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Una sombra negra planea sobre la Casa Rosada

Las investigaciones sobre lavado de dinero en Argentina involucran a un empresario íntimo amigo del expresidente Néstor Kirchner

Francisco Peregil
El empresario Lázaro Baez acompaña a Cristina Fernández.
El empresario Lázaro Baez acompaña a Cristina Fernández.FRANCISCO MUÑOZ (AP)

El comentario que se viene oyendo desde hace más de un mes en las calles de Argentina es éste: “Como sea verdad. Si todo eso es verdad…”. Y todo “eso” es lo que denunció el 14 de abril en un programa de televisión perteneciente al Grupo Clarín el periodista Jorge Lanata. “Eso” implicaría que Lázaro Báez, el máximo beneficiario de la obra pública en la provincia patagónica de Santa Cruz, el íntimo amigo del expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), sacó al menos unos 55 millones de euros hacia paraísos fiscales. Con el consentimiento de Kirchner.

La investigación de Lanata comenzó hace año y medio cuando grabó con cámara oculta a Leonardo Fariña, un contable de 26 años desconocido en Argentina hasta que en 2011 empezó a salir con la modelo Karina Jelinek. Fariña reconoce que le organizó a Lázaro Báez una estructura de empresas para lavar “dinero del Estado”. Lanata le preguntó:

--¿Lázaro era socio de Néstor? –preguntó Lanata.

--Sí.

--¿Y vos tenés idea en qué porcentaje o no?

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--La verdad que en todo.

-¿Cómo en todo? ¿Lázaro era testa –testaferro-- o era socio?

-En la política no hay testaferros. Hay operadores, que es distinto.

-A ver, traducime eso.

-Vos sos Lázaro, yo soy Néstor, ¿sí? Vos sos mi amigo; armate –funda—una empresa constructora. Yo te adjudico las obras a vos. La constructora es de Lázaro. El tema es que cada cuatro años [hay], una campaña presidencial. Necesito 10 palos –10 millones de dólares--; tomá. Mandame tres aviones. El día en que murió Néstor los tres aviones de Lázaro iban y volvían. O sea, te ganás… Sos un favor de por vida. Favor contra favor.

Lanata aseguró en su programa del 14 de abril que decidió mantener oculta esa grabación hasta que por fin consiguió “papeles y otros testimonios” que probasen la veracidad de lo que Fariña decía. En febrero de 2013 un miembro del programa se encontró con un gestor financiero que decía haber sido estafado por Lázaro Báez y Fariña. El gestor se llamaba Federico Elaskar. Y habló para el programa del Grupo Clarín sin cámara oculta:

--¿Cómo empieza esta historia, cuando vos conocés a quién? –le preguntó Jorge Lanata.

--Cuando yo conozco a Leonardo Fariña, en enero de 2011. Lo conocí por un par de operaciones, en las cuales él necesitaba asistencia financiera… de la cual lo ayudamos entre gente del extranjero y gente de acá, de la Argentina. Y bueno… durante todo el año 2011, que en realidad fue el primer semestre, me dediqué a hacer varias operaciones por cuenta y orden de Leonardo Fariña para su cliente, que era Lázaro Báez.

--Durante esos seis meses ¿vos manejaste qué cantidad de plata?

--Aproximadamente unos 55 millones de euros

--¿Era normal que vos en tu trabajo manejaras euros?

--No, no era normal. Y de hecho no es normal en el mercado financiero ver euros de 500.

--¿Sabés por qué te pregunto esto? Porque uno de los modus operandi de corrupción del Gobierno justamente son los euros porque, lo sabés mejor que yo, son más chicos, hay más billetes de alta nominación y son más fáciles de trasladar.

--Bueno, de hecho en un fajito llevás 50.000 euros.

Y al rato:

--Bien. A vos te llegaba la plata y esa plata se mandaba al exterior --le pregunta Lanata.

--Esa plata la giraban al exterior.

--Ellos armaban sociedades en el exterior para cobrar esa plata.

--Correcto.

--¿Cuántas sociedades se armaron?

--Entre 45 y 50 sociedades.

--¿El beneficiario final de esas sociedades quién era, según tu información?

--Según mi información… Martín Báez, Leandro Báez y Lázaro Báez.

--O sea, los hijos de Lázaro Báez.

Una vez conseguido el testimonio de Elaskar, el periodista Jorge Lanata citó en su casa a Fariña, una semana antes de la emisión del programa. Y le grabó de nuevo mediante cámara oculta. Fariña volvió a decir que se había dedicado a blanquear dinero de Lázaro Báez. Al día siguiente de emitirse el programa no se hablaba de otra cosa en Argentina.

Después, Fariña y Elaskar se desdijeron. Fariña declaró que se había dado cuenta de que le estaban grabando y le dio a Lanata la “ficción” que estaba buscando. Pero la sombra de la sospecha que arrojó sobre Báez y la Casa Rosada era demasiado grande. Dos semanas después, Lanata entrevistó a Miriam Quiroga, la que fue secretaria de Kirchner. Y ella habló de bolsos que salían desde la residencia presidencial de Olivos supuestamente cargados de billetes en dirección a Santa Cruz, la provincia natal de Kirchner y lugar de residencia de Lázaro Báez.

El 28 de abril, Lanata terminó su programa con estas palabras:

--Estoy enfrente de cinco millones de personas diciendo que la presidenta encubre maniobras de corrupción. Por favor, díganos y pruébenos que estamos equivocados. Si es mentira, Cristina, todo lo que estamos diciendo, dígaselo a la gente

La presidenta siguió sin hablar.

El penúltimo capítulo de la historia se escribió el martes cuando la diputada opositora Elisa Carrió denunció ante un fiscal federal que Báez había desmantelado una bóveda en su finca Laquinta, a cien kilómetros de Ríos Gallegos (capital de Santa Cruz), donde supuestamente guardaba dinero y documentación secreta. El mismo martes por la noche Báez citó a la prensa local en la finca para demostrarles que esa supuesta bóveda nunca existió. El constructor reconoció que Néstor Kirchner solía visitarlo allí y jugaban al fútbol. Pero desmintió que Leonardo Fariña hubiese trabajado nunca para él.

Ahora son los tribunales quienes tienen que dirimir cuánto de cierto en el testimonio de Lázaro Báez y cuánto en las que pronunciaron Leonardo Fariña, Federico Elaskar y la secretaria de Néstor Kirchner.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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