La agricultura de California, pendiente de la reforma migratoria
Un estudio de la Universidad de California pronostica falta de trabajadores en el sector agrario
El sector agrícola de California, en peligro por la falta de trabajadores, espera con impaciencia la aprobación de la ley de reforma migratoria que estudia el Congreso estadounidense. La agricultura del Estado, que emplea mayoritariamente a trabajadores indocumentados, superando el millón en las épocas de mayor actividad, podría sin embargo no tener salvación en los visados para trabajadores agrícolas que crearía la nueva legislación.
Una investigación reciente de la Universidad de California revela que la realidad del Estado es aún más dura, ya que la falta de trabajadores del campo va a ser crónica, tal y como estiman sus autores, Diane Charlton y J. Edward Taylor. Según los investigadores, “los datos económicos muestran una tendencia decreciente en el número de campesinos en el México rural, la principal cantera de trabajadores para la agricultura norteamericana, y al mismo tiempo un aumento de las faenas agrícolas en el país vecino, después de una década en declive”.
Los autores añaden que “los productores mexicanos y estadounidenses están compitiendo por una oferta cada vez más reducida de trabajadores”. Y así se explica el hecho de que “el 20% de la producción agrícola de California se haya desplazado a México”, según estima el presidente de Western Growers, Tom Nassif.
En su opinión, “a menos que se produzcan cambios importantes en el modo en que se gestiona la agricultura, va a llegar un momento en el que se ponga fin a la producción doméstica de productos frescos, reemplazada por la importación de cultivos procedentes de todos los rincones del mundo”.
Los motivos del desplazamiento a cinco kilómetros al sur de la frontera no sólo tienen que ver con la escasez de mano de obra, sino también la motivación es económica. Los productores californianos coinciden en señalar que “al sur de la frontera no hay que pagar seguridad social a los trabajadores ni hacerles partícipes de los beneficios, pero los productos pasan libremente de un lado a otro bajo el Tratado de Libre Comercio”.
Los autores de la investigación de la Universidad de California coinciden con Tom Nassif en la necesidad de que se produzcan cambios en la agricultura, y se atreven a señalar con meridiana claridad que “las claves para adaptarse a la nueva era de relativa escasez de trabajadores en el sector agrícola radican, más que en la política de inmigración, en gestionar bien los recursos y cambiar el tipo de cultivos y la tecnología que se utiliza para su extracción”.
Regularizar a indocumentados, ¿solución o no?
Alrededor de 2 millones de personas trabajan en el campo en Estados Unidos, y se calcula que aproximadamente 1,5 millones son indocumentados. California es el primer Estado de la nación en cuanto a producción agrícola.
Charlton y Taylor dedican un apartado del estudio a indagar si legalizar a los inmigrantes indocumentados es la solución para acabar con la escasez de mano de obra en la agricultura. “Hay muchas razones por las que legalizar es una buena idea, pero asegurar una oferta abundante de mano de obra no es una de ellas”, señalan.
Su análisis apunta a que “regularizar incrementa las opciones económicas de los trabajadores en EEUU y les da más movilidad. El trabajo en el campo ha sido tradicionalmente una primera parada para los nuevos inmigrantes que, una vez asentados, pasan, en cuanto pueden, a otros sectores productivos. Regularizarles con la condición adicional de que durante varios años se mantengan en los trabajos del campo, puede ser a corto plazo una solución, pero no a la larga. En modo alguno va a contribuir a solucionar la falta de trabajadores, sino todo lo contrario”.
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