La fiscalía acusa al expresidente alemán Wulff de aceptar un soborno
El Ministerio público calcula que obtuvo favores por valor de 770 euros
La Fiscalía de Hannover ha formalizado este viernes los cargos contra el expresidente federal Christian Wulff, que dimitió en 2012 por un escándalo de corrupción. Los fiscales acusan al democristiano (CDU) de haber aceptado pequeños favores del empresario cinematográfico David Groenewold. Este asumió parte de los gastos de viaje de la familia Wulff en la Fiesta de la Cerveza de Múnich en 2008. Durante los tres días que duró la visita del entonces primer ministro del land de Baja Sajonia, el empresario Groenewold pagó 510 euros por el alojamiento de los Wulff y el cuidado de sus hijos, así como 210 euros por una cena con el matrimonio y otros 3.210 para una excursión a las famosas casetas de la oktoberfest muniquesa junto a otras siete personas. Según la acusación, el periplo bávaro tuvo la finalidad de promover una película en la que trabajaba Groenewold. Inmediatamente después de la visita, Wulff presentó dicho proyecto cinematográfico ante inversores potenciales. Si la Audiencia territorial de Hannover abre un juicio, sería la primera vez que un jefe del Estado de la República Federal se siente en el banquillo.
La Fiscalía de Hannover precipitó hace 14 meses la dimisión de Wulff, al pedir que suspendieran su inmunidad para abrir la investigación. Ahora ha ofrecido a Wulff y a Goenewold la posibilidad de un acuerdo extrajudicial que la arrumbaría a cambio de 20.000 euros del expresidente y otros 30.000 de Groenwold. Ambos declinaron la oferta esta misma semana. Según los abogados del segundo presidente federal que la democristiana Angela Merkel ha perdido en la actual legislatura, Wulff confía en que “la independencia y el sentido de la proporción” de los jueces de la Audiencia territorial de Hannover atajen el caso antes de que llegue a al juicio oral. Los abogados de Wulff destacan, además, que la Fiscalía ha renunciado a los cargos que empezó a investigar en 2012.
Se refieren a más relaciones sospechosas entre Wulff y otros adinerados empresarios. Entre ellas, dos vacaciones del matrimonio en la isla frisona de Sylt, en el Mar del Norte, así como otras dos visitas a Múnich. También se sospechaba de su luna de miel en 2008. La pareja, separada desde enero de este año, disfrutó entonces de la mansión italiana de un empresario de seguros alemán. Lo acusaban de haber defendido a cambio reformas legales que beneficiaban a las compañías aseguradoras en Baja Sajonia. Ninguna de estas sospechas ha aguantado la investigación de la Fiscalía que ha presentado los cargos este viernes. Su acusación consta de 79 páginas en las que se cita a 25 testigos. Al final, el monto de las supuestas ventajas de los Wulff queda en unos 770 euros.
El escándalo que terminó en la dimisión de Christian Wulff comenzó a finales de 2011, cuando salieron a la luz las condiciones de ganga de un crédito obtenido en 2008 para comprase una casa con su flamante esposa, 14 años más joven. Wulff contaba entonces entre los barones regionales más poderosos de la CDU de Merkel. A resultas de la dimisión de Horst Köhler en 2010, la canciller lo impuso como jefe del Estado pese a algunas reticencias en su propio partido. Se dijo entonces que así se apartaba a uno de sus posibles rivales internos en la CDU. Una vez en el cargo, Wulff se propuso mejorar la integración y la aceptación social de los inmigrantes, en particular los de religión musulmana. Su frase “el Islam es parte de Alemania”, seguramente la más memorable de su mandato, provocó una polémica desmedida entre los democristianos. En 2012 lo sucedió en la presidencia el pastor protestante Joachim Gauck, que obtuvo un apoyo abrumador de la Asamblea Federal.
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