Ahmed Assid, un militante de los ‘hombres libres’ del Magreb
El activista e intelectual bereber lucha por modernizar la religión El filósofo también rechaza la homogeneización de la sociedad que propugnan los islamistas

Hace ya muchos años que, cuando toma la palabra, Ahmed Assid, filósofo y profesor, defiende “una relectura del islam que pueda conjugar textos religiosos y valores contemporáneos”. “Es imposible vivir la religión exactamente como la vivieron aquellos que nos precedieron hace siglos”, recalca.
Siempre “mis reflexiones provocan tensiones con los integristas, pero desde hace dos años la presión ha subido varios peldaños y ahora se ha desbordado”. comenta preocupado el intelectual a este corresponsal.
Para un militante bereber como Assid “abrir la religión” es también rechazar la “homogeneización” que los islamistas buscan imponer a la sociedad tratando de que “olvide parte de su herencia”, es decir, la bereber, que él prefiere llamar amazig (“hombres libres”).
Aun hoy en día, recuerda, el 28% de la población marroquí solo habla el tamazig, la lengua de los bereberes, que se practica sobre todo en zonas rurales. “A ese porcentaje hay que añadir aquellos que hablan las dos lenguas”, el árabe y el tamazig. “Es decir, que una mayoría de marroquíes comprende y puede expresarse en la lengua de sus antepasados”, subraya.
Assid es militante bereber desde 1981. Desde la entronización de Mohamed VI, asegura, “se han conseguido avances” como la creación del Ircam, el instituto real dedicado a la promoción de la cultura amazig.
“Después, en 2003, se introdujo el tamazig en la enseñanza pública”, prosigue. La decisión, que solo se aplica por ahora en el 15% de los centros, sigue siendo polémica. Si la enseñanza en Marruecos era ya de mala calidad, y los alumnos abandonaban la escuela sin conocer bien el árabe ni el francés, añadir un tercer idioma y un tercer alfabeto (tifinag), deteriora aun más su nivel, según sus detractores.
Tres años después el tamazig irrumpió en la radio y la televisión públicas, pero pese a estos avances sigue perdiendo terreno. Ciudades como Nador (noreste del país) hablaban tamazig hace 30 años, pero ahora en la calle predomina el árabe dialectal.
Assid y el movimiento bereber han ganado, sin embargo, en abril una batalla simbólica. Una circular del Ministerio del Interior autoriza a los padres a poner a sus hijos nombres bereberes, algo que estaba vetado aunque algunas familias lo conseguían tras pleitear en los tribunales. Aparecerán ahora nuevos nombres como Bahac, Numidia, Irat, Markunda, Ayyur, Anir, etcétera.
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