Una tormenta de nieve paraliza la actividad del Gobierno en Washington

Lo que por el momento todavía no ha logrado el temido secuestro económico, lo ha conseguido una tormenta de invierno que amenazaba con cubrir la capital de la nación hasta con 25 centímetros de nieve y que hasta el momento ha tenido un impacto muy desigual. Con los colegios y las oficinas del Gobierno federal cerradas y los aeropuertos cancelando todos sus vuelos, la tormenta de nieve ha sido denominada en inglés como snowquester, un término que mezcla nieve y secuestro y que ocupa titulares y domina conversaciones. La Casa Blanca cancelaba su rueda de prensa diaria y lo mismo hacía el Departamento de Estado, en el día en que se esperaban reacciones a la muerte del presidente venezolano, Hugo Chávez.

Por la noche, el presidente Barack Obama tenía prevista una cena en un céntrico hotel de Washington con una docena de senadores republicanos para intentar acercar posturas y buscar alternativa al secuestro, los recortes automáticos al presupuesto federal por un total de 85.000 millones de dólares que se pusieron en marcha el pasado viernes ante la incapacidad de un acuerdo entre la Casa Blanca y los legisladores de ambos partidos en el Congreso. A media tarde, la cena se mantenía pero se informba que eso podía cambiar en cualquier momento, por el “mal tiempo”

Proveniente de Chicago, donde ha dejado precipitaciones históricas, la borrasca ha provocado que más de 250.000 hogares y negocios se quedaran su electricidad, en su gran mayoría en Virginia y Virginia Occidental pero también en Maryland y el Distrito de Columbia. Los vientos de más de 50 kilómetros por hora y la acumulación de nieve en las ramas de árboles ha provocado la caída de muchos de ellos y el arrastre de cables de la luz.

Al menos cuatro personas han muerto hasta el momento en la región en accidentes en las carreteras y autopistas cubiertas de hielo y nieve. Más de una docena de Estados, desde Minnesota (norte) a Virginia (este), han sido azotados por el paso de la tormenta, que ha causado nevadas de hasta 60 cm de altura en Montana (noroeste). “Las grandes cantidades de nieve que deben caer harán que los desplazamientos sean peligrosos”, advirtieron los servicios estadounidenses de meteorología.

Más de 2.600 vuelos han sido cancelados, informa la agencia France Presse. Unos 900 aviones debieron permanecer en tierra en el aeropuerto O'Hare de Chicago (Illinois, norte), uno de los más importantes del país y donde había hasta 25 centímetros de nieve, mientras otros 260 se encontraban atrapados en Chicago Midway, la otra terminal de la ciudad. Cien vuelos fueron anulados en Minneapolis (Minnesota, norte). Más de 1.100 vuelos previstos para el hoy miércoles han sido también cancelados en el área de Washington.

El Departamento de Transporte del Estado de Virginia ha movilizado unos 4.000 camiones y camionetas equipados con palas mecánicas y sal para limpiar las calles y carreteras principales. A la espera de las temperaturas primaverales que se preveen para el fin de semana, los meteorólogos vaticinan que la mayor parte de la nieve acumulada se derritirá en unos días, lo que puede provocar inundaciones en las áreas más bajas.