Washington clama a favor del control de las armas de fuego
La marcha se produce justo una semana después de que la NRA celebrara varias concentraciones a favor de la posesión de las armas de fuego
Alrededor de 6.000 personas, según la organización, han marchado durante la mañana de este sábado por el centro de la capital de Washington pare mostrar su apoyo a un mayor control de las armas de fuego. Políticos, activistas, familiares de víctimas fallecidas a consecuencia de un impacto de bala, entre ellos un centenar de vecinos de Newtown, y ciudadanos provenientes de San Francisco, Seattle o Alaska, han descendido en silencio los poco más de tres kilómetros que separan la colina del Capitolio del monumento a Washington, donde se han concentrado para exigir al Congreso que trabaje unido para desarrollar una legislación sobre la posesión de armas de fuego que impida que se repitan matanzas como la que acabó con la vida de 20 niños y siete adultos en Sandy Hook el pasado 14 de diciembre. En Boston y Nueva York también de han celebrado marchas similares.
No actuamos cuando 12 jóvenes [y un profesor] fallecieron en Columbine, tampoco lo hicimos cuando murieron 33 en Virginia Tech, ni en Aurora. Si no actuamos ahora, todos seremos responsables” Eleanor Holmes Norton
“Esto no va sobre la defensa de la segunda enmienda”, explicó en la tribuna de oradores el secretario de Educación, Arne Duncan. “Esto va sobre la responsabilidad de los que poseen armas, sobre garantizar nuestra seguridad y la seguridad de nuestros hijos”, explicó antes las miles de personas que desafiaban al frío portando carteles a favor de la prohibición de los rifles de asalto o en contra de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), que justo hace una semana organizó concentraciones en varios Estados del país a favor del derecho a portar armas.
Otros sujetaban pancartas con el nombre de personas fallecidas por un arma de fuego. “Louise Dekker, Glenda Moritz, Nicolas Golbert…”. Demasiados muertos que se han ido acumulando en la conciencia de muchos ciudadanos de EE UU y que han decidido decir basta tras la matanza de Newtown. “No actuamos cuando 12 jóvenes [y un profesor] fallecieron en Columbine en 1999, tampoco lo hicimos cuando murieron 33 en Virginia Tech en 2007, no reaccionamos cuando la congresista Gabrielle Giffords fue disparada en la cabeza en 2011, no hicimos nada el pasado mes de junio cuando un individuo asesinó a 12 personas en Aurora”, se lamentó la congresista Eleanor Holmes Norton. "Todos somos culpables si no actuamos ahora”.
Entre los miles de personas congregadas frente al obelisco en honor a Washington, otro presidente, Barack Obama, estuvo muy presente. Todos los manifestantes coincidieron en alabar el plan que éste presentó hace dos semanas sobre el control de las armas de fuego y todos clamaron al unísono el célebre Yes we can, cada vez que los oradores resaltaban la necesidad del respaldo ciudadano para movilizar a la opinión pública y presionar así al Congreso para adoptar una legislación sobre el control de armas. “El programa del presidente es el principio pero os necesitamos a todos vosotros para completar el trabajo”, indicó Duncan.
Todos clamaron al unísono el célebre Yes we can, cada vez que los oradores resaltaban la necesidad del respaldo ciudadano para presionar al Congreso para que adopte una legislación sobre el control de armas
Además de en los pasillos del Capitolio –esta semana la senadora demócrata Dianne Feinstein ha presentado un proyecto de ley para reinstaurar la prohibición de las armas de asalto-, la Casa Blanca está tratando de ganar su cruzada a favor del control de armas en la calle. El vicepresidente Joe Biden participó el jueves en una charla con internautas para explicar la posición de la Administración sobre las armas de fuego y el viernes hizo otro tanto en Richmond, Virginia, uno de los Estados con más partidarios de las armas y donde se encuentra el cuartel general de la NRA, diana de muchas de las críticas de los que se congregaron bajo el monumento a Washington.
“¿Cómo pueden decir los que promueven la posesión de las armas de fuego que ellos no se sienten mínimamente responsables de las matanzas que han sucedido en este país?”, se preguntaba Suzanne Reichmond, una jubilada de 64 años. “Apelan a la Segunda Enmienda, pero nuestra sociedad es muy distinta a la que se encontraron quienes la redactaron. Estoy segura de que ahora hubieran escrito algo muy diferente”.
La matanza de Newtown ha servido de catalizador para introducir en el espectro político de EE UU el debate sobre las armas de fuego. Sin embargo, entre las propias filas demócratas, se ha observado división a la hora de secundar algunas de las propuestas del plan de Obama, en especial la relativa a la prohibición de las armas de fuego. El sábado por la mañana, muchos de los intervinientes en la manifestación han instado al Capitolio a dejar de lado el bipartidismo y a trabajar juntos para lograr una legislación que garantice la seguridad en las calles. “Nuestros representantes en el Congreso deben trabajar juntos para evitar una nueva masacre como la de Newtown”, exigió el alcalde de Washington, Vincent Gray. “Sin una acción a nivel nacional, sin una legislación federal, nunca podremos resolver el problema de la violencia derivada de las armas de fuego”, advirtió el regidor.
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