Francia retoma la ofensiva en Malí contra las bases islamistas
París lleva la guerra hasta los confines del desierto del Sáhara en Malí. Los tuareg se convierten en aliados y entregan a un líder de Ansar Dine, Mohamed Moussa
La guerra de Malí ha entrado este lunes de lleno en su segunda fase. El nuevo teatro de operaciones es la región de Kidal; el objetivo es destruir los refugios de los terroristas escondidos en el extremo noreste del país y, cuando sea posible, liberar a los siete rehenes franceses que según París permanecen secuestrados en esa zona de Malí. Para ello, París cuenta con un nuevo aliado: los grupos armados tuaregs se han atribuido el arresto, muy cerca de Argelia, de Mohamed Moussa, número tres del grupo islamista Ansar Dine (Defensores de la Fe) que sembró durante meses el terror en Tombuctú, y de otro importante yihadista.
El ejército francés ha intensificado el lunes los bombardeos sobre el macizo montañoso de las Iforas, situado 1.500 kilómetros al noreste de Bamako y cerca de la frontera argelina, mientras desde la liberada Gao llegaban helicópteros de asalto y aviones de transporte con fuerzas especiales a bordo.
París intenta así estrechar el cerco sobre los rebeldes que escaparon en las últimas semanas de Tombuctú, Gao, Kidal y otras ciudades del norte y el centro del país. Defensa ha confirmado que sus cazas bombardearon "intensamente" la zona de las Iforas "para destruir las bases de retaguardia y depósitos de armas" de los yihadistas, aunque como suele no ha dado datos sobre acciones de sus fuerzas especiales.
Hace unos días, el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, indicó que los siete franceses secuestrados por grupos ligados a Al Qaeda en Níger y Malí en 2011 y 2012 se encuentran "probablemente" en esas montañas del Kidal. Informaciones no confirmadas señalaron que París estaría preparando un asalto de las fuerzas especiales para liberar a los civiles, capturados por los rebeldes de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) y del Movimiento por la Unidad de la Yihad en África Occidental (MUYAO).
El general Shehu Abdul Kadir, comandante en jefe de la Misión de Ayuda Internacional a Malí (MISMA por sus siglas en Francés), ha declarado a la televisión BFM TV que las tropas africanas desplegadas bajo paraguas de la ONU "están preparando algo" al ser preguntado por una posible operación de rescate. “Estamos trabajando pero no puedo revelar los planes. De momento nos los guardamos para nosotros, las autoridades competentes ya lo anunciarán”, ha dicho Kadir. Las fuerzas de la MISMA, formadas por unos 7.000 militares, están desplegándose lentamente sobre el centro y el norte de Malí para sustituir a las tropas francesas.
Según el ministro de Exteriores, Laurent Fabius, ese relevo se debería producir rápidamente. “Queremos ser relevados enseguida por las fuerzas africanas de la MISMA en las ciudades que controlamos”, ha dicho. Sobre los secuestrados, Fabius ha subrayado que el Gobierno “sigue trabajando con determinación y discreción”.
Mientras tanto, fuentes oficiales malienses han confirmado que uno de los máximos líderes del grupo islamista Ansar Dine había sido arrestado el domingo “por un grupo armado aliado” en In Hallil, cerca de la frontera argelina. Se trata de Mohamed Moussa, y según los habitantes de Tombuctú fue el ideólogo del grupo y el jefe de la policía política que aplicó durante meses la sharía (ley islámica) en la legendaria ciudad de los 333 santos.
“Es el número tres de Ansar Dine, el que ordenaba cortar las manos, ha sido detenido por un grupo armado aliado y está siendo conducido a Kidal”, han añadido esas fuentes, que no han revelado quién arrestó exactamente a Moussa. Los autonomistas tuareg del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA), han reivindicado su captura y la de Oumeïni Ould Baba Akhmed, un supuesto líder del MUYAO.
Kidal ha sido durante largo tiempo un bastión de Ansar Dine, pero la ciudad fue tomada antes de la llegada de los militares franceses por dos movimientos tuaregs, el histórico MNLA, protagonista de diversas rebeliones armadas desde los años sesenta, y una escisión moderada de Ansar Dine llamada Movimiento Islámico de Azawad (MIA).
Estos dos grupos apoyan la entrada en la ciudad de las fuerzas francesas apostadas en el aeropuerto, pero rechazan la de las tropas malienses y de la MISMA porque temen que cometan actos de venganza contra las minorías árabe y tuareg. Junto a los franceses, un pequeño contingente de soldados chadianos —que no se incluye en la MISMA— está desplegado en Kidal.
En París, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, que se ha entrevistado con François Hollande, ha afirmado que su país “apoya sin la menor duda” la operación militar francesa en el Sahel. “Compartimos los objetivos de la comunidad internacional de privar a los terroristas de cualquier santuario y de restaurar un Gobierno democrático en Malí”, ha afirmado en una entrevista a Le Figaro.
Mientras tanto, las decisiones políticas de Hollande, basadas en la tesis de que el destino de Malí debe ser gestionado por los malienses con la ayuda de sus vecinos africanos, acompañan la ofensiva bélica. Francia ha decidido hoy desbloquear la ayuda económica a Bamako, frenada tras el golpe de Estado de marzo pasado. París enviará 150 millones a Bamako de forma progresiva y en coordinación con la UE, que ha comprometido 500 millones.
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