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El Gobierno portugués aprueba recortes de 4.700 millones de euros hasta 2016

El tijeretazo trata de tapar el agujero que significó el veto del Constitucional a algunas de sus medidas más importantes

Antonio Jiménez Barca
El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, recibe ayer a su homólogo irlandés, Enda Kenny.
El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, recibe ayer a su homólogo irlandés, Enda Kenny.FRANCISCO LEONG (AFP)

 En Portugal, la austeridad, o mejor, el adelgazamiento progresivo de los servicios públicos y del Estado, va a continuar a un ritmo creciente. El ministro de Finanzas, Vítor Gaspar, ha anunciado hoy en el Parlamento luso que el Estado portugués ahorrará, a base de ajustes, 4.700 millones de euros hasta 2016. El calendario es peliagudo para un país que ya soporta dos años continuados de recortes. El año que viene se ahorrarán 2.800 millones; en 2015, año electoral, los recortes alcanzarán los 700 millones y en 2016, la suma volverá a incrementarse en 1.200 millones. A esta millonada, casi el 3% del PIB del país, hay que sumar los 1.300 millones de euros del agujero creado por el reciente veto del Tribunal Constitucional a algunas de las medidas más importantes del actual presupuesto, tales la retirada de las pagas extras a los funcionarios y a los pensionistas.

El ministro Gaspar ha sido claro: “El aumento de impuestos parece que está excluido. Así que, para tener unas cuentas públicas saneadas, el Estado debe tener la dimensión que los portugueses quieran pagar”. Estos cortes futuros son la consecuencia de la aprobación, hoy, en un consejo extraordinario de ministros de cinco horas (últimamente los consejos de ministros portugueses son cada vez más extraordinarios y más largos), del denominado Documento de Estratégia Orçamental (Documento de Estrategia Presupuestaria), en el que se señalan las líneas generales de este monumental ahorro.

El Gobierno portugués aún no ha detallado en qué sector de la Administración Pública se ahorrará, algo que se hará público en los próximos días

Esta “reforma estructural”, en el fondo un enorme tajo al gasto público que afectará, entre otros sectores, a la educación y a la sanidad, es una vieja exigencia de la troika, que ha pedido que los cortes sean “permanentes”.

El Gobierno portugués aún no ha detallado en qué sector de la Administración Pública se ahorrará, cosa que se hará en los próximos días, pero la aprobación del documento (y del compromiso del ahorro) era necesaria, según Gaspar, para que la troika desembolse ya los 2.000 millones correspondientes al octavo tramo del préstamo de 78.0000 millones de euros acordado hace dos años.

También para que Europa, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, la troika, ratifiquen el aplazamiento de los vencimientos de los pagos de ese préstamo, a partir de 2014, algo que Portugal necesita para no verse los próximos años ante una insalvable montaña de deuda e intereses.

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Será difícil, con todo, en un Estado portugués cada vez más raquítico a base de recortes y de dos años de austeridad a machamartillo, encontrar sitios en los que meter la tijera. Los periódicos portugueses han apuntado que llegará, sobre todo, de la eliminación de muchos puestos de trabajo en la Administración Pública, especialmente en la no renovación de contratos para empleados públicos, muchos de ellos profesores, con la retirada de complementos de sueldos para funcionarios o con la subida de la edad de jubilación, entre otras medidas.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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