trata de reconocer la violencia, pero pasan muchas [otras] cosas. No hay ninguna limitación en cuanto a la difusión de lo que pasa en materia de seguridad. Se ve a diario en los medios. No es el único tema, como en el sexenio pasado, que era monotemático.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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