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Relevo en China

Wen Jiabao promete reducir las desigualdades en China

En su último informe del estado de la nación ante el Parlamento, el primer ministro defiende una economía orientada al consumo

Wen Jiabao, después de pronunciar su discurso.
Wen Jiabao, después de pronunciar su discurso.GOH CHAI HIN (AFP)

Wen Jiabao ha dado unos pasos, se ha situado en el centro del estrado cubierto con moqueta roja y ha hecho tres reverencias, a las que los 3.000 diputados del Parlamento chino han respondido con un fuerte aplauso en el Gran Palacio del Pueblo, en Pekín. Ha sido el gesto de despedida del hombre que durante una década ha ocupado la jefatura del Gobierno, tras leer durante una hora y 40 minutos el informe de trabajo del Gobierno en 2012 y los objetivos para 2013. Un informe en el que ha pasado revista, con profusión de datos, a los logros alcanzados por el Partido Comunista Chino (PCCh) en los últimos cinco años, ha desgranado los problemas y desafíos a los que se enfrenta el país, y ha sentado las bases –aquí, sin muchos números– del trabajo que espera a partir de ahora a la nueva generación de líderes chinos.

El presidente, Hu Jintao, cederá el testigo al actual vicepresidente y secretario general del partido, Xi Jinping, y Wen será sustituido por el viceprimer ministro Li Keqiang, cuando dentro de 12 días finalice la sesión anual del Parlamento, inaugurada hoy. Concluirá así el proceso de transición de poder a la quinta generación de dirigentes tras las de Mao Zedong, Deng Xiaoping, Jiang Zemin y Hu Jintao, sellado en el congreso del PCCh en noviembre pasado.

Wen, de 70 años, ha prometido en su último discurso del estado de la nación que el Gobierno responderá a las demandas de la gente, reducirá las grandes diferencias sociales, proporcionará mejor cobertura sanitaria, luchará contra la corrupción, hará frente a la degradación medioambiental y reformará en profundidad el modelo económico para centrarlo en el consumo doméstico, en lugar de las exportaciones y la inversión.

El jefe de Gobierno saliente ha asegurado que hacer que los chinos consuman es vital para el futuro de la segunda economía del mundo y ha anunciado la aceleración de las reformas del sistema de registro de residencia, conocido como hukou, para respaldar el proceso de urbanización, imprescindible para continuar el desarrollo chino. “Hemos de asumir con toda firmeza la ampliación de la demanda interna como estrategia a largo plazo del desarrollo económico, y hacer valer plenamente la función básica del consumo y el papel clave de la inversión. La dificultad y la clave para expandir la demanda doméstica residen en el consumo, y ahí es donde está el potencial. Para ampliar el consumo individual, hemos de acrecentar la capacidad de la gente para consumir, mantener estables sus expectativas al respecto, aumentar su deseo de consumir y mejorar el ambiente de consumo”, ha dicho Wen.

El Gobierno quiere situar así a la población en el centro de su estrategia económica, con un objetivo de incremento del producto interior bruto (PIB) del 7,5% para 2013, frente al 7,8% alcanzado en 2012 –el ritmo más lento en 13 años–, y una inflación del 3,5% (2,6%, el año pasado), según ha asegurado el primer ministro.

Wen Jiabao ha afirmado que, en adelante, China no buscará el crecimiento a toda costa. “Debemos convertir la garantía y la mejora del bienestar de la población en el punto de partida y el objetivo de todo el trabajo del Gobierno, darle prioridad total, y afanarnos en reforzar el desarrollo social”, ha dicho mientras en el exterior, en la plaza Tiananmen, cientos de policías de uniforme y paisano peinaban las calles y la plaza, cerrada al público. En algunos lugares, había soldados equipados con extintores. En otros, dispositivos para explosionar posibles bombas.

Los líderes chinos son conscientes de que el país ha alcanzado un punto de inflexión y hace falta un cambio ambicioso de un modelo económico que, aunque ha sacado a cientos de millones de personas de la pobreza y elevado China al puesto de segunda economía del mundo –aunque por renta per cápita está un puesto medio-, ha generado profundas desigualdades sociales y graves problemas medioambientales y de corrupción. Wen se ha referido repetidas veces a la necesidad de acelerar el cambio de modelo, ajustar la estructura económica y mejorar la calidad del crecimiento; una “tarea primordial”, según ha dicho.

También ha tenido palabras para la lucha contra la corrupción, una de las banderas enarboladas por Xi Jinping, aunque ha planteado pocas propuestas concretas, como tampoco las ha habido para otras áreas como la degradación medioambiental, una fuente creciente de protestas de la población.

Los objetivos desgranados por el jefe de Gobierno saliente están consensuados y aprobados por Xi Jinping y su equipo, y un indicio del estilo del nuevo equipo es el lenguaje más llano y alejado de la vieja retórica comunista, que utiliza este año el informe leído por Wen Jiabao.

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