En Egipto, la Revolución 2.2 ha comenzado
Los ultras empezaron a movilizarse y a manifestarse una semana antes del segundo aniversario de la revolución
La revolución del año 2011, fue bautizada por algunos “Revolución 2.0” refiriéndose al importante papel que tuvieron las redes sociales (Facebook, Twitter, etcétera) e Internet. Se puede decir ahora que estamos asistiendo a la Revolución 2.2.
Jóvenes, y no tan jóvenes revolucionarios bajaron entonces a la calle, pasando a formar parte de la multitud de la Plaza Tahrir y abandonando el cómodo y hasta ahora muy importante hizb al-kanaba —“partido del sofá”, que representa a la masa pasiva de egipcios, que como mucho participaban a tertulias animadas en contra del régimen de Mubarak, o de alguna impopular decisión ministerial adoptada pero bajando el tono en público.
Los Ultras
De los que menos se habló en 2011, pero que fueron sin embargo muy activos y cuyo papel fue decisivo, fueron los Ultras. Estos jóvenes, que nunca formaron parte de ningún partido ni movimiento político, tienen en común el hecho de venerar a su equipo de fútbol.
Una semana antes del segundo aniversario de la revolución, los Ultras empezaron ya a movilizarse y a manifestarse.
El miércoles 23 de enero llevaron a cabo con una máxima y perfecta sincronización, disciplina y eficacia varias acciones en diferentes grandes ciudades (El Cairo, Alejandría, Suez...). En la capital bloquearon el puente del 6 de octubre (principal “autovía suspendida” de más de 20 km de recorrido), paralizaron en varias ocasiones el tráfico del metro y organizaron un sit-in pacífico frente a la sede de la Bolsa. Según sus declaraciones, dichas acciones eran sólo una advertencia hacia el régimen y el poder judicial, de lo que podría suceder, y de lo que eran capaces de llevar a cabo en caso de que el veredicto del 26 de enero estuviera trucado o no fuera satisfactorio.
Mártires de Port-Said
El 26 de enero era la fecha prevista para dar sentencia en el caso de la tragedia del estadio de Port Said. Han sido condenados a muerte 21 jóvenes (entre 18 y 30 años de edad) por la matanza de las 74 víctimas mortales del estadio de Port Said, hace algo menos de un año.
El 1 de febrero de 2012, al final del encuentro entre los dos equipos Al-Ahli (uno de los principales equipos de El Cairo) y Al-Masri (equipo de Port Said), Ultras del equipo de Port Said bajan al terreno y atacan con proyectiles a los seguidores del equipo cairota.
La ausencia de control minucioso antes del acceso al estadio, la inacción por parte de las fuerzas de seguridad presentes en el estadio, las irregularidades observadas (al finalizar el partido el recinto estaba cerrado impidiendo la salida a los espectadores y los focos de luz estaban apagados) así como la poco habitual ausencia del gobernador local y de su jefe de la seguridad, dan a pensar a un ajuste de cuentas hacia los Ultras cairotas. Conocidos por su insumisión al poder y a movimientos políticos, su destacable poder de convocatoria y de organización así como su envidiable movilidad, se puede suponer que quizás había llegado el momento de ajustar cuentas, pendientes desde enero de 2011. Había llegado el momento de pagar por su papel decisivo en la Revolución, y el trabajo sería llevado a cabo por otros Ultras. Otro elemento importante, es que ningún responsable policial, del cuerpo de seguridad o del Club de fútbol de Port Said (presentes y pasivos durante los incidentes mortales) ha sido condenado el 26 de febrero. Habrá que esperar al 9 de marzo para ver si algún responsable será condenado.
Aunque no se sepa muy bien quién está al mando, o cuál de los guiones ha sido adoptado, se trata sin duda ninguna a un juicio político. A pesar de haber recibido nuevas pruebas pocos días antes, no se ha pospuesto la fecha de la sentencia para poder examinarlas, como era de esperar. Mientras tanto, el descontento persiste, y los enfrentamientos han cobrado y siguen cobrando demasiadas vidas, muchas de ellas en la ciudad de Port Said.
Además, el Presidente Morsi, que no ha dudado en combatir y violar el sistema judicial a lo largo de estos meses, ahora asegura que cualquier persona en desacuerdo con esta sentencia, ¡será considerada como contrarrevolucionaria!
Los Black Bloc
Otros importantes protagonistas de estas últimas semanas han sido los Black Bloc, o “Bloque Negro”. Inspirados de los movimientos anarquistas, se han formado a principios del mes de enero. A pesar de haber tenido una atención muy especial por parte de los medios de comunicación egipcios, se sabe todavía poco acerca de este nuevo, y un tanto inusual para Egipto, movimiento. Gozan ya de 20.000 fans en Facebook. Su particularidad, como su nombre lo indica, es la de ir vestido de negro, e incluso llevar un pasamontañas o pañuelo negro tapando la cara. Además la identidad de sus miembros es secreta, lo que les permite tener aún más libertad de movimiento y de reacción, pero también a otros grupos crear disturbios en su nombre.
Estos “guardianes de la Revolución” como les gusta llamarse, han aparecido en respuesta a las milicias islamistas y de los Hermanos musulmanes. Tanto los Black Bloc, y en cierta medida los Ultras, están considerados como grupos actuando en respuesta a dichas milicias que actuaron de forma brutal en los enfrentamientos del mes de noviembre y diciembre.
Si además se tiene en consideración la noticia anunciada en varios periódicos, pero hasta ahora no confirmada, según la cual han penetrado en el territorio egipcio grupos armados islamistas, procedentes de Gaza, no es de extrañar que el ejército salga de su silencio. El ministro de defensa, El Sissi, ha advertido que esta situación de agitación y caos podría llevar al colapso del Estado.
Los Black Bloc han sido acusados por varios grupos islamistas de formar parte de un complot extranjero, o incluso de ser cristianos, a sueldo de la Iglesia copta, cuyo fin era el de desestabilizar el país. Declaraciones a las cuales han tenido que responder, negando cualquier afiliación política o de carácter religioso.
Talaat Abdalla, el fiscal general nombrado por el Presidente Morsi, acaba de ordenar la detención de todos los miembros del Black Bloc. En este segundo aniversario en el cual la violencia sigue dominando, se puede decir más que nunca que al zawra mustamerra (la revolución prosigue), y con nuevos actores hasta ahora insospechados.
Eva Sáenz-Díez Jaccarini es investigadora sobre el Mundo árabe y musulmán en la Universidad Autónoma de Madrid y en la Universidad de París 8.
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