El exgobernador de Tabasco declara su inocencia por telegrama

“El telégrafo es un medio de comunicación reconocido por la ley en el orden jurídico mexicano”. El exgobernador de Tabasco, el priísta Andrés Granier, empieza así su declaración, telegrama mediante, ante la fiscalía de su Estado, que lo investiga por malversación y uso indebido del dinero público. “Manifiesto categóricamente que no he cometido delito alguno”, dice el documento del político, de 65 años, que se encuentra hospitalizado en la Ciudad de México desde la semana pasada por problemas de hipertensión.

A Granier se lo esperaba hace días en Tabasco, a donde había prometido volver para rendir declaración. Llegó a la capital mexicana el pasado martes desde Miami (EE UU), donde se refugió al dejar el poder en 2012, pero la parada técnica en el Distrito Federal antes de llegar a Tabasco (a 600 kilómetros de la capital) se acabó prolongando por razones médicas. Fue en el hospital donde el pasado viernes recibió la orden de detención ejecutada por la Procuraduría General de la República, a petición de la fiscalía tabasqueña.

Agentes federales custodian al político a la espera de que sea entregado a las autoridades estatales, que investigan si hubo delitos en el marco de irregularidades financieras, entre ellas el aumento del 4.000% de la deuda del Estado durante el mandato de Granier (2006-2012). En el escrito, en lo que llama su “comparecencia formal”, defiende su inocencia y acusa de complot a su sucesor, el perredista Arturo Núñez.

El actual gobernador prometió el primer día de su mandato que los responsables del “saqueo” de Tabasco acabarían en prisión y en las últimas semanas el cerco se ha ido cerrando sobre el que fuera el jefe del anterior gobierno. Hasta el momento hay cuatro exfuncionarios de la administración Granier encarcelados.

“Se ha desplegado una campaña de desprestigio, descalificación que ha tenido una buena divulgación en los medios de comunicación. A la par, se ha hecho un empleo de las instituciones y leyes penales con un ánimo persecutorio en mi perjuicio”, continúa el político en el telegrama, de folio y medio, al que ha tenido acceso varios medios.

El exgobernador acaba dirigiéndose a las autoridades federales, a la administración priísta de Enrique Peña Nieto, que en ningún momento se ha situado del lado de su hasta ahora compañero de filas. “Las autoridades del Estado mexicano tienen como un deber elemental el impedir el desarrollo de un juicio paralelo porque este afecta a los derechos humanos del gobernado”. “Atentamente, Andrés Granier Melo”. Momento estelar en México de un medio de transmisión de mensajes que vive sus últimos días.