El centroizquierda arrebata un nuevo ‘land’ a la coalición que lidera Merkel
La coalición de centroizquierda desbanca a la del partido de Angela Merkel
El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y Los Verdes gobernarán en coalición el land (Estado federal) de Baja Sajonia, según el escrutinio del 100% de los votos depositados en las elecciones celebradas ayer. El centroizquierda de la región desbancará del Gobierno a la actual alianza entre la CDU de la canciller Angela Merkel y los liberales del FDP. Aunque volvió a ser la formación más votada en las elecciones regionales, la CDU tuvo que ver tras más de cinco horas de recuento cómo el tándem entre el SPD y Los Verdes se proclamaba vencedor por una cabeza, es decir, un escaño. La coalición del democristiano David McAllister era análoga a la que mantiene Merkel en Berlín.
Ayer, los liberales obtuvieron 100.000 votos del vivero democristiano, lo que les deparó su mejor resultado histórico. No bastó para conservar el Gobierno. Aunque quedan 3,3 puntos por debajo de la CDU, los socialdemócratas de Stephan Weil suman un nuevo triunfo regional a la larga lista que el SPD viene cosechando desde 2009. Gobernarán, junto a los pletóricos Verdes, que subieron 5,5 puntos desde 2008. Por contra, la CDU (36%) perdió la friolera de 6,5 puntos. En cuanto a los maltrechos socios liberales de Merkel en Berlín, el 10% Baja Sajonia devuelve a la vida al FDP.
El Parlamento de Hannover se quedará con solo cuatro formaciones políticas. Con menos del 2% de los votos, los Piratas rompieron en Baja Sajonia la serie de éxitos electorales que inauguraron en las regionales de Berlín en 2011. En cuanto a La Izquierda (Die Linke), su salida del Parlamento regional apunta a un retroceso hacia sus viejos feudos electorales del Este alemán. Ambos quedaron claramente por debajo del 5% preciso para entrar en los Parlamentos alemanes.
El democristiano David McAllister sugirió a sus votantes y simpatizantes que apoyaran al FDP para conservar su Gobierno. Durante muchas semanas, las encuestas daban una cómoda mayoría al centroizquierda, debida en buena medida a la debilidad de los liberales. Hasta el mismo domingo pareció que el FDP estaba a punto a quedarse sin representación en Hannover, lo que habría supuesto una nueva etapa en su declive. La recuperación en la recta final servirá para salvar el cuello al presidente de la formación, Philipp Rösler. El ministro federal de Economía comenzó su carrera política en Baja Sajonia, donde fue adoptado por una familia alemana cuando era un niño. Ahora le beneficia la transferencia de votos democristianos a su partido, que le concederá ocho meses de prórroga para sacarlo de la sima demoscópica en el que se hundió poco después de triunfar en los comicios federales de 2009. Entonces obtuvieron el 15% de los votos. Ahora rondarían el 3%.
El resultado plantea un dilema a la canciller Merkel, que lidera todas las encuestas electorales pero dice contar con los liberales como socios tras las generales. La recuperación del FDP contribuiría a ello si no se debiera a la “transfusión de sangre” de la que se burlaba el dirigente socialdemócrata Sigmar Gabriel (SPD). La sangría de apoyos a favor de sus socios hizo desplomarse a la CDU, que ahora debe considerar que el remedio a los males liberales no es peor que la enfermedad de la coalición. Una de las posibilidades alternativas sería un acercamiento menos tímido a Los Verdes. Los de Baja Sajonia se habían comprometido con el SPD, pero entre los dirigentes federales del partido ecologista no se descarta del todo un pacto con la canciller. El principal escollo, su desacuerdo sobre la energía nuclear, quedó allanado en 2011. A consecuencia de la catástrofe de Fukushima, Merkel echó atrás su decisión de prolongar la vida de las centrales alemanas.
Pese a las burlas de Gabriel, el triunfo del FDP dejó durante horas sin habla a decenas de simpatizantes del SPD en el Ayuntamiento Viejo de Hannover. La resurrección liberal es difícil de digerir para los socialdemócratas, que han dejado caer una considerable ventaja demoscópica desde verano. El candidato a las generales, Peer Steinbrück, ha dilapidado las simpatías que obtuvo tras su designación en otoño. Tras conocer el resultado de Baja Sajonia, Steinbrück reconoció que el partido regional “no obtuvo viento favorable” desde Berlín. Ahora podría suceder al revés.
Pero lejos de aclarar las cosas, la ajustada victoria del centroizquierda en el viejo Palacio Real de Hannover, hoy sede del Parlamento regional, conjura el fantasma de una Gran Coalición federal entre la CDU y el SPD.
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